45. Welcome

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Layla

Exhalo profundamente por la boca y me aferro a los antebrazos de Hamdan con todo lo que tengo mientras mi cuerpo se dobla de dolor. Se siente como si mis caderas estuvieran a punto de ser arrancadas, acompañado por muchísima presión en la espalda baja y terribles calambres en el abdomen cada vez que viene una contracción.

"Llévame al hospital," le ruego a mi esposo. "Por favor, consígueme un doctor que me inyecte medicamentos que me dejen inconsciente de este sufrimiento," las palabras salen de mi boca una a una entre cada intento de tomar aire.

"No, no," me contesta tranquilamente. "Me hiciste prometerlo, ¿recuerdas?"

"¿De qué estás hablando?" Demando, pretendiendo no saber.

"Me hiciste prometer que sin importar lo que hicieras o dijeras, íbamos a apegarnos al plan de un parto en casa a menos que Helen dijera lo contrario. Y que no debería hacerte caso en caso de que pidieras un hospital, medicinas o un doctor."

"¡Argh!" Me enderezo para verlo cara a cara. "Nunca me haces caso, ¿por qué habrías de empezar justo ahora?"

Sus cejas se mueven hacia arriba en su frente. "¡Siempre te hago caso! ¿De qué hablas?"

"Olvídalo," paso por un lado suyo y deambulo por la habitación.

Este dolor es algo que nunca había sentido antes y no me está dejando pensar con claridad. ¿Cómo se supone que me concentre en sacar a este bebé cuando lo único que puedo pensar es en lo mucho que duele? Y ni siquiera llego a la peor parte todavía. El sol ya se está poniendo y pensé que quizás todo podría haber terminado para este momento pero no, él definitivamente se está tomando su tiempo.

Alguien llama a la puerta y Houyem asoma la cabeza dentro de la habitación. "¡Ya llegó Helen!" Anuncia.

"¡Ay, gracias al cielo!" Respiro.

Houyem y Helen entran. Casi inmediatamente después de preguntarme cómo me siento, puedo sentir otra contracción que se avecina y ella me asiste mientras atravieso ésta.

"¿Ya pasó?" Pregunta Helen.

Asiento con la cabeza para contestar.

"De acuerdo, cariño, necesito revisarte para saber qué tan dilatada estás," me explica.

Así que me acuesto en la cama y ella me ayuda a quitarme la ropa interior.

"Esto puede ser incómodo," elabora mientras se pone guantes. "Así que intentaré hacerlo lo más rápido posible, solo un par de segundos, ¿okay?"

Asiento una vez más y cierro los ojos.

"Inhala," me indica.

Justo como lo prometió, es muy incómodo pero simplemente aguanto la respiración.

"Y exhala," dice Helen, retirando su mano. "¡Siete centímetros!" Dice emocionada. "Estamos en la recta final y lo estás haciendo genial."

No se siente como si lo estuviera haciendo genial, pero intentaré creerle. Después de tirar sus guantes a la basura, ella me ayuda a ponerme la ropa interior de nuevo y me siento en la orilla de la cama.

"Mi madre se llamaba Helen, ¿alguna vez te dije eso?" Le pregunto.

"No," ella niega con la cabeza.

"Tenía el cabello rubio igual que tú," señalo, quizás fue por eso que me cayó bien desde un inicio.

Helen me mira empática. "Estoy segura de que estaría muy orgullosa de cómo lo estás haciendo."

Coming Home (Versión Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora