7: Roman Moon.

5 1 0
                                    

"RECORDAR ES FACIL PARA EL QUE TIENE MEMORIA, OLVIDARSE ES DIFICIL PARA QUIEN TIENE CORAZÓN" -Gabriel García Márquez.

Nunca pensé en volver a escuchar su voz, había logrado olvidar todo lo que tenía que ver sobre él o estaba haciendo ese intento. Después de dos años me doy cuenta de que por más que lo olvide no podré evitar el hecho de que en cualquier momento me lo volveré a topar porque este mundo es así, pequeño y lleno de coincidencias no deseadas. Me había dejado totalmente callada, no sabía que decir y ahora la que estaba nerviosa era yo con mi respiración entre cortada. Sentía que mi garganta se cerraba dejándome sin aliento.

-Voy a cortar -Estaba por cortar cuando suplicante me pidió que no lo hiciera.

-No por favor. Solo quiero que me escuches por un momento y sé que no merezco ni un minuto de tu atención, pero por favor solo deseo hablarte... necesito que escuches mis disculpas en persona... -No me había dado cuenta de que todo mi cuerpo estaba temblando y comenzaba a caerme gotas de sudor. Tenía muchas ganas de llorar porque una serie de imágenes comenzaba a atormentarme la cabeza.

-Lo siento.... no puedo. Adiós -Sin permitirle hablar corte rápidamente la llamada.

Cuando corte, mi corazón volvió a normalizarse y mi cuerpo dejo de estar tenso. Sin fuerzas me agache quedando en cuclillas rompiendo en llanto para luego tratar de sacar todo el aire, no me sentía para nada bien, estaba entrando en pánico y sentía que no podía estar más tiempo parada. Necesitaba sentarme y tomar agua. Sin importar las miradas de las personas a mi alrededor que no son de ayuda, despacio me enderece y caminé de nuevo para el hospital directo hasta mi despacho sin dar explicaciones ni saludar a nadie dejándome llevar por mis sentimientos.

-Hey Rose, ¿Por qué volviste? ¿Paso algo? No te encuentras para nada bien -Estaba de espaldas y sentía que mi mundo daba vuelta sintiendo mi vista borrosa. Estaba por agarrarme del escritorio pensando que estaba cerca, pero no lo estaba pasando de largo y de un momento a otro todo se volvió negro.

Caí en una completa oscuridad que me provocaba ansiedad y me recordaba aquellos momentos donde me encontraba completamente sola y con miedo. Me sentía encerrada en cubo sin aire que provocaba pánico y desesperación. Trataba de romperlo con todas mis fuerzas, pero no lograba nada por lo débil que me encontraba, aunque por más débil o fuerte no podría llegar a romperlo.

Necesitaba salir de este lugar. A ciegas por la oscuridad camine con cuidado tratando de no tropezarme con algo que estuviera en el suelo provocando que me cayera. Sin darme cuenta toda esa oscuridad desapareció mostrándome un cielo azulado con tonos anaranjados y amarillos por el sol que se alejaba mostrándome una despedida hermosa.

Mire por todos lados tratando de saber en donde me encontraba, estaba en lo alto de un edificio de muchos pisos, en la azotea, en la orilla del precipicio. Mis ojos se agrandaron y mi corazón pego un salto alto dejándome un presentimiento horrible. Cuando estaba por hacerme para atrás vi que se encontraba James. Al momento de verlo mi respiración comenzaba a aumentar a tal grado de sentir la falta de aire.

Sus ojos se volvieron oscuros, su cabello estaba todo alborotado, su ropa estaba todo desaliñada y sus puños estaban bien cerradas mostrando sus venas a punto de explotar. Su mandíbula estaba tensa mostrando lo enojado que se encontraba. Estaba cerca de mí con la intención de tirarme del edificio causando caos y terror en mi interior.

Yo negaba y murmuraba "por favor no", tratando de hacerlo recapacitar y no tomar una decisión precipitada, pero solo avanzaba hasta mi con sus ojos rojos lagrimosos. Volvía a negar tratando de dar un paso atrás, pero recordé que estaba cerca del precipicio por lo que casi caía, pero logre tener un equilibrio y sin evitarlo mire abajo mostrándome lo alto que estaba y lo duro que será mi caída. Tragué duro y lo volví a ver, sin tener ni la menor duda me empujo y no pude tener aquel equilibrio que tuve segundos atrás cayendo por completo. Trate de agarrar su mano, pero era inalcanzable. Lo único que me quedaba era cerrar los ojos y dejarme llevar. Cuando estaba a punto de tocar el suelo toda la escena se cambió trayéndome al hospital.

Curando HeridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora