Acarició con la yema de los dedos los rosados labios del chico, sus mejillas, su nariz, su orejita, aquella que amaba morder y besar cuando se reía inocente y le llamaba ''ratoncito''.

-¿Qué voy a hacer yo sin ti Dylan? Dímelo por favor.- Suplicaba llorándole a la fotografía del chico de su vida.

Entonces, al pasar entre foto y foto, encontró una que detuvo su llanto de inmediato, haciéndole sentir una ira casi imposible de dominar.

Dylan sonreía mostrando sus preciosos dientes blancos mientras otro chico, de apariencia universitaria, le colocaba una flor en el pelo.

No había más contacto entre ellos, podrían ser simples amigos, pero aquello, estaba matando a Chris.

Ciego de la furia, le pegó un puñetazo a la pantalla del ordenador rompiéndo esta en varios pedazos.

-Genial, ahora te quedaste sin ordenador, pedazo de gilipollas.- Masculló enrabietado mientras respiraba agitado y las venas de sus brazos se hinchaban.- ¡ODIO EL PUTO AMOR!- Gritó tirando el mismo ordenador al suelo y pisoteándolo una y otra vez.

El timbre sonó, ya sabía de quien se trataba, pero no quería que le viera así.

Al no abrir, su móvil comenzó a sonar.

-Allen, estoy mal, no es buena idea...en serio.- Comentó aun con la respiración agitada y al voz ronca del enfado.

-Chris, no quiero que estés solo, no me importa limpiar las lágrimas que derramas por él, ya te lo dije, estoy contigo para ayudarte.- Le oyó decir al otro lado del teléfono.

-Pero es que...- Chasqueó la lengua.- Esto no es justo para ti, Allen, deberías estar con un chico que...

-Sh, quiero estar contigo y ya está, además, te estoy sirviendo de apoyo y lo sabes, estás mucho mejor desde que estamos juntos.

-Sí...bueno...- Chris no estaba muy seguro de eso.

Ya que aparentaba estar bien tan solo por no herir a Allen.

-¿Me abres o tengo que recurrir a otros métodos?

-Te abro.- Sonrió.

El castaño fue hacia la puerta, girando el pomo para dar paso al guapo chico de cabellos largos y rubios que entró con toda su elegancia al pequeño piso.

-¿Tu padre está?- Cuestionó.

Chris negó con la cabeza y este alzó los tobillos para darle un beso.

-Okay, entonces no tengo que fingir ser tu amigo.- Sonrió.- Chris, ¿vas a ir al gimnasio esta tarde? No te veo con ganas.

-Pues la verdad es que muchas no tengo... y Patrick tampoco va, vuelve a estar malo de la barriga, el muy bruto se comió tres gofres de chocolate para desayunar.

Ambos chicos caminaron hacia la habitación.

-Chris...- Allen quedó patidifuso al ver el desastre que había hecho con su ordenador.- Se acabó, esto está acabando contigo.- Se llevó las manos a la cintura.- ¿Se puede saber que ha pasado?

El castaño se sentó en su cama mientras metía los trozos en una bolsa de basura.

-Tan solo era un viejo portatil, estaba pensando comprar uno nuevo.

-No evadas mis preguntas, ¿que te hizo estar así?- Insistió el chico agachándose para ayudarle a recoger.

-Celos, Allen.- Confesó.- Celos.

Allen hizo una mueca de tristeza mientras acariciaba la mejilla de Chris.

-Ojalá algún día sintieras esos celos por mi, aunque yo nunca te daría motivos para tenerlos.

Give Me LoveWhere stories live. Discover now