19: Emociones.

6 1 0
                                    

"Nuestra vida siempre expresa el resultado de nuestros pensamientos dominantes" - Soren Kierkegaard.

Las dos nos encontrábamos totalmente ¿incomodas? No lo sé, nos sentimos como totales desconocidas. Aunque, bueno, es normal no. Pasaron años desde que no nos veíamos y además no nos hablábamos demasiado por el hecho de que se la pasaba todo el tiempo con mi hermano y él nunca me la presento, solo se encerraban en su habitación y cuando salían yo estaba o en clases o en prácticas de patinaje.

Por lo que, conocerla, no la conozco demasiado. Solo por lo que me contaba mi hermano. Sin otra cosa que hacer solo nos saludamos de lejos con una sonrisa inquietante. Luego de saludarme, miro a su hija quien se había olvidado de quitarse la bolsa de hielo.

-Y ¿A ti que te paso? -Pregunto preocupada acercándose a Leise mientras dejaba las compras en la mesada.

-Eh... -Me miro pidiendo auxilio sintiendo las ganas de reír.

-La encontré de camino. Se había golpeado con un poste porque se tropezó, yo la ayudé y ahí me di cuenta de que era la Leise de quien mi hermano me había contado.

- ¿En serio? -Nos miró un poco desconfiada. Bueno, es madre, dicen que las madres tienen instintos muy fuertes y presienten que hay algo malo -Hay un pomito en la caga de primeros auxilios, ponte un poco.

Sin esperar demasiado se fue a hacer lo que la madre le había dicho. Al irse nos quedamos solas dejándonos en completo silencio. Aclaro su voz comenzando a guardar los alimentos que había comprado. Me quede parada sin hacer nada, esto me está matando, espero que venga pronto Zaid, sino me moriré de la angustia.

- ¿Quieres que te ayude en algo?

-Ehh, si quieres. Puedes pelar y cortar las papas, y si quieres puedes hacer la ensalada de lechuga con tomate y cebolla.

-Si, no hay problema -Comencé a hacer todo lo que me pidió en silencio mientras me hacía una coleta alta para no molestar y me remangue las mangas de mi blusa.

-Paso mucho tiempo.

-Si, la verdad que sí. Fue una época bastante complicada.

-Ya lo creo.

-Me alegra saber que estan bien. Lamento no haber estado para ustedes.

-No es tu culpa, eras pequeña y no sabias lo que estaba pasando. A mi también me alegra que estés bien -Asentí agradecida.

- ¿Así está bien? -Pregunte por la ensalada.

En ese momento comenzamos a soltarnos más y a conversar más entre las dos contando experiencias, anécdotas, nuestra vida desde que no nos vimos más desde aquel día. Llego un instante donde comenzamos a reírnos cuando me conto cuando Zaid debía cuidar a Peter y cambiarle el pañal. Era un total desastre.

- ¿Realmente paso eso?

-Si. Fue increíble.

De lejos escuchamos como la puerta de la entrada principal se abría por lo que de seguro debía ser mi hermano quien al entrar a la cocina se sorprendió al vernos conversando animadamente mientras cocinábamos. Parece que no se esperaba que hubiera comodidad entre nosotras después de todo este tiempo y de lo que pasamos en el pasado.

-Vaya y estas dos hermosuras -Dijo mientras me abrazaba y luego le daba un largo beso en los labios a Grace quien no pudo evitar sonreírle.

-Estamos contándonos anécdotas bastantes comprometedoras -Dije guiñándole el ojo a Grace quien me miraba cómplice.

-Más vale que no le estés contando cuando tuve que cuidar a Peter y... -Grace cerro sus labios fuertes para contener la risa y no ser pillada por su esposo mientras agachaba su cabeza para seguir con lo suyo y hacerse la desatendida - ¿Le contaste? Sabes que no me gusta esa historia. No fue mi culpa, era padre primerizo, ni siquiera sabia lo que era un pañal hasta ese entonces y no tenia a alguien que me enseñara.

Curando HeridasWhere stories live. Discover now