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Taehyung caminaba completamente ido por la vereda mientras se dirigía de regreso a su hogar. A través de sus capacidades sugestivas había logrado que sus padres se lo permitieran, ya que si trataba de convencerlos por el método convencional la respuesta que obtendría sería una absoluta negativa, sobre todo de su madre que prácticamente vivía con miedo por la criaturas que habitaban el mundo exterior, y eso que ella ni siquiera las conocía a todas.

Los pasos que daba eran lentos y su cabeza baja. Había entrado en un estado de ambivalencia total; por un lado estaban los pensamientos difusos por lo fácil que le fue ceder ante los toques calientes que cierto vampiro petulante y de sonrisa altanera le había proporcionado, y por otro lado estaba el incesante deseo y anhelo de tener más de los mismos. Era bastante obvio la fuente de este último. Maldito Asmodeo.

Si tan solo ella hubiera estado en el momento en el que ese ser despreciable tuvo la osadía de tocarlo más de la cuenta, él no se encontraría ahora en aquella situación tan decadente y deplorable. Aunque era consciente que tendría que vivir con los humanos al final, después de todo, ni el cielo ni el infierno es lugar para un simple humano, o bueno, lo que quedaba de él.

Taehyung se sobresaltó cuando alguien, de forma muy abrupta, interrumpió sus pensamientos y su andar; el fuerte sonido de una bocina de motocicleta y una mano traviesa que apenas rozó su trasero fueron los responsables de su alteración. Cuando se volteó y vio de quién procedían, sus ojos rodaron aunque lo anticipaba, porque por algún extraño motivo ya sabía que se trataba de ese idiota manoseador, quien iba montado en su motocicleta, la cual prácticamente iba encima de la vereda. Definitivamente los rumores sobre que las reglas no existían en ese lado de Angelical eran ciertos, y ese vampiro azabache era la clara representación de aquello.

—Mantén tus manos lejos de mi cuerpo — masculló Taehyung, y el pelinegro simplemente se le quedó mirando burlón y escrutándolo de forma lascivia.

—Pero si hace poco me rogabas por más — Jungkook mordió su labio inferior para después humedecerlo con su lengua — Vamos, te llevo.

—No necesito que me lleves a mi casa, puedo caminar.

—No te equivoques, cariño — una de las cejas del rubio se arqueó —, yo no te iba a llevar a tu casa, sino a mi cama. Tú ya te corriste con mis manos, creo que me debes como mínimo un trabajo manual.

Taehyung sintió como el carmín cubría sus mejillas y la punta de sus orejas, y rezongando molesto se volteó, cruzándose de brazos empezó a caminar con una velocidad mayor a como lo venía haciendo desde un principio.

—Oh, vamos cariño, ¿en serio te has enojado? — Jungkook rió sin quitarle la mirada de encima al rubio, mientras iba conduciendo su motocicleta muy cerca de la vereda, donde Taehyung caminaba ignorando completamente su presencia.

Jungkook realmente no entendía por qué ahora estaba actuando como si lo que hizo le molestara, cuando hace tan solo algunas horas atrás había estado tan necesitado y entregado ante los toques que le brindaba a su cuerpo. Fue tan embriagante; como si necesitara de ellos para seguir de pie.

No estaba seguro, pero podía casi afirmar que sintió como toda su energía era drenada de su cuerpo, un ferviente deseo quemando hasta el fondo de sus entrañas, y su erección presionando con fuerza la ruda tela de su pantalón. Nunca había sentido algo tan abrumador como aquello, y ni siquiera estaba teniendo sexo con el rubio, simplemente lo estaba estimulando. Ahora la curiosidad y el deseo de tenerlo en su cama con las piernas abiertas era aún mayor.

Sin embargo, luego de su íntimo momento, cuando la bruma placentera pareció cesar en la cabeza de Taehyung, sus ojos se volvieron vidriosos y sus labios se estiraron temblando, parecía incluso que en cualquier instante se echaría a llorar. Un cachorrito asustado, a eso le recordó a Jungkook, difiriendo en demasía con el acto que acababan de compartir. Incluso parecía una persona totalmente diferente.

Bloody Attraction [KookTae]Where stories live. Discover now