29. Jet Lag

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Hamdan

Me doy la vuelta en la cama y parpadeo para abrir los ojos. Genial, el sol ya se está ocultando detrás de las montañas nevadas, se suponía que solo iba a tomar una siesta corta. Tomando mi teléfono, me doy cuenta de que mi siesta corta fue de tres horas, ahí va mi más reciente intento de vencer el jet lag. Aunque no estoy seguro de que el jet lag sea el único responsable por mis noches sin dormir. Dos días han pasado desde que tuve contacto con mi familia, hablé con mi padre y dejé mi postura muy clara; no voy a regresar a menos que pueda casarme con Layla, esa es mi única condición. Él siguió y siguió hablando acerca de los deberes y la responsabilidad durante nuestra acalorada conversación, pero no es capaz de ver que yo no tengo ningún problema continuando con mi papel de príncipe heredero, todo lo que pido es poder tomar las decisiones acerca de mi vida personal. Estar tan seguro acerca de esta simple petición me ha ayudado a mantener mi postura y casi tengo la certeza de que cederán eventualmente, pero hay ocasiones en las que me pregunto qué ocurriría si deciden dejarme ir. Las posibilidades serían tan vastas que no pienso que sabría que hacer con ese tipo de libertad. Eso sin mencionar que me sentiría sumamente preocupado acerca de mi reemplazo y cómo todos mis proyectos e ideas serían llevados a cabo sin mi.

"¡Layla!" Grito.

"¡Aquí abajo!" Me grita de vuelta.

Me levanto con un gruñido y visito el baño antes de dejar la habitación principal. Afuera en el pasillo, pongo ambas manos en el pasamanos para apoyarme y veo hacia abajo a la sala de doble altura. Layla está acurrucada en uno de los sillones, mirando fijamente la chimenea mientras sostiene una taza con ambas manos. No hemos hablado mucho desde que aterrizamos pero sé que su mente está tan ocupada como la mía preguntándose qué es lo que sigue para nosotros. Bajo descalzo y la beso en la cabeza antes de sentarme a su lado.

"Dijeron en las noticias que más nieve caerá esta noche." Ella enuncia casualmente.

"Deberíamos ir a hacer snowboard mañana." Le surgiero.

Ella me mira con el ceño fruncido. "¿Qué? ¿Snowboard?"

"¿Por qué no?" Encojo los hombros. "Si ya vamos a estar aquí bien podríamos hacer algo."

Ella deja la taza en la mesa de centro para dirigir su cuerpo hacia mi. "Hamdan, nuestra vida entera pende de un hilo, ¿cómo podrías estar pensando en snowboarding?"

"Nada cambia si nos quedamos aquí todo el tiempo, ¿sabes?"

"Pero, pero--" Ella tartamudea con la respiración alterada. "¿Y si nunca llaman?"

"¡Podríamos hacer lo que queramos! ¡Vivir donde sea!" Le contesto tan tranquilo como me es posible, como si lo que acabara de decirme no fuera algo que igualmente me preocupa.

"Espera un momento," me dice mostrándome las palmas de sus manos. "¿Qué hay del dinero? ¿Qué pasa si te desheredan y yo no recupero mi trabajo? ¿De qué vamos a vivir? Porque, ya sabes, no sería tanto problema para mi, puedo resolverlo, estoy casi segura de que podría conseguir un trabajo en Nueva York, ¡o incluso Londres!" Las palabras salen de su boca a la velocidad de la luz. "¿Pero qué hay de ti? Estás acostumbrado a tenerlo todo y más y tendrías que ajustar tu estilo de vida. ¿Es eso algo que querrías hacer? Porque, ¡no lo sé! Podría--"

La interrumpo tomándola de los hombros. "Detente." Le pido en voz baja. "Y respira."

Ella se queda congelada por un momento y después exhala lentamente por la boca.

"Estamos cubiertos, ¿de acuerdo?" Le digo. "He hecho mis propias inversiones, tengo dinero propio. No tienes que trabajar. Nunca. A menos que quieras, por supuesto, pero no tienes que hacerlo." Mis manos se deslizan por sus brazos y tomo sus manos para besarlas gentilmente.

Coming Home (Versión Español)Where stories live. Discover now