PARTE 3

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El despertador averiado sobre la mesita de noche marcaba como las doce del mediodía, y Ricardo recién acaba de despertar; tras frotarse los parpados y abrir lentamente las cortinas de su habitación, notó que el frio aún persistía allá afuera, decepcionado porque el clima no cambió en lo mínimo- y eso que era ya mediodía- decidió volver a enredarse entre sus frazadas y sabanas, "no hay razón alguna para salir de aquí", pensó mientras trataba de sumergirse en el sueño otra vez, de repente, la inevitable sensación de acudir al baño para orinar se apodero de él, no tuvo más opciones que levantarse por completo y salir de su habitación. El piso parecía estar congelado, mientras frígidas brisas se colaban por las ventanas abiertas y recorrían los pasillos de la casa.

Cuando bajo a la cocina, sus padres ya se habían ido a trabajar y toda el inmueble estaba en completo silencio. Ricardo era hijo único del señor y la señora Medinaceli, ellos eran propietarios de una importante empresa Farmacéutica. Y es que, se podría decir que todo comenzó cuando el señor Medinaceli, dueño y gerente general de su empresa, se enamoró perdidamente de su secretaria, que era unos diez años menor que él, tiempo después se casaron y luego sucedió que, la señora Medinaceli fue ascendida a un puesto de trabajo más acorde a su posición como esposa del gerente; y fue justo por aquellos días, que llegó Ricardo; el problema fue, que Ricardo nunca estuvo en los planes de aquellos exitosos empresarios, por lo tanto, fue mínimo el tiempo que le dedicaron, incluso desde que él era un bebé.

Ahora que Ricardo estaba en la universidad, prácticamente vivía solo en su casa, no había empleadas de ningún tipo, porque sus padres estaban seguros de que él se valdría por sí mismo, una empresa de limpieza a domicilio se encargaba del mantenimiento de la residencia, pero después, nada ni nadie más que Ricardo habitaban a aquel lugar por las mañanas y en ocasiones todo el día y hasta semanas enteras. Esto generalmente sucedía, cuando sus padres salían de la ciudad por viajes de negocios.

Como era de esperarse, él tuvo que prepararse el desayuno-almuerzo solo. Pero no le importaba en lo más mínimo, estaba ya acostumbrado a vivir así en su casa, y tenerla la mayor parte del tiempo. Sus padres que llegaban entrada la noche después del trabajo, no eran más que figuras fantasmales de visita para él.

Como estaba haciendo un frio del demonio allá afuera, Ricardo decidió quedarse hoy en casa, pero después se aburrió tanto, que cambió de idea, y pensó ir por la tarde a pasar clases a la universidad, pero antes de nada, quiso ponerse en contacto con una amiga suya, para estar al día de las anteriores días que había faltado.

-¡Hola Roxana!- fue el saludo eufórico que dio Ricardo, cuando su amiga le contesto por el celular.

-Hola que tal, que cuentas- le respondió Roxana, con esa voz sexi que le caracterizaba.

-Todo bien, pero el jodido frio como que está pasando ya- comento Ricardo.

-Si claro que sí, pero... ¿Por eso no viniste a clases los anteriores días?

-Bueno este...si, es que me resfrié sabes.

-Entiendo, ¿Vendrás hoy para la facu?

-Claro, claro, de hecho me estoy alistando ya, pero dime que novedades... por eso te llamo.

-Hmm...bueno casi ninguna todo igual, no hubo ningún examen ni nada por el estilo...de lo demás...seguro que ya lo viste en los noticieros.

-No. no veo tv local, de hecho solo veo películas si prendo el televisor.

-Eres un caso, no puedo creer que no lo sepas.

-Dime ¿Qué fue lo que paso?

-La hermana menor de Sonia ¿La conoces verdad?

-Pues sí y bastante, Sonia siempre nos dice que tiene que recogerla de la escuela. ¿Le paso algo malo?

-Si lamentablemente. Su hermanita Camila desapareció hace ya dos días.

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