[SEGUNDO LIBRO TRILOGÍA AMOS]
El ángel a decidido al fin olvidar sus principios.
El ángel olvidó a su clan y escogió a un demonio en su lugar.
Pero, ¿y el demonio?
Ella es la hija de un poderoso ángel caído.
Hija del primer demonio femenino.
Pero s...
Bajando de su moto caminó con total seguridad hacia la barrera de espinas, troncos y cráneos de seres sombra. No pudo evitar cuestionarse de nuevo el por qué de necesitar una protección tan grande.
Gracias a la luz del atardecer pudo vislumbrar la puerta abierta de la mansión y con expresión curiosa fue testigo de cómo la primera lilim en conquistar su puro corazón y desafiar a su creador abría un portal a sus espaldas. Recordó bien la noche en que le pidió llevarla en su moto porque no sabía teletransportarse.
Una pequeña sonrisa de labios templados y rosados se extendió por su rostro al verificar una vez más lo mucho que ella deseaba acercarse cada vez más a él.
Había estado horas sentado, esperando a que alguien saliera para poder planificar cómo adentrarse en la mansión y así poder llegar a la biblioteca. Sabía bien que ella no le permitiría entrar, al menos no en un tiempo... Y necesitaba la guía de ciertos libros para poder investigar sobre aquellos amos desconocidos que la atacaron.
Así es, le era imposible el no seguir preocupándose por ella.
Sus sentimientos eran más que confusos e intentaba convivir con ellos a pesar de sentirse a veces un desconocido bajo su propia piel. Sentía un cúmulo de amor y odio por ella que creaba una compleja emoción la cual le impedía a veces resistir sus ganas de tocarla al encontrarse.
Como la última vez.
Por más números que contó y por más resistencia que ejerció sobre sus músculos fue imposible el no devorar sus labios y desear tocar su cuerpo como un viajero deseaba agua en el desierto.
