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La espesura de la noche siempre fue el manto en el que se refugiaban todas las criaturas nocturnas. Beneficiándose del peligro que esta representaba para todos aquellos que temieran de su enigmático poder.

La rubia que deambulaba en esa fría tiniebla, se regocijaba en dicho poder, el cual se adhería a su cuerpo indómito y le devolvía la vitalidad que le fue robada en el instante que escapó de las duras cadenas que la mantenían presa en el averno. Cada día que pasaba la sangre corría por sus manos de una manera alucinante, llenándose de fuerza para cuando decidiera cuál sería el siguiente paso con su nueva libertad en el mundo de los patéticos seres humanos.

El exterminio total era una idea que había estado tentando su cabeza, pero si asesinaba a todos los seres humanos sin hacer distinción entre buenos y malos como acostumbraba, ¿quiénes serían sus bufones? La diversión se iría junto con la escoria mundana, y no quería aburrirse por toda la eternidad que le quedaba aún.

Continuó caminando por el  sombrío y solitario callejón. Con lentitud, no tenía prisa por llegar a ningún lado. Ni siquiera tenía un lugar al cual llegar realmente. Nunca tuvo un lugar.

Sus pasos eran perezosos, como si incluso arrastrara los pies con cada uno de ellos. Su mirada no abandonó en ningún momento la calle delante de ella. Cualquiera que la viera pensaría que estaba tan ensimismada que ni siquiera podría detectar si alguien la estaba siguiendo. Y no podrían estar más equivocados.

Aluca detuvo su paso. Sin emitir un solo ruido, se volteó, ladeando el rostro antes de esbozar una tenue sonrisa con sus gruesos labios. Frente a ella no había nadie. Pero sabía que no estaba sola. También sabía quién le estaba haciendo compañía. Nunca podría olvidar esa presencia con la que convivió por tantos años antes de que también le fuera arrebatado para ser entregado a Taehyung.

—Sé que estás ahí — Aluca se cruzó de brazos —. Sal ahora o deja de seguirme, no tengo tiempo para perderlo contigo.

—No sabía que tenías pendientes en este mundo — las palabras golpearon la mente de la demonio al mismo tiempo que un pequeño cachorro pomerania salía de un costado del callejón en el que se encontraban.

Aluca le lanzó una mirada inquisitiva, con el entrecejo fruncido para luego solo dejar escapar una fuerte carcajada.

—¿En serio? — cuestionó de la nada —. ¿Esa es tu nueva apariencia? ¿Un ser tan patético? Tu valor y dignidad definitivamente está por los suelos. Del mismo modo en que lo estará tu nuevo amo, y si lo que vienes hacer es a abogar por él, puedes irte por donde viniste, porque no lo lograrás.

—No tengo la necesidad de abogar por Taehyung — le respondió del mismo modo que lo había hecho con anterioridad —. Aunque si lo piensas de una mejor manera, si desistes de lastimarlo, no tendremos que enfrentarnos.

—¿Por qué eso sería un problema para mí? — Aluca bufó —. Recuerda que tú eres solo una mascota, mientras que yo soy la madre de los vampiros. Un ser inmortal con un poder comparable con el de uno de los príncipes del infierno.

—Del más débil — la interrumpió el cachorro.

Aluca, lejos de sentirse ofendida, solo rio ante sus palabras. Humedeció sus labios con lentitud, cuando su lengua estaba recorriendo el belfo inferior, esta adquirió la forma de una lengua de serpiente antes de ingresarla de nuevo a su cavidad bucal. Ampliando su déspota sonrisa.

—Realmente no puedo tomarte en serio con ese aspecto — avanzó dos pasos. Su cabello y la parte inferior de su vestido de movieron a causa de una brisa que la envolvió —. ¿Por qué mejor no me muestras tu verdadera forma, Yeontan? Ha pasado un tiempo desde la última vez que te vi.

Bloody Attraction [KookTae]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin