29⛥The New Era

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Capítulo dedicado a Read-error

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Lo que comenzó siendo un pequeño cosquilleo en las plantas de mis pies se convirtió en amplios lametones en mis desnudas piernas.

Solté un quejido a la vez que llevaba estas a mi pecho, aún con los ojos cerrados. ¿Había acabado todo, entonces? ¿O aún me quedaban unos segundos de vida? Continué tumbada en el suelo, escuchando cómo mi respiración comenzaba a estar al compás de unos profundos gruñidos.

Espera, ¿gruñidos?

Abrí de par en par los ojos para encontrarme con otros más grandes. Me observaban fijamente a unos milímetros de mi rostro. Una exlamación abandonó mi boca y me arrastré lejos de la enorme pantera negra, la cual me devoraba lentamente con sus inhumanos ojos. Mi espalda chocó contra algo y me paralicé al escuchar de nuevo un gruñido, pero esta vez no procedía del animal que tenía en frente de mí. Aquello contra lo que me apoyé se retiró de mi espalda y me rodeó lentamente, con un caminar seguro y poderoso. A diferencia de la pantera sentada en frente de mí su compañera tenía los ojos más verdes y admirables jamás vistos.

Aún apoyada sobre mis manos y con las piernas dobladas observé con cierta inseguridad cómo las dos quedaban sentadas en frente de mí. Relamían sus bigotes de vez en cuando, mostrándome así los mortales colmillos que adornaban sus bocas. De repente sentí algo biscoso trepar mis manos y dirigí mis ojos lentamente hacia estas.

-¡Joder! -exclamé a la vez que me ponía rápidamente en pie, sacudiendo así de mis manos las negras y gordas larvas.

Únicamente entonces fui consciente del embrujado paisaje que me rodeaba.

Mi piel se puso de gallina a medida que daba vueltas sobre mí misma, detallando todo a mi alrededor. Me encontraba al pie de un bosque cuyos árboles carecían de hojas y manzanas podridas adoranabn las negras ramas de estos. En cuanto a mi izquierda todo era campo, niebla y pasto biscoso de color negro, como si hubieran derramado garrafas de petróleo sobre este. De vez en cuando larvas emergían de dicho pasto, sedientas de sangre.

Todo a mi alrededor poseía un tono azul oscuro gracias a la luna azul sobre mi cabeza. Sostuve mi mirada sobre ella durante un largo rato. Había muerto, ¿acaso esto era el infierno?

La respuesta me la dieron las dos panteras cuyo negro pelaje brillaba de manera mágica bajo la luz azul. Ambas gruñeron y con lento caminar se dirigieron hacia el bosque. Me mantuve en mi posición, limpiando mis manos en mi toga la cual a esas alturas poseía pocos rincones blancos gracias a mi negra sangre, la cual parecía no haber dejado de manar en horas. Palpé con cuidado el hueco que había dejado la bala sobre mi corazón y al no sentir dolor alguno introduje la punta de mi dedo índice en el agujero para después alzar las cejas con sorpresa. Ni siquiera salía sangre.

Di un respingo cuando volvieron a gruñirme y al mirarlas ambas me hicieron un gesto con la cabeza para que echara a andar.

Tras mirar por enésima vez a mi alrededor me resigné a reunirme con ellas ya que me asqueaba el hecho de descubrir algún bicho más asqueroso que las larvas.

AMA© |TRILOGÍA AMOS 2|Where stories live. Discover now