-¿Y que se supone que haga de nuevo con este emparedado?-preguntó Rafael, quién sostenía dos bolsas de papel con el logo de aquella panadería- ¿De nuevo tendré que devolverlo?

-Eso te ganas por comprarlo aún cuando te dije que ya había desayunado-mencioné sin despegar la vista del monitor.

- ¡Yo que voy a saber! -exclamó infantil- siempre almorzábamos juntos y ahora resulta que desayunas en tú casa, ya llevas una semana dejándome con el almuerzo...-reclamó con ese mohín gracioso que no iba para nada con alguien de su edad.

-Vale, vale dámelo-le quité el emparedado de mala gana para dejarlo en un espacio de mi escritorio- lo llevare para la cena, ahora se buen crió y come en silencio, estoy trabajando.

Algunas veces estar con Rafael era como convivir con un niño malcriado de seis años, podía llegar a ser muy pesado y aunque usualmente tenía paciencia para sobre llevarlo, últimamente aquello no me estaba funcionando muy bien debido a mi estado de ánimo; sabía cuál era la razón —ya ha pasado una semana y no tengo noticias de Eleanor ni de Hudson— sabía por Rebecca en las veces que había ido a buscarla, que siempre le decían "No se encuentra", "Vuelve después". Lo mismo pasaba cuando llamaba a la casa de Hudson, Mariam me informaba que la extraña chica no se encontraba e intentaba animarme diciendo que no dejara de llamar, pues quizás pronto podría hablar con ella; sin embargo aquello comenzaba a cabrearme.

-¿De nuevo en la luna?-cuestionó con la boca llena Rafael.

-Haz el favor de no hablar cuando estés comiendo-regañé al chico que parecía un niño- y no estoy en ningún lado... Hay mucho trabajo y tú estas distrayéndome.

-Yo no te distraigo, a ti te trae en la luna una chica de nombre Eleanor- contestó con astucia y hasta bufón-¿Has sabido algo de ella?

Apenas escuché su nombre y mi corazón se paralizo, era como recibir un golpe en la boca del estómago; me había forzado a mi mismo en fingir que no pasaba nada y que el hecho de no tener noticias suyas me era indiferente, omitía hablar de ella y prefería someterme al trabajo para distraerme. Aún así a pesar de todo eso, terminaba cayendo en un abismo contradictorio pues me volvía loco y terminaba por llamar tres veces al día a la casa de Hudson, todo para intentar hablar con ella.

Seguramente mi silencio o mi expresión fueron muy obvios, pues Rafael simplemente se limitó a soltar un suspiro para luego cruzarse de brazos.

-Ya veo... -mencionó-en realidad resulta raro que ni siquiera Hudson se comunique.

-Sí...-respondí pensativo-la he llamado hasta el cansancio... Pero no responde, ya no se qué hacer.

-Bueno si fuera yo, probaría con otra cosa-comentó Rafael- si algo he aprendido de todas mis relaciones es que, si la has buscado 100 veces, haz que sean 1000. Nunca sabes cuándo puede ser la última cosa que hagas... Sin embargo sería bueno que lo último que hicieras, fuera arreglar las cosas con quién te importa.

-¿De dónde has sacado semejante cosa?-pregunté sorprendido de que algo así saliera del inmaduro de Rafael.

-Cuando pierdes a la persona que podría haber sido lo más importante en tu vida, te das cuenta de lo estúpido que fuiste; y todo por no haberla buscado e insistido un poco mas-respondió el chico al girar para ver pasar en ese momento a Vionel- perder a alguien sólo porque preferiste al orgullo o porque te rendiste antes de tiempo es muy estúpido... Además Eleanor es alguien especial para ti, merece que en lugar de 1000 sean 10,000.00, ¿no te lo parece?

No respondí, me sentía un poco sorprendido de que fuese Rafael quién me estuviera dando consejos de amor, teniendo en cuenta su experiencia en ese tema. Aunque podía ver que lo decía enserio, quizás el haber perdido una oportunidad con Vionel le había hecho darse cuenta de las cosas... Y aunque sabía que él continuaba buscándola, la chica en realidad ya estaba saliendo con alguien más. —Es por ello que me aconseja que continúe buscándola... Y algo en mi interior me dice que debo hacerlo antes de que sea tarde—.

Una vez que Rafael se retiró para continuar con su trabajo, me quedé pensando en una forma de que Eleanor y yo pudiéramos hablar... Sabía que buscarla había sido inútil pues me la negaban, hablar con ella por teléfono era igual de nulo. Fue entonces cuando una melodía se escuchó desde el cubículo de Carlota, aquella letra se moldeó a lo que sentía casi como si narrará mi estado de animo, aquello que yo no podía decir tan fácilmente... Una simple canción lo decía por mí.

Ya sé!"

Shine era el nombre de la canción, según lo que me dijo Carlota. Una vez que la baje en el móvil, me decidí por un último intento, de alguna forma tenía que acercarme a la chica sólo esperaba que en realidad funcionara—Si no lo consigo... Ya no sé que más hacer—.

"Sé que necesitas tiempo... Y que no has querido hablar conmigo ni tampoco verme, lo respeto. Pero al menos dime que estas bien. Escuché esta canción y pensé en ti. Una semana son sólo 7 días, pero ¿por qué se ha sentido una eternidad? Comencé a desayunar en mi comedor, sin el portátil; también estoy durmiendo a mis horas... Cada vez que veo la sartén o algo relacionado con la cocina pienso en lo mala que eres en ella. De hecho todo en mi casa me recuerda a ti, y sólo estuviste un día... Ya no sé que más hacer, pero pienso constantemente en ti al punto de convertirme en un acosador que te busca y te llama todo el día. Escucha la canción: Shine- Years and Years".

No supe cuanto tiempo esperé, quizás no fue demasiado, pero en aquellos minutos mi corazón se sintió pesado y ansioso por una respuesta; quería escuchar aquel sonido que me avisara por su respuesta y cuando finalmente llego... Algo en mi me dijo que estaba perdido, si sólo por un mensaje podía sentir éxtasis.

"Curioso que tú me dediques una canción. También he pensado en ti... Y en lo exasperante que eres, he leído informes de leyes y jurisprudencias... También pienso en ti al ver el tatuaje; debemos tener mucho tiempo libre para pensar uno en el otro. Qué bueno que has desayunado, y dormido... No veo porque me lo dices, ya que si esperas que te felicite eso no pasará. Estoy bien. El tiempo de espera acabo; necesito verte. "

"Estoy en serios problemas".



*(Letra de la canción que le dedicó Nathan a Eleanor, en multimedia)*

La muerte se llama... Eleanor. ||| Mrs. Write ||| EN EDICIÓN.Where stories live. Discover now