Parte 38

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Alexander tuvo una cena tranquila y alegre con su par de hijas gemelas, Gloria y Gimena; las niñas parlotearon sin cesar durante toda la cena sobre las cosas acaecidas en la escuela, su nana la señora Lucía por su parte, se retiró antes de la cena, excusándose de que su hijo se recibiría hoy como profesional odontólogo, Alexander le dijo que lo felicitara de su parte y, que cuando tuviese tiempo los visitaría para felicitarlo personalmente.

Concluida la cena Alexander llevo a las niñas a su habitación.

-¿Papá cuando volveremos a cenar juntos otra vez? -le dijo Gloria un tanto melancólica.

-Pues cariño, papá por ahora tiene mucho trabajo, y debe atrapar a los malos.

-No quiero que vayas a perseguir a los malos.- Repuso Gimena con esa energía que le caracterizaba.

-¿Por qué cielito?

-Porque los hombres malos pueden hacerte daño.

-Vamos niñas, ustedes creen que hay alguien más fuerte y valiente que su padre, no vieron como tendí en el suelo al Bisonte.

-¡Sí papá! Que gran derechazo...que...

Alexander tuvo que levantar a Gimena del suelo y llevarla a la cama nuevamente, porque de un salto había caído de sentada intentando imitar a su padre.

-Ja ja ja ja que tonterías haces.- Le dijo divertida Gloria.

-Vamos papá dile que deje de reírse no es divertido...

-Niñas, niñas... a dormir, que mañana van a la escuela temprano.

-Vale papá. Buenas noches.

-Si buenas noches. Te queremos.

-Y yo a ustedes mis angelitos... mañana nos vemos.

Alexander estuvo toda la noche en vela, no encontraba sentido a nada de lo que estaba sucediendo allá afuera, y para el colmo, tan cerca de su hogar que formaba parte de esa pequeña ciudad. Hace varias horas atrás estaba convencido de que todo podría estar encajando pero de repente, se presentó algo tan extraño que no había explicación de ningún tipo para lo sucedido.

Esa mañana fue al hospital a conversar con la doctora Forense Tatiana Bejarano, que también estaba supervisando el homicidio del Psicoanalista Raymundo Ortiz. En esta ocasión, Tatiana le iba a presentar el informe forense del cadáver del señor Orlando Flores que tiempo atrás fue encontrado muerto a las afueras de la ciudad y que además, era paciente de Raymundo.

-Buenos días Sargento.- Le había saludado con una sonrisa maliciosa y retorcida. Alexander percibió que las cosas se iban a complicar más.

-Buenos días doctora, me hizo llamar urgentemente, algo que deba saber...

-¡Oh si, por supuesto! En primer lugar, cuando revisamos el apartamento de Ortiz, llegamos a la conclusión de que el móvil del asesinato fue por robo.

-¿Robo?

-Si sargento, y a mano armada.

-Pero como...

- Eso no parece difícil saberlo, lo que no entendemos es el porqué, el sujeto que le disparo se llevó su computadora portátil.

-¿Habrá sido por obtener algún tipo de información?

-Eso parece sargento. Pero hay algo más... algo que seguro removerán todas las fichas del tablero. Y temo que no le gustara.

-Dígame doctora...

-Acá tengo el informe forense del señor Orlando Flores.

La doctora Bejarano se lo entrego cuidadosamente a Alexander este le arrebato con brusquedad de las manos. Abrió el informe y cuando leyó una parte en específico, las reglas del juego cambiaron por completo.

Nombre: Orlando Flores Estigarribia.

Causa de muerte: por cáncer terminal.

-¿Podría explicarme esto doctora?

-Pues tal como lo ve allí sargento Rodas, a Orlando no lo asesinaron, sino que murió por un paro cardiaco. Su cáncer estaba tan avanzado....

-No lo entiendo...

-¿Ah... no? Lea más abajo.

Alexander dirigió su mirada en la parte final del informe.

Causa del cáncer: contaminación por radiactividad.

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