Capítulo 43

4.9K 219 33
                                    

Todos estabamos en la sala de espera, Sebastián caminaba de un lado a otro. Estaba desesperado,  razones tenía, el embarazo de Isabel es muy peligroso por lo que sus ovarios no se desarrollaron por completo.

Todos estábamos angustiados, me siento mareada y las ganas de vomitar son horribles. Con los tacones en la mano salgo corriendo al baño más cercano y doy gracias a Dios que esta desocupado, me encierro en el y vacío mi estómago. Vacío todo el contenido de mi estómago dejándolo sin nada y ardiendo.

Creo que el momento me cayó mal.

—¿Bonita estas bien?— pregunta Matthew al otro lado y niego como si me estuviera viendo.

—Si, todo bien— digo para que se vaya.

—Te esperaré aquí por si necesitas algo.

—Lo único que necesito es que te largues y me dejes en paz.

—No me pidas algo que no haré Bonita— joder como amo que me diga así. Niego y me quedo callada.

Me quedo encerrada en el baño con la esperanza de que cuando salga ya no esté, pero el encierro fue en vano. El esta ahí sentado en el suelo y con la cabeza entre sus piernas. Suspiro y camino dejándolo atrás.

—¿Que te han dicho?— pregunto a Sebastián. El niega y me abraza.

—Tengo miedo Liza— lo abrazo por la cintura.

—Yo estaré contigo hasta que el doctor diga algo— sonrie y en ese momento sale el doctor.

–¿El esposo de la Señora?— pregunta el doctor y Sebastián alza la mano como niño de escuela pidiendo permiso para hablar

–Yo doctor— traga saliva.

—Venga conmigo por favor— Sebastián se va con el doctor.

Los minuto pasan y nada del doctor o de Sebastián con alguna noticia. Yo empezaba a desesperarme, necesitaba tranquilizarme, me senté en medio de mama y papá, mientras me miman,  y estas cosas no me gustan pero ahora las necesito.

—Perdoname pequeña— dice papa y niego.

—Todo está bien papá,  perdónenme ustedes a mi por ser tan cobarde y marcharme así por así.

–Perdon por ser tu madre y nunca haberme dado cuenta de que estába mal. Que algo no estaba bien contigo, perdónanos por encerrarnos con nosotros mismos e ignorar todo a nuestro alrededor cuando tu sufras al igual que nosotros— susurra mamá contra mi cabello.

—Olvidemos eso, será lo mejor para todos y empezemos de nuevo— hablo y ellos asienten.

Sebastian viene corriendo y con una sonrisa de oreja a oreja.

—Nacio Liza— me alza— Nació mi hijo mamá — grita emocionado y todos empiezan a felicitarlo. Yo por otra parte necesito espacio para mi.

—Felicitaciones hermano— lo abrazo y sonrió.

Todos están tan emocionados que no se dan cuenta cuando salgo del la sala de espera y bajo a la salida

—¡Eliza!— escucho la voz de Matthew y giró para verlo correr hasta mi a toda velocidad y abrazarme y darme un beso suave.

—Basta Matthew— pido.

Empeze a caminar con dirección a la puerta, las intensiones de irme se quedan atrás cuando me me sujeta del brazo impidiendomelo, de un solo movimiento me gira y estamos tan cerca qué su boca está a unos centímetros de la mia.

—No puedes irte —susurra taladrandome con ese azul tan profundo de sus ojos.

—Si, si puedo irme... me iré y esperó qué seas feliz.— intentando alejarme de él.

—Eliza por favor, no.

—Entonces dilo son dos palabras que sé que sientes pero no te a treves a decir —me suelta y da dos pasos atrás.

—Si sabes que lo siento entonces quedate —yo solo puedo mirarlo y negar con la cabeza. Esto es una locura—. Lo siento, es imposible... la última vez qué lo dijo me traicionaron.

Sus palabras eran cómo navajas viniendo de diferentes direcciones y dolían hasta el alma.

—Bien, todo esta dicho y lo siento tanto... siento que por creer que también te engañare pierdas mi amor, todo esto y no vuelvas a saber jamás lo que es amar y ser amado... Me lo advertiste y no hice caso me dijiste que no me enamorara y lo hice y lo siento por eso.— pauso— y es poco lo que se de tí pero porque una te engaño no significa que todas seamos iguales. Tu también fallaste, y te lo perdono— suspiro— última oportunidad de decir lo que sientes Matthew —no dijo nada, su mirada era tan profunda y vacía, solo se quedó callado por varios minutos —bien— volví a girar para irme pero su voz me detuvo.

—Puedes quedarte hasta que amanezca —mira su reloj—. Es muy tarde.

—Lo siento, es imposible como dijiste, ya no puedo estar aquí me hace daño —mi voz salía distorsionada, apenas podía susurrar palabras en un hilo de voz.

—Te acompañare —niego

—Dejemos todo hasta aquí por favor ...

Corrí, corrí hasta llegar a la puerta. Quería marcharme, necesitaba un momento de soledad y llorar. Cruce la calle mientras mis ojos estaban borrosos por las lágrimas.

No quería estar aquí y verlo más, necesitaba olvidarlo. Porque yo lo amo. Necesitaba alejarme de él, porque esto no funcionaría. Era incapaz de decirme que me ama. Pero no puede, yo no puedo más.

Matthew venía detrás de mi y en el momento que venía el, un carro a toda velocidad venía, no traía luces. El conductor parecía ebrio y yo no podía verlo morir.

Me lancé sobre el y el calló a uno metros de mi, mientras sentía mi cuerpo volar por los aires y mi cuerpo doler. Sentia la sangre correr por mi frente, sentía las ganas de decirle te amo, porque si iba a morir tenía que decírselo. Mis ojos se cerraron cuando caí al suelo y mi caída fue tan fuerte que todos los momentos lindos que pase con el se vinieron a mi mente, sus labios sobre los míos, sus manos tocando mi cuerpo, la primera vez que me hizo el amor. Cuando me respondió que también me amaba.

Sentí sus brazos tocar mi cuerpo y pedir ayuda, ¡Yo quería morir!

—Matthew— tocia y sentía la sangre ahogarme— Matthew— sentía la sangre ahogarme, no podía hablar. Pero hacia mi intento— Debes dejarme morir— sonríe— estaré con el, podré verlo y ser feliz— el negaba— Dejame ver tus ojos— suplicaba y el me miró a los ojos llenos de lágrimas— ¿Me amas?— pregunté— Solo necesito que me digas que amas por favor— suplique y el negaba.

—No Eliza, te lo diré mientras te hago el amor— sollozaba y mi vista se iba. Todo de mi se estaba volviendo oscuro y solo veía sus sonrisa mientras iba cerrando mis ojos.

—Todo se vuelve oscuro Mi hermoso...— la toz de adueñaba de mi — Mi hermoso frances acosador... Por favor nunca olvides que te amo— la toz cada vez se hacia más fuerte y no me dejaba continuar– Te amo Matthew y fuiste lo mejor de mi vida. Te amo.

Mi vista se volvió borrosa y realmente no sabía si estaba muerta o solo estaba inconsciente. Lo ultimo que escuché fue aquellas palabras un "Te Amo" de sus labios que salió entre cortado. Mi mundo se volvió negro y solo veía la pequeña figura de un Ángel, un Ángel vestido de blanco. Era mi Ángel abrazandome. Porque quizás ya estoy en paz.

...

Continuará....

.

.


.

.

Esto duele demasiado.
Salganse de Wattpad, quiero estar sola.

lo siento, Es Imposible ✔ #1Where stories live. Discover now