Parte 42

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-Pues no, que yo sepa oficial, mi exmarido jamás tuvo contactos con personas extrañas o sospechas de ser posibles delincuentes.- Dijo la señora María Bustillos, mientras miraba y frotaba sus delicadas manos.

Ella era la exmujer de Orlando Flores, tenía unos 38 años, su jovialidad aún no había mermado del todo y poseía intactos aquellos atributos femeninos que tanto habían cautivado a Orlando; aquella mujer era toda una dama, con sus modales refinados y su buen gusto al vestir, no obstante a pesar de que las apariencias daban a en tender una cosa, Rudy Morales entendía que algo importante le estaba ocultando esa mujer, sobre todo la parte que tenía que ver con su exmarido.

-Si le entiendo muy bien doña María, pero si no le molesta, me puede aclarar algunos detalles, de ¿Cómo fue... bueno del porque usted y Orlando decidieron separarse?- Fue la siguiente pregunta que le hizo el cabo Morales.

La señora Bustillos, se acomodó en su elegante sofá tapizado con cuero blanco que estaba ornamentado con bordados de flores y rosas negras; trato de pensar un momento antes de responder, después de todo, estaba conversando con oficial de la policía, y si este hombre buscaba respuestas, no sería prudente ocultarle información. Demás está decir la impresión que se llevó esta mañana, cuando el cabo Morales se encontraba a fuera de su casa tocando el timbre de la puerta; su exmarido había muerto, y puede que algún tiempo lo amo profundamente, pero después, quien diría que aquel jovencillo ingenuo recién titulado de la universidad y con un flamante trabajo bien pagado, con el pasar de los años aún seguiría siendo ese muchacho ingenuo y tímido, del cual ella intensamente se había enamorado. Pero no contaba que, de la noche a la mañana se convirtió en alguien reservado, con la mirada perdida y todo empeoro cuando su hijo nació, porque las cosas se complicaron aún más, Orlando parecía estar paranoico, se ocultaba constantemente, no dejaba que ella ni su hijo fueran a ninguna parte sin que él lo supiese, y eso no fue todo, lo peor vino después.

-Bueno oficial, no quiero que me mal entienda, yo amaba a ese hombre, pero usted sabe con el tiempo las personas cambian y es difícil poder soportar la situación, así que tomamos el camino fácil. Mi hijo después de todo tendrá que madurar a la fuerza.

-Entiendo ese tipo de inquietudes doña María, pero el problema es, que después de que usted y Orlando se divorciaron, pasó el tiempo y al parecer él termino asistiendo algún tipo de terapia ¿Usted sabía algo al respecto?

Doña María comenzaba a incomodarse con todas esas preguntas, pero a pesar de todo quería mantener el temple necesario, no quería relatar lo sucedido, de aquella fatídica noche.

-Sí, él llamaba constantemente a la casa y venía a veces a visitar a nuestro hijo, pero después parecía estar muy ocupado en su trabajo, hasta que.... Hmm... bueno de seguro usted ya lo sabe....

-No, cuénteme por favor que sucedió.

-Pues, hace unas semanas atrás, antes de que bueno él... -la señora Bustillos parecía ya no poder mantener más la serenidad que había demostrado aun principio- en su trabajo, sí allí mismo, quiso no sé qué... con las líneas de telefonía móvil, al parecer quería mandar algunos extraños mensajes a toda la población, quiso apoderarse del sistema y fue difícil convencerlo a que desistiera, de hecho lo sacaron a la fuerza con la seguridad del edificio. Después me parece que la empresa le consiguió un terapeuta para que lo ayudara, puesto que creían que todo ese colapso que sufrió, era culpa de nuestra separación y todo eso.

- Y usted también piensa, que fue la ruptura de su matrimonio, lo que forzó a que Orlando tomara una posición tan enfermiza.

-¿Nuestro divorcio? ¡Oh no! No lo creo, el quizás, realmente estaba enfermo antes de que nos separáramos. Aunque ahora que lo pienso oficial, a estas alturas con todo lo que está sucediendo allá afuera, creo que mi marido tenía sus razones para actuar así...

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