|La número 10|

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Nathan.

La mato

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La mato. Cuando ella despertó en el cuerpo de mi ex prometida y me confesó la verdad, ella me aseguró que no era responsable de llevarse a nadie, que su única tarea era acompañarlos en el camino, y que incluso desconocía la razón por la cual ellos habían llegado hasta ahí. Pero todo era mentira, todo en ella era una falacia. No tenía la fuerza para verla, ante mis ojos toda su imagen se había roto como una copa de cristal, era como si de pronto yo no pudiera reconocerla, de alguna forma se sentía como tener a un asesino frente a ti; lucía tan demacrada, finalmente la Muerte mostraba esa vulnerabilidad y al mismo tiempo ese lado tan peligroso, esa combinación tan poco real y lógica, un espectro con esa debilidad y al mismo tiempo esa indiferencia y desinterés por todo lo que la rodea, que incluso podría quitar tu vida en un suspiro y después escupírtelo como si no fuese nada importante. Dentro de mí había una especie de remolino emocional, un huracán al que no podía controlar ni callar; quería gritarle e incluso correrla de mi casa, pero una parte de mí quería llorar y al mismo tiempo abrazarla... hasta apenas anoche nosotros habíamos estado juntos, no era una simple aventura, no tuve solo sexo casual con ella, la hice mía porque así lo deseaba, estuvimos juntos por que lo sentíamos y no por un experimento; o al menos para mí fue importante aunque no sabía si podía decir lo mismo sobre ella. Y aún quedaban cosas que aclarar, podía sentirlo y no estaba dispuesto a dejar pasar esta oportunidad.

-¿Cómo sabías que ella era mi prometida?-pregunté- ¿No dices que no recuerdas nada de tú otra vida como Olivia?

-No recuerdo...-respondió en pequeños sollozos, ella era un pequeño manojo de nervios y el claro temor se reflejaba en esos ojos.- pero te podía recordar a ti. Yo puedo saber la vida de todos pues es mi deber, no olvides que soy como el aire... soy ese sentimiento que permanece en cada uno, yo estoy conectada con ustedes.

-Aún hay más... Tienes que decirme toda la verdad... yo necesito saberla.

-Tú ya la sabes, ¿no?-la chica me miraba despectiva e incluso un poco ofendida. Parecía sentirse atacada lo cual me parecía completamente absurdo, teniendo en cuenta que me acababa de revelar que había matado a mi novia- ¿Para qué quieres que te lo diga?, ella ya te la enseño.

-La necesito escuchar de tus labios...-exigí con cierta cautela. Estaba cabreado pero era porque lentamente comenzaba a sentir los golpes de una realidad a la que simplemente no quería hacer frente-tenía tantas dudas al principio... ¿Responderás ahora?

Eleanor permaneció en un silencio absoluto, miraba vagamente al suelo y su postura que siempre solía ser altiva ahora se encontraba ligeramente encorvada, su barrera estaba totalmente destruida y su armadura tenía un sin fin de entradas que permitían atacarla sin piedad; la señorita Muerte era como un dócil ciervo cerca de la mira del cazador.

-¿El trato entre tú y Eleanor? ¿Qué es?-pregunté directamente. Siempre me había parecido intrigante esa parte de la historia, me resultaba muy confuso tratar de entender las cosas que habían sido lo suficientemente importantes para que Eleanor decidiera entregar su cuerpo sin más.- ¿Son las cosas que tienes en la lista? ¡Quiero ver!

La muerte se llama... Eleanor. ||| Mrs. Write ||| EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora