|Hermanos|

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Eleanor.

-¿Eleanor? ¿Te ocurre algo?-cuestionó Nathan, quién me miraba fijamente-te ves pálida

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-¿Eleanor? ¿Te ocurre algo?-cuestionó Nathan, quién me miraba fijamente-te ves pálida.

- ¡Ah! Es–estoy bien-balbuceé inconscientemente-Debo irme.

-¿Por qué?-no pude ser lo suficientemente rápida cuando la mano de Nathan me tomó por sorpresa, provocando que trastabillara-¿A dónde vas? ¿Acaso te molesto lo que he dicho? ¿Te vas por eso?-realmente me sorprendía la fuerza con la que me sujetaba, además su expresión era claramente de angustia.

-No me voy por eso, además yo te pedí que me hablarás de ella-respondí con seguridad, me daba cuenta que sino trataba de engañarlo un poco, Nathan no me dejaría ir-me voy porque Hudson me mandó un mensaje... Esta esperándome.

-¿Hudson?-repitió confundido-¿Para qué?

-Eres tan fácil de leer-declaré al ver como sus cejas se encontraban y dibujaban aquella expresión de preocupación-esto no tiene nada que ver con el tema de la boda, te di mi palabra así que deja de actuar como un crió. Es sólo una salida de hermanos o algo así.

-Ya veo...-susurró Nathan para luego soltarme-Esta bien, puedes ir.

-No estaba pidiendo permiso-dije con arrogancia-esto lo continuaremos ¿De acuerdo?

-Por supuesto.

Según el mensaje de Hudson me estaría esperando en una cafetería de nombre Colombe-Soho

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Según el mensaje de Hudson me estaría esperando en una cafetería de nombre Colombe-Soho. Mientras iba de camino al lugar, iba pensando en aquella conversación que había tenido con Nathan, aún cuando me había portado tan fresca e incluso había dicho que no estaba molesta... La realidad era completamente diferente. Una parte dentro de mí se burlaba una y otra vez por haber creído que después de todo este tiempo, cuando yo le pidiera hablar de su prometida él ya no tendría por qué hacer esa expresión, sin embargo había sido todo lo opuesto y la espina de la culpa nuevamente se había clavado dentro de mí. —Supongo que agradezco el mensaje de Hudson— también iba pensando en mi futuro encuentro con él, la mañana anterior que fui a su casa lo había dejado realmente pasmado... Al grado que simplemente creí conveniente retirarme con la promesa de que cuando estuviera listo me hablara para continuar—aunque no esperaba que fuese tan rápido— ahora que lo pensaba detenidamente no me fui por que pensara que Hudson necesitara tiempo para asimilarlo; me fui por que la que necesitaba tiempo era yo.

La muerte se llama... Eleanor. ||| Mrs. Write ||| EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora