¿Y si tres días antes de tu boda, te enteras que tu pareja ha sufrido un accidente?
Descubre la historia de Nathan y su prometida Eleanor, quienes a tres días de su boda se ven envueltos en una situación peculiar.
-Si decido aceptar, ¿Tu ac...
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•Nos encontrábamos desayunando en la cafetería de la terminal. Después de lo ocurrido en el parque Yosemite, no podía evitar sentirme algo extraña por el repentino cambio en Nathan. No había tenido tiempo de decidir lo siguiente que haríamos, por alguna razón mi cabeza se había quedado en la cima de aquella colina.
-¿Estas escuchando?- cuestionó Nathan, mientras movía de arriba hacia abajo su mano frente a mis ojos- ¿Has decidido?
-¿Eh? No, aún no- solté pensativa, regresando mi atención al plato de frutas que tenía frente a mí- ¿Cómo nos encontramos de presupuesto?
-Han pasado dos días y ¿Hasta ahora te preocupa el presupuesto?- preguntó bufón a lo que yo simplemente asentí- no te preocupes, tengo el dinero suficiente para cumplir tus caprichos, sólo decide cual es la siguiente parada.
Hasta ahora no había tenido la oportunidad de preguntarle a que se dedicaba, ni su edad, su tipo de sangre, en realidad no sabía nada sobre él, más que su nombre. Aún así no me sentía con la confianza suficiente para preguntar. De mi bolsa saqué una pequeña hoja arrugada para extenderla con cuidado sobre mis piernas; apenas estaba comenzando a ver las cosas tachadas de la lista, cuando de pronto vi como Nathan se inclinaba sobre la mesa con curiosidad para ver el contenido, lo que me obligó a doblar con desesperación la hoja y regresarla a mi bolso.
-¿Acaso esa es la lista?- preguntó con las cejas enarcadas.
-¡Quiero ir a un acuario!- grité con la esperanza de fingir demencia y desviar por completo su pregunta.
-¿Acuario?- repitió confundido. "Fue lo primero que vi en la lista" moví de forma exagerada la cabeza en afirmación, para luego ver a Nathan acariciar su mentón pensativo- la realidad es que hay muchos acuarios en América sin embargo...-hizo una pausa algo indeciso, para luego dejar caer sus hombros con resignación y sonrisa dudosa- el amigo de mi padre recientemente ha hecho mejoras al acuario de Tacoma, si quieres podemos ir.
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Debido a la gran distancia, no podíamos ir a Tacoma en autobús, así que finalmente se cumplió el desesperado deseo de Nathan para viajar en avión, la verdad era que el viaje había sido corto y cómodo, pero prefería viajar en autobús, de alguna manera era más entretenido. El cambio de clima fue notorio cuando finalmente la aeromoza aviso que habíamos llegado, me asomé por la ventanilla para divisar una ciudad envuelta en una niebla y rodeada de pinos.
