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Seojoon llegó a su hogar bastante tarde por la noche. Se extrañó al no encontrar ruido alguno en el interior, supuso que su hijo y esposa se encontrarían durmiendo. Estaba seguro que nada les ocurriría estando ahí, estaban siendo resguardados por cuatro hombres que vigilaban constantemente la zona, y dos de ellos eran vampiros entrenados.

Soltando un suspiro prolongado se encaminó en dirección a las escaleras después de constatar que no se encontraban en la sala o en la cocina. Al llegar al segundo piso le dio un vistazo a la puerta de la habitación de Taehyung, quedándose de pie frente a ella quizás más tiempo del necesario. Para luego resoplar y entrar finalmente a la recámara que compartía con Eunha, encontrándose con la hermosa mujer recostada sobre la cama, leyendo un libro, quien al verlo ingresar esbozó una gran sonrisa y se puso de pie, reforzando el nudo en su bata de dormir para recibirlo.

—No te escuché llegar — dijo ella, dejando un casto beso sobre los labios de su esposo, quien la abrazó por la cintura y la apegó a su cuerpo — ¿Todo está bien? — inquirió Eunha con notable curiosidad, sintiendo al castaño tenso contra su tacto.

—Sí — susurró Seojoon en respuesta, muy contrario a lo que ocurría en realidad, enterrando su rostro en el cuello de la rubia e inhalando su aroma, llenándose de tranquilidad casi de inmediato, dejándose llevar por aquella calma y apego por su esposa que desde hace días atrás no sentía a causa de los constantes problemas que se generaban entre ellos por sus decisiones —. Solo otro día cansado y sin nada de avances en la investigación. Todo esto es un asco — resopló luego de unos minutos, notablemente abatido.

Eunha se relamió los labios. Se soltó un poco del agarre del castaño y tomándolo de la mano con suavidad lo guió hacia la cama, donde ambos se sentaron, uno al lado del otro.

—¿Es tan difícil para ti creer que son los vampiros los que hacen esto? — inquirió la rubia luego de escrutarlo, mordiendo su belfo inferior al saber que estaba pisando terreno prohibido para el contrario.

—Estoy demasiado seguro que no son ellos — contestó de inmediato el castaño, sacando la chaqueta de su cuerpo y dejándola sobre la cama, la cual se encontraba aforrada por una pulcra sábana blanca —. Y en un caso demasiado improbable, si así fuera... tendría que encontrar al responsable o a los responsables, este es mi trabajo después de todo.

—Podrías dejarlo y lo sabes — masculló Eunha casi de inmediato, el reproche y la aflicción se hicieron presentes al pronunciar esas palabras —. No entiendo por qué quieres ponerte y ponernos en peligro por algo como esto.

Seojoon no respondió, sabía que si su conversación tomaba ese rumbo, terminarían discutiendo como normalmente lo hacían. Acarició con sus dedos el puente de su nariz, su cabeza comenzaba a doler producto de la presión y estrés al que había estado expuesto en los últimos días. Luego de estar algunos segundos con la mirada baja, alzó su cabeza, viendo en dirección a la rubia, quien aún lo observaba expectante, esperando una respuesta de su parte.

—¿Cómo ha estado Taehyung hoy? — optó preguntar el castaño.

Eunha bufó ante el brusco y evidente cambio en el tema de su conversación. Sin embargo, no dijo nada al respecto, también era consciente que no podían seguir discutiendo todo un siempre por eso. Ya estaban ahí después de todo, y no importaría lo que ella dijera, la decisión había sido tomada.

—Taehyung está bien — contestó de mala gana, aunque luego sonrió al recordar la visita que tenían —. Por cierto, vino Jackson, está en la habitación con Tae.

—Oh, ¿en serio? — Eunha asintió y Seojoon sonrió —. Iré a verlos — anunció, haciendo el intento de ponerse de pie para ir a la habitación de su hijo y saludar al amigo de este, pero fue detenido por el agarre de la mano de su esposa.

Bloody Attraction [KookTae]Where stories live. Discover now