Capítulo 39

3.1K 199 7
                                    

Mis ojos se abrieron de golpe cuando senti unas manos tocar mis piernas, y mi cuerpo. Sentía miedo y asco de verlo. Quería levantarme y quitarme a este hombre de encima. Pero no podía, era súper pesado, necesitaba gritar.

Gritaba, gritaba tan fuerte que sentía mis cuerdas vocales desgarrarse. Sus asquerosas manos sucias tocaban mi cuerpo y tapaban mi boca, mientras desgarraba mi ropa. Me tenía presionada bajo su gigantesco cuerpo. Mordía su mano tratando de que me soltara, pero parecía no afectarle en lo absoluto.

—¡Auxilio!— tuve la oportunidad de gritar cuando quito la mano de mi boca y quitaba mi short. Me tenía desnuda bajo de él. El me da una bofetada volteando mi rostro y volverme a callar con su mano— Por favor no— suplicaba entre dientes con su mano en mi boca.

—Grita todo lo que quieras niña linda— susurraba mientras rompía mi camisa y besaba mi cuerpo desnudo— Nadien te escuchará.

Me sentía impotente, quería ser lo suficientemente fuerte para quitarlo de encima mío. No podía, no quería que me tocara.

¡No! ¡No me toques!

Las palabras se quedaban atascados en mi garganta, no podía gritar y pedir auxilio. El se restregaba sobre mi, sentí su anatomía en mi piel desnuda. Sentia asco, sentía asco de el, asco de mi misma, asco de mi cada lugar donde supo sus asquerosos labios y dientes negros.

Me se sacó eso y entro en mi. Me dolía, quería morir más que nunca, ¿¡Por qué me pasan esto a mi!? No entiendo que hice para merecer esto.

Las lagrimas salían una tras otra mientras el se movía y dolia tanto, me sentía asqueada, cerraba los ojos y gritaba tan fuerte. Pero las calles estaban solas, nadie podía escucharme. Cerraba mis ojos, lloraba tan fuerte y el disfrutaba de eso. Se reía a causa de mi dolor, es un monstruo. Cada vez lo hacía más duro y mi cabeza chocaba fuerte contra una pared detrás de mi.

—¡Por favor suelteme!— mis súplicas eran tantas. A el no le importaba.

No tenía corazón. Mis esperanzas están muriendo, los seres humanos son monstruos. Monstruos que dañan y luego se quejan de que los dañaron a ellos. Se dañan por si solos. Nos damos solos.

Toda yo estaba sucia. Sus manos tocaban mi cuerpo y me quemaban. No podía soportarlo, era horrible. El sentimiento de que no podía defenderme me estaba consumiendo. No podía con el dolor, era insoportable.

Por más que tratara de pararlo, golpearlo y morderlo el no paraba. Su aliento a alcohol era cada vez más fuerte. No podía luchar más y por mas que quisiera evitarlo no podía.

Con mi último aliento cerré los ojos, no tenia nada porque luchar. El estaba muerto, David me engañó, papá y mamá se separaron por mi culpa, mi familia me odiaba y Beatriz tenía razón al decir que el mundo rechazaba mi existencia. Solo soy una basura más. Quizás debí hacerle caso y suicidarme cuando lo dijo, pero soy una cobarde.

Cerré mis ojos y dejé que mi alma flotará, no sentía mi cuerpo. Solo cerré los ojos y quede inconsciente hasta que el termino.

—Te quedarás calladita y te iras— el se levanto y se fue.

Mis lágrimas aumentaron, estoy sucia, ¡el abuso de mi! ¡No quiero vivir más! Esto no podría perdonarmelo jamás. Intentaba levantarme pero mis piernas dolían. Caminaba apoyada de la pared mientras el agua caía sobre mi, me dolía. Pero el alma, mi corazón estaba muerto, no tenía motivos para vivir y solo quería morir. Unas luces alumbraban mi rostro y luego un coche se detuvo a mi lado. Era mi abuela, ella estaba aquí.

lo siento, Es Imposible ✔ #1Onde histórias criam vida. Descubra agora