|"Shine"|

262 23 3
                                    

Nathan.

-Rebecca, creo que me estaba enamorando de ella

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Rebecca, creo que me estaba enamorando de ella...-confesé con un nudo en la garganta y el corazón mudo.

-Lo sé...-respondió con templanza la chica pelirroja- tal vez no somos los mejores amigos, pero puedo darme cuenta de algunas cosas, no olvides que soy una chica.

- ¡Ja! Debo estar completamente loco-solté con sonrisa nerviosa-de todas las personas.

-Quizás sólo estas confundido-mencionó Rebecca, se acercó hasta ponerse a mi lado y mirarme fijamente- tal vez te sientes de esa forma porque ella se encuentra en el cuerpo de tu ex prometida, es como si fuera su reemplazo ¿no crees?

No, no era de esa forma; yo no miraba a Eleanor como un reemplazo de mi ex prometida, aún cuando se encontrara en su cuerpo sus personalidades eran completamente diferentes, en ningún momento se me cruzó esa posibilidad, por ello el que Rebecca lo mencionara me había cabreado un poco... Aún así yo no podía defender aquella postura pues a pesar de que estaba seguro que no era un reemplazo, tampoco estaba convencido de lo que sentía. Todo lo que podía pensar era que Eleanor me había traicionado, que nuestro compromiso estaba finalmente roto y que me sentía extrañamente sólo ante la idea.

Debido a que no tenía deseos de continuar discutiendo el tema, decidí tomar un taxi para ir directo a casa.

Al llegar, me sorprendió lo ajeno que aquel lugar me resultaba, era mi hogar pero no se sentía de esa forma. Había un aroma en el aire, uno simple pero agradable, en las paredes la sombra de un extraño danzaba y jugueteaba, al silencio incluso le faltaba algo... Entonces me di cuenta; a pesar de que sólo había pasado una noche aquí, Eleanor había impregnado el lugar con su esencia y recuerdo. —Ella había dejado algo suyo aquí— sin darme cuenta lleve mis manos hasta mis labios, se sentían algo resecos y vacíos... Tan sólo anoche yo había besado a Eleanor y aún podía sentir sus fríos y suaves labios, eran completamente diferentes a los de mi ex prometida, incluso compararlos sería estúpido.

Hastiado me dirigí a mi habitación, después de todo había sido un día largo. Lo único en que podía pensar era que anhelaba poder desconectarme y dormir para así pasar a la siguiente página; sin embargo apenas me dejé caer sobre la cama fui abrazado por un peculiar aroma... No era dulce ni molesto como para provocarme un estornudo, de hecho era simple y natural... Pero se sentía agradable, aquel aroma estaba impregnado en una de mis almohadas. —Serás... Sólo has pasado una noche y te las arreglaste para dejar suficientes recuerdos, aún así nada de eso importa ¿cierto?— pensaba con rabia al mismo tiempo que me aferraba a la almohada, deseando que su aroma se preservará y que me arrullara, quería que aquello que me estaba molestando saliera con discreción en el silencio de mi habitación, prometiéndome que sólo sería por esta noche.

 Sólo has pasado una noche y te las arreglaste para dejar suficientes recuerdos, aún así nada de eso importa ¿cierto?— pensaba con rabia al mismo tiempo que me aferraba a la almohada, deseando que su aroma se preservará y que me arrullara, quería ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La muerte se llama... Eleanor. ||| Mrs. Write ||| EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora