|Insignificante verdad|

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-Soy su hermano...-anunció algo temeroso Hudson-¿Qué ocurre doctor?

-Bueno, para resumir todo le hemos hecho varios estudios a su hermana y en realidad ella se encuentra en perfecto estado-informó impasible el hombre mientras acariciaba el puente de su nariz.

"¿Eh? ¿Perfecto estado? ¿Cómo puede alguien que se desmayó y tosió sangre, estar en perfecto estado?"

-Creí que debido al accidente que usted me informó que la señorita Owen tuvo hace poco, algún órgano se encontraba en problemas o quizás alguna otra cosa-continuo hablando el doctor-sin embargo no es el caso ella está muy bien, los estudios además no muestran ninguna anomalía.

-Pero se desmayó y ¿qué sucede con la sangre?-cuestionó Rafael intentando contenerse a sí mismo ante tal diagnóstico sin sentido-uno no puede estar bien y hacer ese tipo de cosas.

-Sé que suena extraño y entiendo su confusión pero los estudios que se le han hecho no muestran algo malo.

- ¡Pues hagan otros! -exigió Rebecca con furia- ¡Ella claramente no está bien!

-Les aseguro que continuaré revisando a la señorita Owen, al igual que ustedes me preocupa su estado.

No era mentira, se notaba en la expresión del doctor que él también estaba inquieto ante la situación tan poco coherente. Sin embargo sabía que este misterio sólo podía ser aclarado únicamente por Eleanor.

-¿Podemos verla?-cuestioné.

-Lo siento, la señorita Owen pidió que sólo se le permitiera las visitas a sus familiares-mencionó el doctor.

-¿Qué dice? ¿Nosotros no podemos verla?-inquirió Giovanni-¿Por qué?

-Pues ya que es una petición que ha hecho la paciente, me temo que no--respondió el doctor- señor Owen por favor acompáñeme lo llevare a la habitación de su hermana.

Ambos hombre se alejaron por el pasillo charlando entre susurros. Sin duda era una petición digna de Eleanor, él único que tendría acceso a su habitación sería Hudson, claramente el rechazo era directo la pregunta era ¿Por qué?, giré a ver a Rebecca y ella al igual que yo lucía confundida e incluso algo molesta, nos estaba rechazando a todos pero de cierta manera se sentía personal.


Se nos había informado que Eleanor pasaría la noche en el hospital para vigilar su salud; así que al no poder verla cerca de las nueve todos comenzaron a irse a casa; aunque yo no planeaba moverme hasta tener la oportunidad de hablarle. Sabía que la chica solía tener ciertas tendencias infantiles, ya que cuando se molestaba conmigo optaba por rechazarme o desaparecer, aunque al final terminaba cediendo así que esperaba que esta vez fuese igual.

-Sigues aquí...-la voz de una chica me hizo girar. Detrás de mi estaba Rebecca sosteniendo un vaso de café.

-Rebecca...-susurré sorprendido de encontrarla aquí-creí que te habías ido a casa.

-Claro que no-respondió Rebecca al sentarse a mi lado y darle un sobo a su bebida-no podría irme.

"Lo mismo digo..."

De cierta manera podía entender ese sentimiento de no poder irte a casa por más que lo quisieras, sentía que debía quedarme e intentar hablar con Eleanor. Sin embargo las enfermeras no dejaban que te acercarás más allá del pasillo, ni siquiera Hudson había salido de la habitación desde que se fue con el doctor, ni para despedir a Mariam.

-Ha sido demasiado raro...-susurró de pronto Rebecca llamando mi atención.

-¿El qué?

-¡No te hagas el lerdo!- expresó con ese tono brusco que la caracterizaba. 

-Pues te equívocas no tengo idea-mencioné evasivo.

-Por favor Nathan, ni yo soy tan tonta ni tú tan listo... Yo sé que estas al tanto de todo-dijo Rebecca con sonrisa misteriosa en sus labios-sé que algo raro está pasando.

-¿Con respecto a qué?-pregunté, no planeaba ceder de buenas a primeras, a pesar de que las palabras de Rebecca me daban un pique de curiosidad y misterio... No estaba seguro de que habláramos del mismo tema.

-Con respecto a Eleanor-soltó con seguridad congelando todo mi cuerpo. Ella al igual que yo sabía la verdad- algo no me termina de cuadrar, si los estudios dicen que ella está bien, ¿Entonces por qué se puso tan grave?

-No tengo idea... Lo he estado pensando durante todo el rato-respondí con pesadez mientras miraba fijamente el azulejo del hospital.

-Me pregunto si esto tiene algo que ver con... -las palabras de Rebecca se interrumpieron, cuando frente a nosotros apareció Hudson con la mirada fija y rostro impasible.

-Así que sólo quedan ustedes-mencionó serio.

-Hudson ¿Cómo está Eleanor?-preguntó rápidamente Rebecca.

-Ella está muy bien...-respondió evasivo y algo extraño Hudson, dedicándonos una mirada un tanto escalofriante, hasta algo desconfiado-sin embargo era con ustedes que quería hablar.

-¿Sobre qué?-pregunté a la defensiva.

-Eleanor me ha dicho que no quiere que la busquen durante unos días- manifestó con arrogancia-ella se quedará en mi casa y les pido que me dejen pasar el tiempo con mi hermana.

-¿A qué viene esa estupidez?-cuestionó Rebecca- venga ya, déjate de chorradas.

- ¡No es ninguna chorrada! -espetó molesto Hudson-es una orden que ella me pidió.

-¿Si? Pues no me la creo-bufé intentando ir hasta la habitación, sin embargo Hudson me tomó del brazo antes de que pudiera siquiera dar un paso-quiero que me lo diga ella en persona.

-Ni hablar aún no término con ustedes...-mencionó Hudson, quién de alguna forma tenía una expresión diferente a lo usual, no podías evitar sentirte a la defensiva-mejor explíquenme, ¿cuándo planeaban decirme que la señorita Muerte habita en el cuerpo de mi hermana?

"No puede ser..."

-Vamos chicos díganme, ¿desde cuándo existe esta estúpida e incoherente historia?-repetía histérico Hudson-quiero escucharlos... Quiero que ustedes me expliquen la situación.

"Mierda..."

La muerte se llama... Eleanor. ||| Mrs. Write ||| EN EDICIÓN.Where stories live. Discover now