No Lie In His Fire

Capítulo 58

La primera vez que despertó, fue con Harry mordisqueándole el cuello. Soltó una risita, pensando que su pequeño estaba despierto y sintiéndose caprichoso, pero en seguida volvió a acurrucarse y suspiró, con el cuerpo completamente laxo sobre el suyo. La segunda vez, algunas horas después, despertó al sentirlo acariciando las líneas de su rostro con la punta de los dedos. El toque suave iba delineando sus cejas, sus pestañas, la curva de sus labios, los ángulos en sus pómulos y su mandíbula. Intentó mantenerse quieto, prolongando las caricias, pero Harry fue rápido al darse cuenta que no estaba dormido.

- No finjas, alfa, sé que despertaste. - Murmuró, dejando un beso en la punta de su nariz. Louis soltó un pequeño gruñido, quejándose. - Anda, abre los ojos, es casi medio día y tengo hambre.

- ¿Hoy es lunes? - Preguntó adormilado y con la garganta lastimada. Aunque la sentía arder, el recuerdo de Harry caliente sobre su lengua, hacía que valiera la pena.

- Es lunes. ¿Tienes que trabajar?

- Sí, pero después. - Aclaró, abriendo los ojos. Harry lo veía con ternura, aun luciendo asueñado. - Voy a llevarte a desayunar.

- ¿Lejos? - Cuestionó, abultando los labios.

- No, amor, está a unas cuadras. ¿Prefieres que nos quedemos?

- Emmm... si es cerca está bien. - Respondió, sonrojado. - Duele un poco.

Tomaron una ducha juntos, sin prisa, disfrutando las caricias tiernas y las que no lo eran tanto. Tener el cuerpo de Harry desnudo y húmedo frente a él, definitivamente era una prueba para su autocontrol. Casi había logrado mantener sus ojos por encima de su cintura, pero su omega tenía otros planes. Con una de sus manos deteniéndolo con suavidad por la cadera, Harry limpió su piel con la esponja, haciendo pequeños círculos de espuma sobre su cuello y su pecho. Cuando llegó a su ombligo, decidió que seguiría sin ella. Al sentir sus dedos bajando por la línea bajo su ombligo, un espasmo contrajo su abdomen y soltó un jadeo. Su omega no perdió un segundo, buscando su boca.

- Quiero que me anudes, Lou. - Pidió, palmeando su erección con urgencia.

- Harry, te voy a lastimar. - Protestó entre jadeos, sin poder evitar empujar la pelvis hacia adelante.

- Sí. Eso quiero. - Insistió, apretándolo en su puño y comenzando a masturbarlo. - Siempre quiero sentirte en mí.

Lo besó unos segundos, dejándose llevar por las mordidas que dejaba en sus labios y el movimiento lento de su mano, subiendo y bajando, apretándolo y haciendo que le faltara el aire. Cuando fue demasiado, lo tomó de la muñeca para detenerlo.

- Va a ser despacio, amor. - Explicó, girándolo contra la pared. - Y te vas a quedar quieto, ¿de acuerdo?

- Sí, alfa.

Harry sonó tan impaciente, como complacido. Lo había visto antes, el brillo en sus ojos cada que Louis lo elogiaba, su sonrisa orgullosa al recibir cumplidos, la satisfacción evidente en su pecho. Definitivamente tendrían que hablar antes, pero por lo pronto, Louis podía empujar un poco sus límites y hacerlo sentir bien.

- Puedes decirme que pare en cualquier momento o que vaya más lento, pero no más rápido. ¿Entendido? - Insistió, mientras deslizaba un dedo en su interior, sintiéndolo húmedo y caliente. Harry, abrumado, respondió con un gemido. - ¿Entendido? - Repitió, dando una palmada suave en la parte posterior de su muslo.

- Sí, sí, alfa, entendido.

Cuando tuvo a su omega jadeante y listo, entró en él lentamente. Lo sintió vibrar y apretarse, pero no se quejó por el dolor, así que continuó entrando y saliendo despacio, controlando sus movimientos. Harry se había mantenido quieto, con los brazos tensos y la frente contra las baldosas. Era impresionante lo claro que podía sentir en su pecho cómo se iba acercando al orgasmo. Sabía que estaba luchando por controlar el impulso de moverse, así que lo probó, quedándose quieto un momento en su interior. Su impaciente omega, por supuesto, no pudo contenerse. Cuando sintió su espalda arquearse y su cadera empujarse hacia atrás, le dio una palmada más, lo suficientemente fuerte para que su mano quedara marcada.