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Las cosas en Angelical no se tranquilizaron luego de que los vampiros secuestrados para experimentos fueron salvados y regresados a sus hogares.

Las tensiones entre especies que se mantuvieron por un largo tiempo se acentuaron mucho más.

Sobre todo porque pese a que los responsables de las atrocidades que sufrieron los vampiros fueron capturados y enjuiciados, seguían habiendo desaparecidos; aunque esta vez tanto los vampiros como los seres humanos eran quienes se esfumaban sin dejar rastro alguno.

Los vampiros culpaban a los seres humanos por esas desapariciones, mientras que los seres humanos culpaban a los vampiros y les atribuían su necesidad de venganza después de lo que les había ocurrido a los de su especie.

Lo cierto era que ninguno tenía la certeza para afirmar o negar algo, y lo único que podían hacer era sospechar entre sí.

Se hicieron las investigaciones necesarias, y se interrogó a los doctores que habían sido parte de los experimentos con vampiros.

Aunque la mayoría de ellos padecían secuelas por los ataques de una bestia desconocida en las instalaciones el día que fueron capturados, aquellos que pudieron testificar negaron la posible existencia de otro laboratorio.

Incluso el ministro que fue cómplice en todo ese plan macabro fue destituido de su cargo y enjuiciado. Las pruebas que se encontraron eran irrefutables, y no tuvo forma de librarse de lo que había hecho.

Conforme pasaban los días el temor iba en aumento.

Nadie podía tener la certeza de que volvería a casa luego de salir de ella.

Y aunque la vigilancia policial aumentó y los vampiros se mantenían a la defensiva, lo que sea que los atacaba desde las sombras, no se amedrentaba por ellos.

De esa manera transcurrió el tiempo, y un mes después, la situación no pareció mejorar.

A pesar del peligro latente en las calles, tanto los humanos como los vampiros, por separado, se habían organizado para realizar búsquedas, con resultados poco favorables, pero pese a ello seguían intentándolo.

Eran pocos los momentos en los que se permitían tomar un respiro, como en aquel instante que Jungkook había aprovechado para pasar un poco de tiempo con Taehyung.

En un inicio se sintió un poco confundido al encontrarse con la noticia de que Taehyung se había mudado, pero cuando este le explicó la razón, solo pudo quedarse callado.

Si lo hubiese escuchado en su momento, no habrían pasado por tantas cosas. Aunque lo mejor era no darle más vueltas al asunto. Ya no tenía caso recriminarse por eso, estaban juntos y era lo único que importaba.

Se esforzaría para que eso continuara de la misma forma.

—¿Ya te vas? —dudó Taehyung saliendo del baño al ver a Jungkook sentado en el borde de su cama poniéndose los zapatos.

El vampiro se lamió los labios y asintió.

—Te dije que no me podría quedar.

—Lo sé —Taehyung dejó de lado la toalla con la que secaba su cabello y se sentó en el regazo de Jungkook, apoyando las manos en sus hombros —. Es lo que me has dicho todas las veces que has venido. Solo pensé que te quedarías un poco más esta vez.

Jungkook rodeó la cintura de Taehyung y lo presionó contra su cuerpo, dejándolo más cerca.

—Sabes que eso es algo que me gustaría, quiero quedarme contigo y pasar más tiempo, es solo... —se interrumpió a sí mismo y suspiró —. Solo que no puedo ahora. Lo siento, en serio, yo...

Bloody Attraction [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora