74⛥Goetia

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Capítulo dedicado a @arianna241

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Capítulo dedicado a @arianna241



-¿Qué os a tomado tanto tiempo?

Mi madre y yo intercambiamos una rápida mirada al tiempo que nos sentábamos en la mesa del comedor.

Cabe destacar que ella lo tenía fácil ya que su sitio se encontraba en la punta izquierda mientras que mi padre se encontraba en la derecha. Con más de veinte sillas acabé optando por sentarme junto a la única invitada en ese momento, sonriéndome desde un asiento del lado derecho.

Lady Rashoon.

Me guiñó un ojo al situarme a su lado.

El comedor resultó ser bastante agradable en cuanto a decoración se trataba. Las baldosas del suelo eran de color negro y rojo mientras que las paredes, con grandes ventanales de vidriera rosácea, estaban cubiertas con un papel de estampado ancestral textil. Un gran candelabro con innumerables velas volvía a estar sobre nuestras cabezas y aprovechando que mi madre y lady Rashoon estaban enfrascadas en una conversación la cual aislaba totalmente a Samael repasé las estátuas y cuadros de nuestro alrededor. La mesa era de un cristal transparente oscuro y los platos y copas con detalles dorados y oscuros formando hileras de plantas maravillosamente bordadas. Innumerables formas de caballos, dragones, leones y lobos se encontraban pintadas devorando a numerosas presas mientras que las estatuas eran un poco más siniestras. Lo que parecían ser ángeles sentados en parejas poseían rostros de maléficas expresiones, desafiando a lo divino y burlándose de cómo incluso los ángeles bajaban voluntariamente al infierno con el único deseo de probar de su placer.

Posando mis manos sobre mi regazo continué ignorando la pregunta de mi padre al volver a formularla con la esperanza de que fuera mi madre quien respondiera. Y así fue.

-Tu hija tenía varias dudas.

-¿Dudas? -alzó Samael la ceja derecha, con las manos unidas sobre la mesa.

Todos seguían portando las mismas prendas.

-Eso es. Dudas.

El tono de voz de mi madre hizo que lady Rashoon me dirigiera una rápida mirada de soslayo, conociendo al parecer esa situación y el desenlace a la perfección.

-¿Qué dudas no has podido compartir conmigo?

-Preguntas íntimas, papá. -rodé los ojos.

-¡Fantástico! ¡Soy el mejor candidato de todo lo denominado como intimidad!

Hice una mueca de asco cuando se echó hacia atrás en su asiento aterciopelado de color azul oscuro.

-¿Y bien? ¿Qué es aquello tan íntimo sobre lo que tienes dudas?

Le dediqué una mirada agotadora a mi madre quien se encogió de hombros graciosamente.

-¿Podemos dejarlo estar? -bufé.- Tengo hambre.

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