Curando Heridas

20: ¿Cita?

"Dejar el pasado es doloroso, pero lo es aun mas si vivimos en él" - (Adele Wilding)

Pese a todos mis intentos de querer ponerle una inyección a un pequeño que estaba en tratamiento por tener leucemia, no podía lograr hacerlo porque se movía mucho, gritaba, lloraba, pataleaba y eso me dejo sin fuerza. Hoy me sentía demasiado idiota y trataba de no demostrarlo. Necesitaba paciencia y amor para con los niños, pero específicamente Carlos no me lo hacia fácil.

-Cariño, es necesario ponerte esta inyección. Se que duele, pero solo será por un breve momento, ¿sí? Es un pinchón pequeño, así -Comencé a hacerle cosquillas logrando que riera para luego calmarse -Debes ser fuerte mi valiente caballero -Asintió cerrando los ojos con fuerza al igual que su boca logrando que me causara ternura. Rápidamente le inyecte en el brazo logrando que todo el contenido entrara y luego lo saque poniendo un algodón en su pequeño y flaco brazo -Listo.

- ¿Ya? -Asentí con una sonrisa -No dolió.

- ¿Seguro? Bueno te pondré otra.

-No, no, si dolió, un poco. No hace falta otra.

-Tranquilo, esta es la única por hoy. Luego veremos como procedemos -Me acerque a sus padres -Por suerte lo trajeron cuando la enfermedad apenas iniciaba así que no será demasiado difícil, pero no hay que relajarnos. Sobre todo, soy honesta en mi trabajo, no les prometo nada, pero si que hare mi mejor esfuerzo.

-Gracias doctora.

Asentí con una sonrisa mientras me retiraba despidiéndome de Carlos. Al llegar a mi despacho, me senté cansada en mi silla mientras leía algunos documentos. Cuando estaba a punto de retirarme recibí una notificación de que alguien me mando un mensaje, al agarrar mi teléfono vi que era un mensaje de Roman, preguntando si estaba libre en este momento.

No hablamos desde ese dia cuando estaba en Malibú, y paso casi una semana. Cuando llegue tenia muchas cosas que hacer que me olvide de todo, me había quedado en blanco con mi vida personal y me había concentrado demasiado en mi trabajo, por lo que me olvide por completo de Roman. Al ver su mensaje fue como que lograra que me sintiera vulnerable y ansiosa por querer verlo.

Y a la vez es como si no quisiera estar con él, como si quisiera alejarlo por temor a pasar el mismo sufrimiento que tuve tiempo atrás. Y en lo más profundo de mi interior se que Roman no es un mal tipo y que al igual que yo sufre, veo dolor en sus ojos. Para ambos es difícil salir adelante, eso es lo que siento en este momento. Aunque eso pensé cuando salía con James, que era un buen chico, caballeroso, etc. y eso logro que terminara bastante mal.

Resople estresada y sin pensarlo demasiado me arriesgue contestándole que estaba libre. Por lo que ahora me encontraba sacándome la bata y saliendo de mi despacho para dirigirme hasta donde nos encontraríamos.

Mi corazón no pudo evitar latir con fuerza al estacionar cerca del restaurante donde comeríamos, cuando apague el motor me quede sentada por unos minutos sintiéndome patética al sentirme así. Riéndome comencé a sacarme el cinturón de seguridad mientras agarraba mi bolso y bajaba del coche. Al entrar miré por todo el lugar para ver donde se encontraba Roman, pero justo vino una mujer que supuse era la recepcionista del restaurante.

-Hola, bienvenida a nuestro restaurante. ¿Tiene alguna reserva?

-Ehh, si, por Roman Moon -Abrió sus ojos en grande mirándome de arriba abajo y jure que por un momento sentí un poco de desprecio.

- ¿Cómo se llama usted?

-Yo... Rose Bellemore.

-Espere un segundo - ¿Acaso no se cree que este aquí por Roman? Me siento indignada y ofendida. Puse los ojos en blanco cuando se fue moviéndose como si fuera a romperse las caderas. Suspire esperando con paciencia olvidándome lo nerviosa que me sentía. De lejos vi volvía con otra expresión en su rostro -Sígueme - ¡¿Qué le pasa?! Cansada la seguí hasta llegar a un rincón donde nadie miraba por ahí, pero si había un gran ventanal que mostraba una hermosa vista. Finalmente vi a Roman quien se levantó rápido al verme.