34: Parecidas.

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"Crees que sabes todas tus posibilidades. Entonces, otras personas llegan a tu vida y de repente hay muchas más" - David Levithan.

Cuando finalmente pude consolar a tía Denise, le pedí a Giselle que me trajera un vaso de agua para que pudiera hidratarse, ya que luego de llorar tanto lo necesitaba. Le pase un pañuelo para que secara sus lagrimas y yo las mías, cuando ya estábamos más calmadas pude observarla más y ver cada detalle de lo que me hacía recordar a mamá. Sentía que mi mamá estaba en frente mío. 

-Te pareces a ella -Comento sonriéndome.

- ¿Yo? Más bien tu si te pareces a ella -Su risa relajada resonó en la oficia contagiándomelo -Literalmente, son mellizas -Dije de forma obvia.

-Tienes razón, pero hay cosas diferentes. Como el lunar que tienes al lado de tu ceja izquierda, o tu sonrisa y entre otras cosas que no tengo yo.

-Pero de alguna manera tenerte aquí, se siente como tenerla a ella aquí... conmigo. Hace mucho que no pienso en ella y ahora que lo recuerdo comienzo a extrañarla -Sonrío comprensiva.

-Supongo que tendrás preguntas -En algún momento siempre he querido tener respuestas del porque de la enemistad de mis padres con sus familias, dejando de lado a mi abuela, mamá de mi papá. Aunque siempre he pensado que no es tanto mi problema, es algo que ellos debían solucionar.

-Siendo honesta, si. Pero es algo que de alguna forma no es di mi incumbencia o bueno... así lo siento. De todos modos si quieres contestarlas, bienvenida sean esas respuestas.

-Eres muy madura y sabia.

-Costo, pero me alegro que vean ese lado mío.

-Lo que paso en el pasado es el típico idealismo de cualquier padre en los tiempos de antes. La familia de tu papá con la nuestra se llevaron mal toda la vida, es tipo Romeo y Julieta. Solo que en vez del primo, fue su mamá la que apoyo siempre la relación de mi hermana con mi cuñado, nunca supe el porque de ese pleito, pero nunca defendí a mi hermana... la envidiaba, estaba muy celosa de ella. Tanto así que una vez la vi escaparse por la noche encontrándose con tu papá y la mande al frente, eso fue la bomba que hizo que la echaran de casa y ella nunca suplico, con su rostro llena de lagrimas miro decepcionada a papá y a mamá marchándose de casa. 

- ¿Y porque envidiarla? ¿Acaso te hizo a un lado o te trato mal? -Negaba con insistencia y convencida.

-No, ella siempre fue buena conmigo... siempre me ayudaba, me escuchaba, me incluía en su grupo de amigos, cuando estaba triste ahí estaba ella, me hacía regalos o me llevaba a algún lugar cuando me iba bien en algo, incluso me defendía de mis padres... una vez me escape de casa, papá estaba enojada conmigo y ella se metía en medio echándose la culpa -De pronto una sensación de culpa note en sus ojos que de a poco volvían a llenarse de lagrimas -Y ese es el problema, que ella era perfecta... deseaba ser como ella, me sentía como en segundo lugar. Incluso mis propios padres la halagaban y a mi me comparaban con ella, me decían: Denise porque no eres como ella. Leise me defendía de esos comentarios, pero me las agarraba con ella porque no quería que me defendiera y de alguna forma quería demostrarles que yo soy mejor que ella y sentir su apoyo, sus halagos.

-Sentirte aceptada y querida -Asintió triste.

-Cuando la pillaron y la retaron, aquel cuadro de hija perfecta en la frente de mis padres se despedazo sintiendome orgullosa y bien. Y después comenzaba a ser yo la hija perfecta, pero comenzaba a darme cuenta de que perdí una parte de mi, ¿A costa de que sirvió hacer eso? Perdí a mi mejor amiga, perdí a la persona que estaba conmigo y me defendía, que me escuchaba, que me amaba a pesar de mis defectos, de mis errores, perdí a la persona que tenía fe en mi, a la única que creían mi. Y en ese momento supe que Leise era mi héroe, mi ejemplo a seguir y cuando vi en sus ojos decepción al mirarme, nunca me había sentido tan mal, ni siquiera cuando mis padres lo hacían, pero al mirarla a ella fue mucho más doloroso. 

Curando HeridasWhere stories live. Discover now