♡ Capítulo treinta y seis

6.5K 399 32
                                    

​​Siete de junio

Estoy nerviosa, bastante, el estómago se me retuerce y creo que quiero vomitar. Me fue complicado incluso conciliar el sueño la noche anterior. Lo único que mi mente proyectó fueron grandes notas de música con las que bailé. Fue muy extraño, pero divertido. Tampoco fui capaz de desayunar, por lo que perdí el tiempo picando las manzanas en diminutos trozos para tratar de relajarme. Sin embargo, no tuve éxito ninguno.

Ahora estoy jugando con mis dedos, sentada en el borde de la cama. Recordando los pasos del baile, aunque he ensayado duro durante estos meses, tengo pavor de quedarme en blanco justo delante de las personas.

Mamá llama a la puerta un par de veces, atrayendo mi atención. Dirijo el mentón hacia la salida y me obligo a sonreír, pero creo que los labios me están temblando.

—Te veo tan nerviosa, Jol —afirma, soltando un profundo suspiro—. Trabajaste duro en estos meses.

Desde la última vez que me presenté en un escenario fue el año pasado y era una coreografía sencilla a comparación con lo que sé en este momento. Estoy orgullosa del camino que he recorrido, pero sé que puedo mejorar, siempre se puede ser mejor.

Aprieto los ojos con fuerza, tratando de tranquilizarme, pero parece que estoy teniendo el efecto contrario. Intento mantenerme con pensamientos positivos o eso es lo que me dijo mi novio en las noches durante las últimas semanas. Estoy segura de que parezco un disco rayado que repite lo mismo una y otra vez, y él solo me escucha con atención, como si fuera la primera vez.

—Lo vas a hacer excelente, Jol —asevera mamá, caminando hacia mí, luego me aprieta el hombro.

Su tacto cálido me reconforta y un poco de alivio se instala en el pecho.

—Gracias, mamá. —Coloco la mano encima de la de ella para estrecharla—. Creo que es medio absurdo que esté tan nerviosa.

—Con los años que vienen cada vez va a ser más sencillo, la primera vez siempre te aterra —ríe, me alivia aún más—. Entonces, ¿qué vamos a hacer?

—Colette me ha dicho que me va a maquillar en el teatro, Odette nos va a dar un discurso de motivación y va a iniciar el baile —explico, paso la toalla en mi cabello húmedo—. Edith me dice que es para que estemos relajadas y jamás ha dicho lo mismo desde que está con ella.

—Entonces cuando estés lista, nos podemos ir.

—¿No te he dicho que Kal va a pasar por nosotras en el carro de su papá? No quiere que me esfuerce antes de tiempo...

Mi mamá toma un bocado de aire antes de responderme, pero el timbre suena por toda la casa y Aketus alterado y emocionado rasca la puerta. Corro detrás de él, mi perrito me golpea con su cola. Lo empujo con sutileza para que me diera espacio.

El aroma característico me invade la nariz, pero Kal le da toda su atención a él antes de acercarse a depositarme un beso sonoro en la mejilla. Saluda a mi mamá con una sonrisa, porque suspira.

—¿Ya están listas para irnos? —pregunta Kaleth con cordialidad.

—Todavía falta que me arregle el pelo, denme quince minutos para poder hacerlo, al cabo que todavía tenemos tiempo, ¿verdad?

El corazón parece que se me quiere salir del pecho, todos los músculos del rostro están tensos, y con dificultad, asiento con la cabeza. Faltan cinco horas para el inicio de la función, y antier tuvimos nuestro último ensayo general.

Ayer Kaleth estuvo conmigo toda la tarde, encerrados en mi habitación, escuchando sus series asiáticas. Siempre intentó que no estuviera concentrada en los pasos de la coreografía en mi mente una y otra vez, fue una misión complicada para él, pero lo consiguió cuando me empezó a dar besos alrededor de mi rostro, robando cada una de mis carcajadas.

NefelibataWhere stories live. Discover now