Bloody Attraction [KookTae]

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—¡No te confié la seguridad de mi hijo para que hicieras algo como esto! — el fuerte bramido del mayor resonó por todo el lugar, provocando que incluso el mismo Taehyung se sobresaltara.

El rubio no recordaba haber visto a su padre tan enfadado como lo estaba en aquel instante. Su pecho subía y bajaba por lo irregular de su respiración, su rostro estaba enrojecido y las venas de sus manos se hicieron muy notorias cuando las apretó en un fuerte puño.

Sus orbes estaban llenos de una ira tan desmedida, que Taehyung temió que su padre quisiera lanzarse a golpear a Jungkook. Aunque el resultado sería evidente y contraproducente para él, ya que el azabache era un vampiro y su fuerza era mucho mayor. Pero aún así eso era lo que el mayor parecía querer hacer.

—Vamos, Seojoon. Relájate — Jungkook mantuvo el mismo tono impasible de siempre, recostado contra el borde de una mesa y con los brazos cruzados, ignorando el estado iracundo del contrario —. No pasó nada. Taehyung está bien, ¿no es cierto, cariño?

El rubio no pasó por alto el tono con el que Jungkook le habló, como si estuviera saboreando las palabras. Sabía que su intención era molestar aún más a Seojoon, y por el gruñido involuntario que dejó escapar su padre, supo que estaba logrando su cometido.

No obstante, dadas las condiciones, incluso él sabía que ese no era el mejor momento para bromear o jugar con la racionalidad del mayor.

Afortunadamente ellos habían salido ilesos del catastrófico evento, pero hubo quienes no contaron con la misma suerte que ellos.

Todo se sentía aún muy surreal.

El vampiro que enloqueció en el ring de boxeo saltó y comenzó a atacar a todo aquel que estuviese cerca, en medio de tanto caos, apenas podían defenderse. Taehyung tenía muy clara la imagen de aquel sujeto con orbes rojizos clavando sus dedos en los ojos de otro vampiro que tiró al suelo con un potente ataque.

El grito desgarrador que resonó en el lugar cuando eso ocurrió, aturdió los sentidos de los presentes. Taehyung sintió como si sus tímpanos se fueran a romper en cualquier momento.

Ese chupasangre tenía una fuerza aún mayor a cualquiera de los que estaban ahí, ya que varios de ellos trataron de contenerlo, pero ninguno pudo hacer mucho para lograrlo.

Solo conseguían ser atacados de gravedad. El sonido que hacían los huesos al romperse y los alaridos llenos de dolor fue lo que se pudo escuchar por un lapso de tiempo.

Muchos quedaron petrificados, sin asimilar lo que estaban presenciando, eran pocos los que reaccionaron para hacer el intento de ayudar.

El caos que se formó fue instantáneo, y aparte de los heridos que resultaron por el ataque de aquel vampiro fuera de control, también hubo vampiros que al momento de tratar de huir lastimaban a otros por la desesperación y la efusividad del momento.

Recuerda muy bien que Jungkook había formado parte de aquellos vampiros que quedaron en un estado catatónico.

El azabache no podía dejar de ver la escena sangrienta con pánico. El rubio nunca había visto esa expresión en su rostro, ni siquiera cuando tuvieron que enfrentar a los rastrillus o a Aluca.

No le costó mucho intuir lo que estaba ocurriendo por la mente del vampiro. Era bastante perspicaz. Seguramente, ese hecho le recordó a la noche en que fue atacado y convertido. La noche en la que su madre perdió su racionalidad y su prometida la vida.

Incluso cuando sus amigos lo estaban llamando a gritos para escapar de ese lugar en el que no podían hacer nada para evitar los destrozos, Jungkook no reaccionó.

Solo pudo volver en sí cuando Tae lo tomó de la mano y lo llamó por su nombre. Fue ahí cuando cayó en cuenta de todo a su alrededor y el peligro que los acechaba si no se iban de inmediato. Tomó de la cintura al humano con la intención de escapar, pero ya tenía a Junseok frente a él.