Parte 43

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Alexander Rodas volvía frustrado a su automóvil, ya que cuando quiso buscar al Doctor Gabriel Molina en su casa, le dijeron que no se encontraba allí; Así que cortésmente pidió su número de celular, el cual le dieron de inmediato. Acto seguido lo llamo para poder ubicarlo, pero en cuanto la llamada fue contestada, el doctor Molina se excusó diciendo que en estos momentos, estaba muy ocupado en el Hospital Santa Bárbara como para asistir a una entrevista de la policía, sin embargo, le constato a Alexander que después de que acabara de atender esta emergencia, se dirigía directamente a la central, para ayudar en todo lo que pudiese.

No había otra opción, tendría que volver y esperar la llegada del Doctor Molina. Entonces cuando a punto estuvo de encender el motor del vehículo, su celular comenzó a timbrear. Era los cabos Morales.

- Que es lo que sabes Rudy- contesto secamente Alexander.

- Pues sargento, tengo información que le va a gustar mucho.

- Vaya al grano cabo.

- Sí...este... bueno sargento, ya converse con la exmujer de Orlando, y bueno ella me revelo que su exmarido, tenía una especie de guarida subterránea o algo así en la zona de la Jastambo.

- ¿Está usted hablando en serio?

- Si sargento, su mujer, bueno... Su exmujer, me conto sobre un incidente que sucedió allí, dijo algo más o menos, de que su marido quería meter a su hijo allí adentro, demás está decir de que se veía muy afectada al recordarlo, no creo que estuviese mintiendo.

- ¿Le dio la dirección exacta de ese lugar?

- Pues no del todo exactas sargento, me dijo que estaba cerca del lugar donde Orlando fue encontrado muerto, pero no me dio más detalles, porque todo lo que ella me conto al respecto, eran como a eso de las tres de la mañana y hace un año atrás al parecer, así que detalles exactos no los tengo, pero podemos hacer revisar toda la zona, ya que, prácticamente es donde encontramos el cadáver de Orlando.

- Muy bien Cabo, entonces nos veremos allí.

- Si sargento eso mismo quería decirle también, yo ya estoy en camino.

- Entonces, cuando llegue espéreme, que estaré dentro de unos 45 minutos.

- Entendido sargento.

La llamada se cortó, y Alexander se puso en silencio nuevamente, trato de relacionar este nuevo dato con todos los casos que habían sucedido últimamente, después de un momento, a la mente le vino algo bastante evidente; "una niña desaparecida, y un refugio subterráneo", no, no es posible que Orlando tuviese algo que ver. De ser así entonces la niña ya estuviese muerta.

Alexander apretó el acelerador, y el coche partió de la casa del doctor Molina a toda velocidad.


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