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—Me duele el estómago — se quejó Taehyung, poniendo sus dos manos sobre el área abdominal mientras atravesaba el umbral de la casa del vampiro para llegar al exterior.

Una vez afuera, el frío nocturno que lo azotó lo hizo soltar su estómago para abrazarse a sí mismo y frotar sus brazos. Una ráfaga de viento helado hizo que cada poro de su cuerpo se erizara, y como llevaba el cabello húmedo por el baño que había tomado en la casa del vampiro, se estremeció un poco, volteándose para ver como Jungkook salía también de su hogar y cerraba la puerta de la misma, sin preocuparse en ponerle algún seguro.

Supuso que eso era normal, ya que al ser vampiros, si alguno quisiera entrar, una cerradura o un simple candado no iba hacer la gran cosa para impedir que lo hiciera debido a la fuerza descomunal que estos tenían.

Jungkook se acercó hasta él, con las manos dentro de su chaqueta y sus labios curvados en una tenue sonrisa ladeada. Evidentemente, el clima del exterior no lo afectaba en lo absoluto. En situaciones como esas era que Taehyung envidiaba su antigua vida.

—Tal vez porque estás muy lleno — se burló Jungkook ante las palabras dichas con anterioridad por Tae, repasando con su lengua la punta de sus colmillos. Aún podía saborear la dulce sustancia color carmín que corría por la piel del cuello del rubio mientras lo follaba hasta el cansancio en la ducha de su baño. Había sido tan agotador, pero estuvo tan saciado que la sensación de cansancio pasó a un segundo plano durante todo el momento de éxtasis.

—Es por tu culpa, idiota — lo señaló de forma acusadora, provocando que la sonrisa del contrario se expandiera.

—¿Por qué sería mi culpa tu dolor estomacal? — Jungkook se encogió de hombros, deteniendo su andar al quedar frente al humano. Su cabello también estaba algo húmedo y algunas hebras unidas por el agua se movían con el viento —. Tú me rogaste llorando que te llenara, ¿Cómo te iba a decir que no?

—No-No estaba llorando — balbuceó, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño.

—Estás actuando como un niño ahora — Jungkook negó levemente con su cabeza. En el poco tiempo que llevaban conociéndose, ya se había acostumbrado a esa dualidad que mostraba el rubio.

Hace un instante, estaban sumergidos en su laguna de placer, devorándose el uno al otro, consumiéndose en las llamas del vórtice que ellos mismos habían creado. Disfrutando de sus cuerpos sin restricciones, sin reparos o pudor, donde solo existían ellos, sus cuerpos, sus bocas, sus orbes, la dulce piel que saboreaban como si fuera el néctar más sublime y adictivo de toda la creación. Y ahora estaba ahí afuera, tebiendo que soportar a un Taehyung berrinchudo que distaba mucho del chico que lo hizo correr cuatro veces en un mismo día.

Y joder que Jungkook disfrutaba de ambos, sin poner objeción alguna. Porque definitivamente, la dualidad de Taehyung no eran dos opuestos, sino dos complementarios que lo envolvían como si estuviera atrapado en una laboriosa telaraña de la cual, sin importar cuanto esfuerzo ponga, parecía imposible salir.

Estaba seguro que así como Dios había creado al hombre, definitivamente el diablo había creado a Taehyung, porque esa era la única respuesta que podría encontrarle ante todo lo que el rubio le hacía experimentar a él y a las demás personas que lo conocían con una simple mirada.

—¡Te corriste tres veces dentro! — le recriminó en voz alta, manteniendo la misma postura de dramático y ofendido.

—Tú no me detuviste, yo te vi muy dispuesto a todo. Pedías y rogabas con mucho entusiasmo — dijo Jungkook, bajando el tono de su voz, siguiéndole el juego infantil a Taehyung.

—Yo no estaba pensando en ese momento — trató de defenderse en vano, haciendo un pequeño mohín con sus labios luego de espetar aquella tonta excusa —. Era tu obligación preguntar.

Bloody Attraction [KookTae]Where stories live. Discover now