31: Frustración.

1 1 1
                                    

"El valiente no es el que no siente miedo, sino el que a pesar de tenerlo... actúa" - Anónimo.

Me encontraba sentada en el jardín donde Rom me pidió ser su novia, al lado de Amanda y Kimberly jugando a un juego de mesa muy divertido que a Mandy le gustaba demasiado que no dejaba de reír y a pesar de que no la comprendía, su risa me contagiaba. A pesar de conocerla muy poco me había enamorado completamente de esta ternura de niña y creo que es natural, me enamore de tantos niños.

Kim me caía muy bien, era divertida, espontanea y con carácter recordándome a las personalidades mezcladas de Charlotte y Adele. Roman quería pasar tiempo conmigo, pero ni sus padres y ni su hermana con su sobrina nos dejaban. El pobre estaba ofendido porque me querían más a mi, que a él y también estaba enojado conmigo porque prefería pasar tiempo con ellos que con él.  Quien lo entiende.

Estaba sentado a distancia con los brazos cruzados y un mohín en sus labios, al estar así en una esquina pareciera que estuviera en penitencia. Al mirarlo comencé a reírme causándome gracia y ternura al verlo de esa forma. Me disculpe con los demás y me levante acercándome hasta donde se encontraba Roman ignorándome por completo colocado su cabeza hacia un lado y mirando para otro lugar.

- ¿Estas enojado? -No me contestaba -Acaso... ¿estas celoso de tu propia familia? -Seguía sin contestarme -Bueno -Me mire las uñas -Parece que alguien no me quiere aquí, así que me iré -Me gire caminando hacia dentro de la casa para buscar mis cosas e irme. Pero tan pronto como pise la sala que conectaba con el living, unos brazos fuertes me agarraron de la cadera alzándome en el aire -Roman.

-Como te encanta desafiarme.

-Yo -Dije haciéndome la ofendida -Como crees.

Me llevo hasta el sofá y me lanzo encima de él, subiéndose encima mío y agarrando mis dos manos, juntándolas y llevándola hacia arriba de mi cabeza, con sus piernas logro retener las mías. Con su mano derecha comenzó a hacerme cosquillas por lo que sin evitarlo comencé a retorcerme de la risa. 

-Rom.... b... basta. Me hare pis -Dije sintiendo como las lagrimas salían de tanta risa.

-Quiero disculpas y que de ahora en más estarás conmigo todo el rato dándome besitos y acariciando mi barbilla y cabello.

-Eres un niño -Dejo de hacerme cosquillas para atacar mi cuello con mordiscos que provocaba más risa tratando de zafarme, pero aun así no lo lograba -A... Amor basta q... que no p... puedo más.

-Lo harás.

-E... Esta bien, lo hare. Lo haré, ¿feliz? -Se alejo de mi mirándome a los ojos con picardía haciéndome entender en la posición que estamos sintiendo como el calor corría por mis mejillas. Su mano subió un poco para arriba a la orilla de mi blusa tocando mi abdomen con tacto provocando escalofríos en todo mi cuerpo. Con rapidez tome su mano parándolo - ¿Qué haces? ¿Te das cuenta de que hay un ventanal enorme dónde se puede ver todo? Y no solo eso tu familia está ahí afuera viéndonos -Con una sonrisa traviesa estiró su brazo a la mesita ratonera agarrando un control remoto presionando un botón provocando que el ventanal se escureciera y los de afuera no pudieran ver lo de adentro - ¿No crees que sería aún más sospechoso? -Conteste con una sonrisa burlesca y a la vez siguiendo la travesura de Roman.

-Y... ¿Emocionante? -Sonreí negando para colocar mis manos detrás de su nuca y acercarlo más a mi rostro.

-Siempre vas a querer tener razón ¿Cierto? -Mostro una leve sonrisa burlesca colocando una expresión con su dedo pulgar e índice de "un poco" provocando que me riera -Ven aquí.

Al darle la invitación se acercó pegando sus labios con los míos mientras nuestras manos inquietas recorría cada parte de nuestros cuerpos con agilidad sintiendo como nuestras pieles ardían y nuestras respiraciones agitadas hacían eco en el casa. Por más de quería perder el control de la situación y dejarme llevar fundiéndome en sus besos, no podía dejar de pensar en que su familia esta a pocos metros de distancia. 

Curando HeridasWhere stories live. Discover now