40: Perdonado.

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"Se perdona en la medida en que se ama" - Francois De La Rochefoucauld.

A pesar de lo cansada que estaba por no poder dormir en toda la noche, ya estaba caminando hasta el interior del hospital. Como siempre fingí estar bien, saludando con una sonrisa porque de seguro comenzarían con preguntas las cuales no tengo ganas de que lo hagan y mucho menos tener que contestarlas. Me senté en mi silla giratoria suspirando harta de tener que firmar más hojas dejándolas ahí sin intención de hacerlo tomando mi teléfono notando todas las llamadas y mensajes perdidos de Roman.

Increíblemente no me sentía preparada para hablarle, porque de alguna forma soy propensa a perdonar con facilidad y dejar que me lastimen porque hay amor de por medio, pero a la vez me sentía mal ignorarlo. Negué frustrándome más cada vez que miraba esas carpetas, por lo que las agarre y salí de la oficina para dirigirme al piso donde estaría la oficina del director. Sin importarme las advertencias de la secretaria abrí la puerta notando que el director no era el único ahí, estaba mi peor enemigo y el doctor Rayan. 

Diría que me daría vergüenza este momento, pero llego un punto que no me importaba y no aguantaba que me vieran como estúpida. Por lo que con el mentón en alto me acerque hasta el escritorio dejando las carpetas ahí frente al director que me miraba con sorpresa y a las vez confundido.

-Mi disculpas por irrumpir de esta forma en su oficina. Pero quiero dejar algo muy en claro, yo soy doctora, no oficinista. Mi trabajo es atender a los niños y adolescentes, y de algún modo salvarlos de la horrible enfermedad que es el cáncer. Me parece una burla y una falta de respeto que me mande a firmar semejantes cantidad de carpetas que no me correspondería a mi hacerlo. No soy ninguna estúpida y no dejare que se aprovechen de mi, y si no le gusta como trabajo mejor es despedirme.

Cuando termine mi discurso, incluido Flavio, se quedaron aun más sorprendidos sin saber que decir. Como nadie decía nada me di la vuelta saliendo con la cabeza en alto frente a las miradas de los presentes, cuando llegue hasta el ascensor y notando que era la única ahí saque todo el aire, que no me había dado cuenta que lo estaba conteniendo. Coloque mi mano en mi pecho sintiendo los latidos descontrolados.

De pronto sentí unas ganas desenfrenadas de reír por la locura que cometí y que hace mucho que no cometía, por las caras que colocaron, por lo tonto que fue pensar que estaba mal, que estaba exagerando cuando en realidad hice lo correcto, por todo. Y sin controlarlo más, lo hice... comencé a reírme a carcajadas. Y llegué a ese punto que me reía sin un sentido.

Las personas que entraban me miraba extraños pensando de seguro ¿Qué le pasa a esta loca? ¿Loca? Puede que me estoy volviendo loca y los pensamientos que tengo ahora son locos. Cuando salí la risa disminuyo y me calme llegando hasta mi oficina agarrando mi bolso, quitándome la bata y despidiéndome de los chicos, dejando en sus manos en como se turnaran para atender a las personas. Pidiendo un día libre.

Deje el coche en el estacionamiento decidiendo caminar debido a que el clima estaba agradable, tomando un aire profundo. Cuando salía por las puertas principales, de lejos note a Roman quien se encontraba parado mirando a un ventanal en especifico, donde se encontraba mi oficina, dudando en si entrar o no. Se veía igual de cansado que yo, se tomaba de su cabello con frustración sacando todo el aire y con valor camino hacia donde estaba yo.

No se había dado cuenta todavía, hasta que me miro a los ojos y se sorprendió disminuyendo sus pasos y quedando en su lugar cerca de donde yo estaba. Sus ojos me miraban con demasiado arrepentimiento, como si me pidiera perdón y sin decirlo. Trague duro sacando todo el aire mientras daba un paso tras otro hasta estar frente a frente de Roman.

-Hola -Si, es lo primero que se me ocurrió.

-Hola -Ninguno de los dos queríamos hablar, o por lo menos aquellas palabras que de seguro hemos pensado en decirnos se esfumaron y nuestras mentes se quedaron en blanco sin saber que decir. Cerro sus ojos negando mientras lanzaba un profundo resoplido -Perdón, simplemente te pido perdón -Si, sabía que sus disculpas eran sinceras. Ninguno de los dos tuvimos la culpa. Asentí comprendiendo su situación.

-No trajiste flores -Se golpeo la frente con la palma de su mano dándose la vuelta.

-Voy a buscarlas -Reí negando para tomar su mano y atraerlo a mi.

-Será para la próxima.

-No habrá una próxima, te lo prometo -Suspiro tragando duro, mirándome con miedo de que esta no sea la realidad y yo simplemente lo rechace -Entonces... ¿Me perdonas? -Sonreí acercándome para darle un beso en su mejilla.

-Si, te perdono.

Sus rostro se ilumino por un enorme e increíble sonrisa abrazando mi cintura para elevarme hasta arriba y darme vueltas en el aire provocando que me riera pidiendo que me bajara. Cuando me bajo me atrajo hacia él para besarme con dulzura, notando que extraño mis besos y esta pelea provoco que esas ganas aun más tuviera efecto.

- ¿Por qué salías? ¿No tienes que trabajar? -Asentí entrelazando los dedos de nuestras manos.

-Te contare una historia algo descabellada.

Si, todo estaba yendo bien. Pero dicen que no todo es color de rosas, siempre pasara algo que arruine los momentos felices. A pesar de que todo estaba bien entre nosotros, sigue habiendo esa pared transparente entre nosotros. No confiamos en el otro del todo, y eso nos limita a la hora de querer expresarnos, de querer comunicarnos entre nosotros. 

Desearía tener esa seguridad que tienen Charlotte y Adele para poder hablar, para no quedarme callada y decir lo que pienso, lo que siento sin miedo. Se que este miedo me lo pego James y desde eso no puedo ser como era antes.

Paso tres días desde que nos reconciliamos, pero aun así sigue estando distante y cuando le hablo me contesta de forma cortante o eso es lo que siento cuando leo sus mensajes. Tengo esa sensación de que uno de estos días pasaran cosas importantes que cambiara nuestras vidas, pero no se diferenciar si es algo malo o algo bueno.

Curando HeridasWhere stories live. Discover now