Capítulo 31

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Cuando abrió los ojos, todo estaba en penumbras, así que volvió a cerrarlos. No movió un sólo dedo, se sentía cómodo y completamente relajado. Todo a su alrededor era suave y tibio, respiraba lentamente y parecía mantenerse adormilado con un lento balanceo bajo su cuerpo, como si lo movieran sutilmente las olas del mar. Estaba envuelto en una bruma deliciosa, serena, maravillosa. Aunque intentó mantenerse en ella, poco a poco, una ligera caricia a lo largo de su espalda le iba regresando conciencia. Parpadeó lentamente un par de veces, antes de enfocar una pequeña lámpara en la mesita de la esquina, que iluminaba tenue la habitación. El balanceo no era el mar, sino la cadencia de una respiración relajada. La bruma deliciosa, no era otra cosa que el aroma inconfundible de su alfa. Y la caricia en su espalda...

- Lamento despertarte. - La voz suave de Louis lo hizo suspirar. Sonaba ronca, como si también él hubiese dormido profundamente. - Tal vez es hora de decidir si quieres salir o ir a la cama.

Lo último que Harry quería era pensar, o hablar, o moverse. ¿Salir o ir a la cama? Ninguna de las dos opciones le parecían atractivas, a menos que su alfa accediera a prolongar la siesta hasta el día siguiente en su habitación, pero le había dejado bastante claro la noche anterior que no estaba en sus planes. Sin responder, aun abrumado, se acurrucó contra su cuello y cerró los ojos. Un par de minutos después, Sintió los dedos de Louis en su cabello, acariciándolo con calma, trayéndolo de vuelta una vez más.

- Harry, voy a llevarte a tu habitación, ¿está bien?

Pasó de estar acurrucado contra Louis, a estar sentado casi sobre su regazo, con uno de sus brazos sosteniéndole la espalda. Cuando estuvo a punto de levantarlo, el omega finalmente abrió los ojos y apretó con una de sus manos la tela de su camiseta, llamando su atención.

- Todo está bien, descansa.

- No, no... - Balbuceó, frotándose uno de los ojos con el dorso de la mano. - Estoy despierto. - Sintió el ligero temblor de una risa en el pecho del alfa.

- No pareces despierto. Está bien, tuviste días pesados. - Dijo el alfa, acomodándolo de nueva cuenta sobre el sofá, manteniendo la cabeza de Harry apoyada sobre su hombro. - Mañana celebraremos tu cumpleaños.

Medio dormido, frunció el ceño, provocando otra risita en Louis. Respiró profundamente, llenándose el pecho con el aroma que lo hacía sentir que flotaba. Sin pensarlo demasiado, acarició su nariz y mejilla contra el hombro del alfa, ronroneando, confortándose como si fuera un cachorro. La bruma que quedaba en él, se despejó por completo cuando se dio cuenta de lo que había hecho. Todo su cuerpo se tensó y, en seguida, se encontraba sentado, sonrojado, con los ojos muy abiertos y sintiéndose demasiado vulnerable.

- Ahora sí te creo que estés despierto.

- Lo lamento, en serio estaba muy dormido.

- ¿Qué lamentas? - Preguntó, mirándolo divertido.

- Pues... ¿todo? No lo sé. - No tenía idea qué lamentaba. Aunque se habían acercado muchísimo en los últimos días, seguía sintiendo un límite no dicho, seguía con la impresión de que "demasiado cerca" estaba mal, al menos para el alfa.

- Ronroneaste, roncaste y tal vez babeaste un poco. Elige una. - Una sonrisa burlona mal disimulada acompañando su acusación. Aunque se sentía avergonzado, le encantaba conocer esta versión de Louis y lo tranquilizaba que no estuviera tomándose demasiado en serio lo del ronroneo.

- No fue tanto. - Respondió tocando con sus dedos la pequeña marca húmeda en su camiseta. - Babeaste mucho más los pobres cojines de la sala en Navidad.

- ¿Qué? ¿Cómo...?

- Bajé en la madrugada muerto de hambre, te vi dormido ahí y te llevé una manta. Habían dos cojines empapados, temí que murieras deshidratado. - Dijo, regresándole la burla, elevando las cejas.

No Lie In His FireWhere stories live. Discover now