♡ Capítulo treinta y siete

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Ni siquiera pude pegar un ojo durante toda la noche después de ir a festejar con mis amigos por unas hamburguesas, donde también estuve distraída. Aunque tenía una sonrisa en automático en el rostro, no lograba quitar a las dos personas de mi mente, tratando de recordar lo que me dijeron.

Al llegar a casa, lo primero que hice fue investigar en la escuela para verificar que no me estuvieran mintiendo. Incluso en la página oficial encontré los nombres de los dos reclutadores. No dejé de leer reseñas e historias de éxito de algunos de sus estudiantes después de graduarse. Esto me mantenía más ilusionada, porque me vi a mí misma en un gran escenario con el teatro lleno de personas que compraron boletos para ver la obra.

Incluso me imaginé a Kaleth tocando el piano a un costado mío, ya que creía que podía conseguirlo. Tal vez tenga una vida con papeles grandes y cuando sea lo suficientemente mayor, podría enseñar a las pequeñas que también tienen un sueño.

Estoy ansiosa por descubrir el mundo que me está esperando afuera.

Cuando suena la alarma, me caigo de la cama, ni siquiera me di cuenta de que me quedé dormida. Aketus se acerca a mí con preocupación, olfateando mi cara. Aprieto los ojos con fuerza al sentir su babosa lengua en mi mejilla.

—Estoy bien, Ak —susurro con voz rasposa, empujándolo del pecho para que me dé oportunidad de levantarme—. Es que soy un poco torpe —complemento.

Parece que Aketus no está contento con esa respuesta porque me ladra como regaño. Le acaricio detrás de las orejas y le doy un beso en la frente antes de levantarme.

Era temprano, tenía prácticamente todo el día libre para mí, ya que el ciclo escolar de la academia acaba de culminar con la función de anoche. La cita con las personas es por la tarde, así que voy a practicar ballet; es lo mínimo que puedo hacer para obtener una beca.

Antes de empezar a ensayar una de las coreografías, voy a desayunar para estar despierta. De igual manera, le doy de comer a Aketus. Luego, lo llevo a dar una caminata corta para que se distraiga.

Durante el resto de la mañana y gran parte de la tarde, estuve bailando, repitiendo coreografías sencillas por el espacio y no puedo dar brincos largos. Incluso creo que soy capaz de identificar cada una de las notas.

Tomo un breve descanso porque estoy cansada, aunque si no hago nada, mi mente no va a estar tranquila, imaginando escenarios. Yo sé que ellos me quieren, pero no sé si tengo suficiente dinero para poder irme sola o si mi mamá estaría dispuesta a irse o si Kaleth...

¿Kaleth se quedaría aquí? Aquí tiene sus clientes y también su calendario; no sería capaz de pedirle que lo deje todo. Tampoco creo que él me pida renunciar a mis sueños.

Todo me cae como un balde de agua fría y me pone nerviosa, así que voy a la ducha para intentar relajarme, aunque sea un poco, porque tengo que hablar con mi novio antes de la cena. Mi mamá me ha prestado un vestido largo y de tirantes de seda de color naranja, es de ella. Lo buscó tan pronto llegamos a casa y le di la noticia.

Estaba apenada porque no podía acompañarme debido a su trabajo. Le dije que no se preocupara, que cuando llegara en la noche yo le explicaría todo con lujo de detalle sobre la conversación.

Cuando termino de ducharme, salgo envuelta con una toalla alrededor del cuerpo mientras me maquillo con sutileza. Lo único que no soy capaz de ponerme sola es el labial, porque se podría notar más lo complicado que puede ser para mí.

Aketus, que no me ha abandonado durante todo el día, empieza a ladrar con fervor mientras camina hacia la salida. Su ladrido es ligeramente distinto cuando llega Kaleth. Pero yo me quedo en mi habitación, terminando de arreglar mi cabello, dejando unos mechones alborotados alrededor de la frente.

NefelibataWhere stories live. Discover now