-No cariño, estaba comiendo algo con Rafael- respondí- ¿Necesitabas algo?

-No, no. Hablaba para saludarte, y decirte que es posible que me encuentre todo el día en casa de Rebecca, me ayudara a checar unas cosas antes de que tú y yo podamos reunirnos- podía escuchar al fondo a la chica saludar de forma escandalosa. - ¿Vamos a vernos esta noche?

-No me lo perdería por nada del mundo-respondí.

Fue entonces cuando Eleanor soltó una pequeña risita en el teléfono, sin embargo, casi en el acto se quedó callada, permitiéndome escuchar atentamente su respiración al otro lado del teléfono. Me había dado cuenta que últimamente Eleanor se quedaba perdida en sus pensamientos, ella no solía ser una chica distraída, por lo que verla en ese estado resultaba un poco extraño.

- ¿Te encuentras bien? -pregunté con cierta cautela- ¿Has estado durmiendo?

-Si...-respondió de forma distraída. Me había dado cuenta que este estado de ánimo se le había desarrollado de una semana para acá. Eran momentos en los que Eleanor se quedaba perdida en sus pensamientos y como si nadie pudiera perturbarla en su mundo. Pensaba que era debido a que en realidad ella podría estar más nerviosa que yo, de hecho, me había sentido completamente admirado por la forma en la que ella había organizado todo sin dejar nada al aire, sin embargo, eso también me daba una ligera idea de lo ansiosa que podía estar.

- ¿Aun no te arrepientes? ¿No piensas dejarme tirado en el altar? -pregunté a modo de burla, fue entonces cuando pude escuchar una ligera risita de nuevo.

- ¡¿Qué cosas dices?!- exclamo entre risas- ¡Claro que no! Estoy más que lista para casarme contigo, no puedo evitar contar las horas para finalmente convertirme en la señora Killer. En realidad, solo te hablaba para decirte que te amo.

-Yo también te amo mi cielo, ¿todo está bien? -pregunte nuevamente con cautela.

-Sí, todo bien. No tienes de que preocuparte, solo estoy nerviosa por la boda eso es todo.

-Toda ira bien mi querida Eleanor. Ya verás que cuando todo esto termine, podremos relajarnos, además ya tengo todo listo para la luna de miel-mencione con cierta picardía, le tenía preparadas muchas sorpresas y varios destinos especiales, lugares a los que Eleanor había mencionado que le hubiese gustado ir. Por eso me había estado esforzando en dejar todo listo para no tener ningún pendiente en los días que estaría fuera por mi luna de miel.

-No puedo esperar...-contestó Eleanor. - Te amo, más de lo que las palabras pueden llegar a explicar.

-Yo también te amo mi cielo.

Después de mandarnos unos cuantos besos y llenarnos de unos últimos mismos, con la promesa de que nos reuniríamos esta noche para cenar y checar finalmente los últimos detalles de la boda, cortamos la llamada. Mientras terminaba de desayunar, se me ocurrió una idea para sorprender a mi chica quien era un manojo de nervios ese día, llame a una florería para encargar un hermoso ramo de tulipanes blanco, acompañados de gipsófilas, lavandas y unas ramas de romero, a Eleanor le encantaba que sus ramos tuvieran específicamente esa combinación, no había sido para nada una sorpresa que los arreglos de mesa tuvieran esa combinación y que incluso su ramo de novia fuera idéntico, siempre había dicho que le gustaba el aroma a romero y lavanda. Programe que el envió de las flores fuera alrededor de la hora de la comida, sabía que estaría en casa de Rebecca, así que fije que el envió fuera directamente a esa dirección, no podía esperar a que mi chica recibiera sus flores, particularmente esa florería tenía la costumbre de que en cada entrega, le tomaban fotos a los destinatarios para que el remitente pudiera tener la confianza de que las flores habían sido entregadas en tiempo y forma, era algo que me parecía encantador, la idea de recibir una foto con la cara sonriente de Eleanor mientras sostenía sus flores, era algo con lo que podía estar ilusionado el resto de la tarde, hasta que nos reuniéramos en la noche. 

La muerte se llama... Eleanor. ||| Mrs. Write ||| EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora