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—Ten cuidado la próxima vez — le dijo el joven de cabello rubio al niño sentado frente a él —. Ese arbusto era venenoso — añadió mientras envolvía con un trozo de tela la herida de la pierna.

Se escuchó un jadeo en el lugar, pero no provenía del niño afectado ni de la persona que lo estaba curando.

—¿Ves? Te advertí que no juegues en el bosque, Minho. Es peligroso — la abuela del infante mostró una mirada cargada de preocupación luego de hablar.

—Pero no pasó nada, abuelita — le respondió el pequeño Minho acariciando su propia nuca mientras trataba de sonreírle ampliamente.

—De todas formas, podría pasarte algo como ahora, o... — la mujer hizo una pausa y adquirió un semblante sombrío —. O te podrías encontrar con un demonio.

El niño se tensó y fue entonces que el joven de cabello rubio rio, mirándolo con diversión.

—Tu abuela tiene razón — habló con un tono afable —, debes de tener cuidado. El bosque es un lugar peligroso, y más para un niño.

—Pero usted va todo el tiempo — respondió el menor.

—Sí, pero... ¿Te cuento un secreto? — Minho asintió, el rubio se inclinó como si estuviera a punto de contarle un secreto y susurró —: A mí me da mucho miedo el bosque.

—No le creo, usted pasa más tiempo en el bosque que aquí en su casa.

—¡Minho! — trató de reprenderlo su abuela, pero el joven la calmó con un ademán.

—Eso es porque necesito ir por muchas cosas que solo se pueden encontrar ahí para curar a niños traviesos como tú — con su índice le dio un ligero toque en la punta de la nariz —. Si yo tuviera que elegir, no iría — mintió.

—¿En serio? — inquirió el niño con las cejas fruncidas —. Yo pensé que amaba el bosque...

—Me gustan las plantas y los animales, pero está infestado de demonios — le brindó una sonrisa sellada —. Así que evita ir muy adentro, ¿sí? Y ten cuidado cuando juegues con tus amigos, entre menos se hieran menos tendré que ir yo al bosque. ¿Podrías hacer eso por mí?

El infante asintió con efusividad, mostrando su determinación.

—Sí, ya no iré al bosque, ni me lastimaré jugando, y les diré a los demás que tampoco lo hagan. No quiero que usted tenga que ir si no le gusta.

—Oh, pero que buen niño eres, Minho, te mereces el cielo — apretó un poco las mejillas del aludido y este solo rio, sonrojándose un poco.

Terminó de cubrir la herida del menor, y luego de revolver un poco su cabello, se giró hacia la abuela de este.

—Aplíquele este ungüento todas las noches, y tráigalo de nuevo cuando se termine. Minho es un niño muy fuerte, estoy seguro que se sanará pronto.

La anciana aceptó el frasco que le estaba dando el joven, y tomó una de sus manos para darle un beso en el dorso de la misma.

—Muchas gracias, no tengo cómo pagarte todo lo que haces por nosotros.

El rubio sacudió su cabeza con suavidad, con las comisuras de sus labios curvadas.

—No se preocupe, sabe que estoy aquí para ayudar. Vengan cuando desee.

—Eres como un ángel, mi niño.

El joven acompañó a Minho y a su abuela hasta la puerta de salida, y antes de llegar a ella la mujer vio algo que llamó su atención.

Bloody Attraction [KookTae]Where stories live. Discover now