|Piezas|

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Nathan.

-Eleanor tuvo un accidente

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-Eleanor tuvo un accidente... se la llevaron de emergencia al hospital...-repetía Carlota con la expresión más lúgubre que jamás le vi hacer- ella agoniza...

Muchas veces había escuchado hablar del término "Dejà vu" sin embargo nunca lo había experimentado, sentía como si todo lo que Carlota estaba diciéndome fuese parte de un extraño sueño, aun no podía reaccionar pues tenía los sentidos y en general todo mi ser un poco dormido y congelado. Pero la noticia no fue precisamente lo que me impacto; fue más bien la idea de que todo esto me resultaba algo familiar.

-Amigo... ¿te encuentras bien?- antes de siquiera darme cuenta ya tenía a Rafael sobre mí, parecía intentar sostenerme, como si le preocupara que en cualquier momento fuese a desplomarme- escucha tenemos que ir al hospital, pero no me siento muy seguro por la forma en la que te encuentras...

-Debes llevarme...-solicité, en realidad quería escucharme demandante; pero mi lengua tropezaba ante las palabras haciendo que me escuchara un poco idiota- Rafael... llévame con Eleanor.

No necesite insistir mucho, pues Rafael terminó por acceder a llevarme al hospital. El camino fue casi un peligro pues pasábamos por entre los carros como si nos importara poco el hecho de ocasionar un accidente, sólo pensábamos en llegar lo más pronto; lentamente mis sentidos iban regresando y el miedo ante la noticia se fue haciendo presente, era como si por un segundo hubiera perdido todos los recuerdos de mi vida y precisamente en este instante hubiese despertado — Eleanor, mi prometida está agonizando... Yo tengo que estar con ella, debo darme prisa—. Sin embargo no importó realmente que tan rápido manejara Rafael, ni que tan desesperado me presentara en aquella sala de espera, mucho menos importó la cantidad de lágrimas que derramamos ya que al final; mí prometida Eleanor falleció. Ella me dejó a tres días de nuestra boda.

Había pasado dos meses desde la muerte de mí prometida; las cosas en mi vida durante algunos días habían perdido un poco el balance, pero después de una semana yo logré continuar, asistía al trabajo, comía a las horas que mi estómago me pedía alim...

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Había pasado dos meses desde la muerte de mí prometida; las cosas en mi vida durante algunos días habían perdido un poco el balance, pero después de una semana yo logré continuar, asistía al trabajo, comía a las horas que mi estómago me pedía alimentos, visitaba la tumba de Eleanor; de alguna forma yo conseguí reponerme más rápido de lo que siquiera imaginé. Sabía por Rebecca que Hudson ya había tenido a su hija, a quién le pusieron de nombre "Samantha", también estaba enterado de que él aún no terminaba de asimilar la pérdida de su hermana; las cosas entre Rebecca tampoco iban del todo bien, una vez me la encontré en el estacionamiento del supermercado y ella estaba llorando adentro de su automóvil, usualmente mantenía comunicación con ella, pero era como si después de la perdida de Eleanor algo se hubiese roto. Yo tenía suerte o al menos eso era lo que quería pensar, pues me sorprendía la forma en la que podía asimilar su perdida, era cierto que en ocasiones me sentía algo solo ya que no podía evitar sentirme nostálgico cuando encontraba pertenencias de ella en mi departamento, o cuando sin querer al revisar mis contactos encontraba su nombre entre ellos pero de una forma un poco fría, y quizás hasta insensible sentía que estaba bien; incluso pensaba que sería cuestión de tiempo para que poco a poco fuera deshaciéndome de todos sus recuerdos, para finalmente dejarla ir.

La muerte se llama... Eleanor. ||| Mrs. Write ||| EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora