8: Siete y media p.m

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"SOLO LAS PERSONAS CAPACES DE AMAR INTENSAMENTE PUEDEN SUFRIR UN GRAN DOLOR, PERO ESTA MISMA NECESIDAD DE AMAR SIRVE PARA CONTRARRESTAR SUS DUELOS Y LA CURA" - Leo Tolstoy.

Camine rápidamente al momento de recibir la alerta de que algo andaba mal en la habitación número 240 donde se encontraba Ricardo. Atrás mío estaban las demás enfermeras quienes corrían a la par mía. Cuando finalmente llegamos a la habitación la madre de Ricardo estaba alterada sin saber que hacer mientras lloraba al momento en el que el marido trataba de calmarla agarrándola por detrás mientras la abrazaba.

Ricardo no reaccionaba, estaba tieso como una piedra, la maquina que mostraba los latidos del corazón estaba en linea recta, estaba teniendo un paro cardiaco. Rápidamente les pedí a las enfermeras que trajeran el DEA (Desfibrilador externo automático), con mi linterna mire las pupilas de Ricardo y las tenía totalmente dilatadas fijas.

Samantha me trajo el DEA encendiéndolo mientras que yo de forma rápida le desprendí la ropa a Ricardo dejando su pecho descubierto. Le hice señales a Gladys para que sacaran a los padres de la habitación. Cuando lograron sacar a los padres comencé a hacer el proceso de reanimación. Coloque el parche debajo de su clavícula, en el hombro derecho y otro a 10 cm debajo de la axila izquierda.

-Atrás -Les advertí a las enfermeras cuando le dimos el primer nivel de descarga mostrando que Ricardo se moviera a causa de la descarga, pero sin dar ninguna respuesta -Otra vez, atrás -Nuevamente paso lo mismo, pero no había ninguna reacción causando mayor preocupación de mi parte. Le saqué los parches y comencé a hacer el proceso de RCP uniendo mis manos en su pecho y contando 30 veces para luego hacerle insuflación.

Cada vez mis esperanzas se hacían trizas cuando me daba cuenta de que todo lo que hacía no daban resultados. Sam se tuvo que dar la vuelta para no llorar frente a nosotros, Gladys agacho su cabeza triste y los demás enfermeros se quedaron tristes al ver como otro niño se iba de este mundo. Aun sin rendirme trate de volver a reanimarlo, pero por más esfuerzo que hacía no lograba más que desilusionarme por tres. Cerré mis ojos con bronca, pero traté de calmarme y ser profesional. Sin más que decir, le pedí a Jackie que llamara a los padres mientras que trataba de no romperme y poder estar mentalmente preparada para darles la noticia. Al momento de decirles la madre se derrumbo por completo abrazando a su bebe mientras que su marido se arrodillo en el suelo sin saber que hacer. Me acerque a la maquina y la desconecte.

-Hora de muerte 7:30 de la noche, día 6 de agosto de 2021.

Les pedí disculpas y dejé que estuvieran solos despidiendo a su hijo. Al llegar a mi despacho estaba desbastada, era solo un niño y por más que intentara, por más esfuerzo que le daba no lo lograba. Con rapidez borre una lágrima que resbalo de mi mejilla. De a poco mis labios temblaban mientras negaba fuerte, pero sin más tape con mi mano derecha mis ojos mientras comenzaban a llorar.

Me había encariñado demasiado de Ricardo, aún tengo su imagen en mis ojos. Siento su manito pequeña en mi mano, sus ojitos verdes y su sonrisa brillante, sin evitarlo sonreí al recordarlo colmándome de paz. Me enderecé en mi asiento atándome mi cabello y de paso, agarrando un pañuelo mientras me secaba las lágrimas y colocándome un poco de maquillaje para evitar preguntas por parte del personal del hospital.

Cuando me encontraba mucho mejor comencé a sacar carpetas para firmar lo último que me quedaba y dárselo a Jackie, pero tan pronto abrí la carpeta comencé a escuchar ruido afuera, como si estuvieran discutiendo por lo que me pare de mi asiento y fui a los pasillos donde estaba mi equipo peleando con el doctor Flavio y su equipo.

- ¿Qué pasa? Por el amor de Dios estamos en un hospital, como se les ocurre ponerse a discutir aquí -Dije en voz baja, pero firme para que no nos escucharan.

Curando HeridasWhere stories live. Discover now