Capítulo 22

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Se había despertado hacía 15 minutos, con la nariz hundida en una de las almohadas, intentando encontrarlo. A diferencia de la última vez que se había quedado en su antigua habitación, el aroma de Harry no estaba por ningún lado. No habían lápices sobre su escritorio, ni mantas desarregladas, ni hendiduras en la alfombra. No había nada que dijera que su omega había estado ahí recientemente. Notó, también, cómo todos los libros estaban apilados en el librero, incluso los últimos que había enviado a Harry. Para Louis tampoco pasaron desapercibidas las líneas más angulares en su rostro, ni las pequeñas marquitas violáceas hundidas bajo sus ojos. Definitivamente había bajado de peso desde la última vez que se vieron y podía sospechar a qué se debía.

Lo consolaba sentirlo en paz cuando estaban cerca. Habían compartido un momento solos la mañana anterior, recién llegó. El caos y la tensión que habían marcado todos sus encuentros anteriores, se convirtieron en una calma placentera y en conversaciones fluidas. Había sentido las llamas descontroladas en su pecho, los incendios, la desolación, pero jamás ese fuego sereno que lo mantenía tibio y flotando. Se permitió sentir esperanzas, muy a pesar del miedo de que fueran destruidas. Tal vez podrían ser buenos amigos, podrían acompañarse y compartirse la vida. Se sentía tan culpable, como aliviado, de que Harry estuviera teniendo éxito en dejarle atrás. Con menos de 24 horas junto a su omega, le había quedado muy claro que, por desgracia, no era algo que él pudiera lograr. Pero sería como Harry decidiera, obtendría de él lo que quisiera. Lo único que le interesaba era estar para su omega, poder disfrutarle como lo estaba haciendo. Cada que lo veía, había algo diferente: la voz más grave, el hablar con más cadencia, las facciones más angulares, el cabello peinado diferente. Esta vez, conversando por horas sin que lo notaran, habían descubierto su afición por las películas "coming of age", habían coincidido que "The Perks of Being a Wallflower" y "Juno" eran sus favoritas. Harry le había contado que se había unido al grupo de Equidad Omega que habían fundado recientemente en el colegio, que estaba haciendo un proyecto artístico para su visibilización, que quería hacerse tatuajes y que, a veces, le gustaba pintarse las uñas. Louis lo había escuchado encantado, amándolo más con cada palabra que salía de su boca.

Por la noche, salieron a cenar los cuatro. Finn había elegido un restaurant argentino en el centro, con paredes azules y murales de flores. Era uno de los lugares favoritos de Harry, aparentemente. Aunque el lugar era reconocido por sus cortes de carne, su omega le comentó que solía pedir la ensalada de higos y los churros con dulce de leche. Todos parecían estar disfrutando de la noche, incluso él, permitiéndose bajar la guardia un momento y sólo existir a su lado. Lucía despreocupado, con sus rizos despeinados y los hoyuelos marcados todo el tiempo. Antes de irse, uno de los meseros les hizo el favor de tomar algunas fotografías a petición de Emmy. Así era como había terminado con Harry inclinado sobre él, sonriente, viendo a la cámara. Perdido en el olor dulce de su piel, en los latidos de su corazón y los lunares al lado de su boca, tardó un segundo en recordar que él también debía voltear hacia el frente. Sonrió a la cámara sintiéndose pleno, mientras respiraba profundo el aroma de su omega.

Camino a casa, vio el momento en el que los ojos de Harry se cerraron, sentado junto a él. Le costó más de lo que esperaba mantener a raya la urgencia de abrazarlo, de acariciarle el cabello o dejar que durmiera sobre su hombro, sobre todo cuando el mismo omega parecía buscarlo y olfatearlo en sueños. Al llegar a casa, se permitió una leve caricia en el dorso de su mano antes de despertarlo apretando su muñeca un par de veces. Durante un segundo, justo después de abrir los ojos sobresaltado, Harry lo vio intensamente, entreabriendo la boca, sin que Louis pudiera desviar la mirada. La pequeña burbuja fue reventada de inmediato, cuando las luces interiores del auto se encendieron al momento en el que Emmy abrió una de las puertas.

...

- ¿A qué hora tienes que irte, entonces?

- Zayn va a pasar por mí antes de la 1. A las 3 comienza la lectura y, generalmente, intentamos estar un poco antes.

No Lie In His FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora