|Aquarium|

316 29 0
                                    

Nathan.

-"Point Defince Aquarium"- recitó en voz alta Eleanor, tras ver el gran letrero frente a nosotros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-"Point Defince Aquarium"- recitó en voz alta Eleanor, tras ver el gran letrero frente a nosotros.

-Es "Defiance"-corregí con sutileza. Aún así no me libré de recibir un golpe en el brazo, tras tener la osadía de corregirla.

La razón por la que estábamos en Tacoma, era porque originalmente veníamos al acuario. Sin embargo y dado a los pequeños incidentes ocurridos en las últimas horas por cortesía de mi padre, no tuvimos más remedio que sacar nuestras cosas. Ciertamente estaba cabreado con él por insultar a Eleanor y hablar de mi hijo; pero también lamentaba haber hecho llorar a la Tía Roberta, quién había insistido mucho en que nos quedáramos hasta la cena, sin embargo aquello era imposible. Así fue como terminamos frente al "Point Defiance Zoo & Aquarium" con maletas.

-¿Enserio aquí hay un acuario?-preguntó despectiva Eleanor, quién miraba con desdén el lugar.

-Sí, aquí es- quizás el lugar por fuera no era muy prometedor, pero había escuchado que después de las mejoras, la popularidad del acuario había incrementado-vamos no juzgues a un libro pro su portada.

Nos acomodamos en una pequeña banca junto con las maletas; estaba de más decir la forma en que muchas de las personas nos quedaban mirando. Entre mis planes estaba encontrar al encargado del acuario, si teníamos suerte incluso podríamos encontrar al amigo de mi padre; sin mencionar que necesitábamos un lugar en que las maletas pudieran quedarse sin el temor que alguien pudiera robarlas, todo aquello hecho en tiempo record debido a la falta de paciencia de Eleanor.

-¿Qué estamos esperando?-preguntó desesperada Eleanor.- ¡Ya, hay que ir al acuario! -demandó infantil.

-Ya lo sé, solo quiero buscar a un encargado, preguntaré si llegó el amigo de mi padre y....-trataba de explicarle que si aquel hombre se encontraba hoy, no tendríamos que hacer molestas filas.

-No hay necesidad de buscar a nadie, solo compremos el ticket- pero como siempre, ésta chica marchaba a su ritmo. Se levantó y con paso firme cual soldado, se acercó hasta la pequeña taquilla.

-¿Acaso no sabes el significado de la palabra "Espera"?-pregunté irritado, sin embargo comenzaba a acostumbrarme al ritmo tan desesperado que marcaba Eleanor.

-No, y tampoco necesito que hagas tu papel de diccionario y me expliques-replicó altanera-tú por otro lado, puedes ir y esperar al amigo de tu padre. Yo ya he esperado demasiado-mencionó mientras su pie tamboreaba con impaciencia en el suelo.

-Algunas veces eres realmente exagerada-exhalé un fuerte suspiro- no te podría matar un poco de espera.

-¡Bien!- la tranquilidad con la qué soltó ese "bien" de cierta forma me provocó cierta desconfianza, y con justa razón; pues cuando giré la vi con esa mirada engreída y postura erguida, mentalmente me reprendí por el mal uso de palabras- Ok Nathan esperaré, pero garantízame, prométeme con tu vida- aquella puntualización en esas dos simples palabras me dejaron algo petrificado- que realmente viviré, que no ocurrirá nada que me impida ver el acuario y yo seré paciente- de pronto su cuerpo emanaba un frío que conseguía paralizar hasta la última célula de mi interior.

Era claro que no me atrevía a prometer algo como eso, ni siquiera por una broma. Aún así, no sabía exactamente si fue porque ella era la dichosa dama de negra ó porque era la dama de la exageración, pero algunas veces —como ahora y casi siempre en realidad— sus comentarios tenían ese grado escalofriante y pesado.

-Como dije: exagerada- solté con resignación para finalmente comprar los tickets.

Gracias a la infinita amabilidad de la encargada de la taquilla, se nos permitió dejar las maletas en un pequeño cuarto hasta que el recorrido terminara. Una vez que entramos, se sintió como si fuese otra dimensión, de hecho costaba creer que esto se encontraba pasando la reja. Un largo camino entre árboles y el lago se extendía frente a nosotros, el aire fresco con aroma a bosque hacía que hubiese más frío, debido a que era una persona poco tolerable al frío terminé poniéndome la sudadera que había sacado de la maleta; me giré discretamente para ver por el rabillo del ojo a Eleanor, pero ella lucía primaveral, con su pantalón y una pequeña blusa negra. Resultaba curioso pero parecía que encontraba agradable el frío que se percibía en este lugar.

-¿Enserio eres tan fría que no eres capaz de sentir otra cosa?- cuestioné mientras mis dientes chocaban entre ellos, debido al movimiento descontrolado de mi mandíbula generado por el frío.

-En realidad está es mi temperatura natural- respondió impasible- aún así ¿Tú odias el frio?-preguntó de pronto.

-No lo odio como tal-respondí mientras frotaba mis manos entre ellas para generar algo de calor-sólo no es de mi agrado, prefiero lo cálido. El frío es algo ausente y en ocasiones molesto.

No creía haber dicho algo extraño, sin embargo cuando le pedí que avanzáramos ella tenía la mirada sobre el suelo y los hombros ligeramente encorvados. Cuando intenté posar mi mano sobre su hombro, ella simplemente lo aparto de forma brusca para pasar de mí.

"Debe estar realmente desesperada por ver el acuario" fue lo que pensé cuando la vi prácticamente trotar por el sendero, imaginé que querría ver parte del zoológico ó detenerse con algunos paisajes del lugar que sin duda eran una pasada, pero era como si llevara trazada una ruta de la cual no podía apartarse.

-Oye Eleanor, más despacio...-solicité, pero en lugar de obedecer hizo todo lo contrarío, acelerando incluso más su paso-Joder... Más lento.

Unas pequeñas flechas nos iban indicando el camino al acuario, sin embargo Eleanor parecía no prestarles atención. Llegado un punto tuve que correr para alcanzarla y gritarle que se había equivocado, pero finalmente me di cuenta que estaba actuando de esa forma porque estaba cabreada por algo, ya que nuevamente cuando estaba por tomarla del hombro, frente a mis ojos desapareció y volvió a aparecer más lejos de mí. Nunca la había visto hacer eso tan de cerca; la sensación que aquello provocaba era como si un hoyo negro naciera en mí estómago.

-¿Se puede saber que Mierda...? ¡Eleanor cuidado!-no me dio el tiempo suficiente para advertirle, cuando la vi caer encima de un hombre.

Los escuche quejarse a ambos y tratar de ponerse de pie. Fue hasta que me acerqué cuando reconocí a ese hombre de cabello canoso y rostro regordete.

-Menuda forma de caer y hacer vibrar al mundo señor Tarrens-me mofé de él, cuando esté levantó la mirada y se cruzó conmigo, soltó su ya conocida y algo estruendosa carcajada-tiempo sin verlo.

-¡Naty!-saludó con su voz pegajosa, como si tuviera crema de maní en el paladar-muchacho, estas sí que son sorpresas.

-Vaya forma de encontrarlo- expresé con pena. Me di la vuelta para ver como Eleanor se sacudía las rodillas; no obstante en cuanto intenté acercarme para asegurarme que no se hubiese hecho daño, ella con un movimiento brusco aparto su hombro de mi alcance.

-¿Qué te trae por aquí?-preguntó. Cuando finalmente el señor Tarrens vio el rostro de Eleanor, sus ojos se salieron fuera de órbita, lo cual resultaba algo perturbador teniendo en cuenta lo pequeños que eran-¿Eleanor? ¡Hombre sin duda dos por uno! ¿Te hice daño?

-No-respondió ella con las cejas encontradas- ¿Señor Tarrens?-sondeó fingiendo no reconocerlo.

-Así es, ¡Con algunos kilos de alegría!-exclamó gracioso, llevando ambas manos a su barriga para luego soltar su carcajada- ustedes sí que se ven bien; supe que se van a casar, mi esposa me dijo que la invitación...

-¿Usted hizo mejoras al acuario?-preguntó Eleanor con la fuerte y desesperada intención de no mantener el tema sobre la boda. Aún así el frío que emanaba hacia que se sintiera incómodo.

-Así es ¿Han venido a verlo?-inquirió con orgullo el señor Tarrens, al mismo tiempo que sacaba el pecho cual pavo real .

-En realidad tengo un favor que pedir...-soltó con misterio y su ceja enarcada Eleanor.

"Ahora ¿qué tiene planeado?"

La muerte se llama... Eleanor. ||| Mrs. Write ||| EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora