XI. El funeral.

3.6K 347 13
                                    


La única escena que llevaba repitiéndose durante toda la mañana fue la de gente recogiendo cadáveres y ayudando a reconstruir las casas. Los escombros de la batalla habían dejado mella en el campamento. Todo estaba patas arriba y muchas casas habían quedado destruidas por completo. Los cuerpos sin vida de los guerreros que habían perecido en la batalla contra los soldados de la Emperatriz Oscura fueron envueltos en mantas y transportados en carretas tiradas por asnos hasta el templo. Los cadáveres se fueron dejando a las puertas del santuario del Dios de la Tierra, pues a la tarde se haría una celebración en honor a los caídos.

Lukas, Kristian, y Konal se quedaron ayudando a los civiles a reconstruir sus hogares, por otro lado, Emma se dedicó a prestar ayuda a los heridos en la batalla junto a Skip.

Mientras, Nilsa y Artemisia se pusieron a entrenar de nuevo en el coliseo. Y aunque sus espadas parasen los golpes de la contraria y se movieran con agilidad, se notaba el cansancio en sus cuerpos, por lo que la clase no duró demasiado. Ambas estaban agotadas por la batalla de anoche y el continuar con las espadas requería tanto esfuerzo que por lo menos, por la parte que incumbía a Artemisia, estaba que no se podía ni mantener en pie. Nilsa, al ver a Artemisia en aquel estado, decidió parar la clase para dejarla descansar, y en parte, también lo hizo por ella misma. El día anterior había tenido que sufrir por la mañana una intensa clase de lucha y por la tarde se enfrentó a un entrenamiento con Jade que la había dejado molida, y por si todo aquello no fuera suficiente, al anochecer; la batalla.

Era normal que estuviera cansada.

—Alpha, déjalo ya. Por hoy se acabó la clase... —le informó Nilsa.

—Gracias... —contestó soltando un suspiro, para después dejarse caer sobre la arena.

Nilsa se sentó en las gradas, dejando su escudo y su espada a un lado mientras observaba a su aprendiz, vencida por el agotamiento.

—Nilsa —la llamó Artemisia desde el suelo—, ¿qué significaban las palabras que dijo Jade anoche?

—No es algo que tenga mucho misterio... Es lo que aquí le decimos a las personas que nos dejan para que su alma viaje en paz al Mundo Ancestral. Les deseamos un viaje tranquilo, que no les falte lo que en esta vida les pudo faltar, y que sean recibidos por sus antepasados para que cuiden de ellos.

—Es bonito y suena poético... —admitió—, ¿pero qué es el Mundo Ancestral?

—Existen tres mundos que se dividen de la siguiente manera —empezó a explicar—: están los dos mundos materiales; el Mundo Mágico y el Mundo Humano, y luego está el mundo espiritual; el Mundo Ancestral. El Mundo Ancestral es el hogar de los muertos, los espíritus, pero también el de los dioses. El Mundo Ancestral está dividido en seis sectores; uno por cada elemento, y cada sector tiene una llave que lo custodia, que son las Llaves de los Ancestros.

—¿Y quién tiene esas llaves?

—Los reyes y líderes. Por ejemplo, la Reina Tierra tiene la llave del Sector de la Tierra, la Jefa de la Nación del Agua tiene la llave del Sector del Agua, y así sucesivamente... ¿Comprendéis?

—Eso creo.

—Aun así, esas llaves pasarán a ser tuyas en el momento en el que se te corone como Reina del Mundo Mágico. Al fin y al cabo, es tu deber cuidar también del Mundo Ancestral, y también procurar que el Mundo Humano no interfiera aquí.

Artemisia asintió.

—A veces, las almas de las personas que murieron visitan los mundos materiales para dar soporte a los que lo necesitan, normalmente familiares o amigos. Gente cercana a ellos. Sin embargo, nadie puede acceder a su mundo.

ALPHA || La guardiana de los elementos [#1]Where stories live. Discover now