𝑺𝒐𝒚 𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒍𝒍𝒂𝒏𝒐, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓𝒂𝒛𝒂𝒅𝒐.

Extra 18

Tae-soo y Yun-soo fueron a casa del presidente Kang ya que Se-hun tenía que trabajar el fin de semana. En lugar de esperar a Se-hun en casa, decidió quedarse con el abuelo y se puso ropa cubierta de feromonas. Esto obligó a Se-hun a ocuparse de sus asuntos a toda prisa por primera vez en mucho tiempo.

Después de todo eso, condujo el auto él mismo para recoger a Tae-soo y Yun-soo.

—Estoy saliendo ahora.

[—Hyung, he encontrado algo que me gusta.]

—Eso es genial. ¿Qué es?

Lo que Tae-soo dijo por teléfono hizo que Se-hun se sintiera feliz de escucharlo, pero también tenía curiosidad por saber qué era.

[—Estoy con el abuelo, así que ven a verme.]

Tae-soo soltó una risita significativa y colgó el teléfono, como si no fuera a enseñarle nada de inmediato.

Si le dice qué es, lo comprará de camino a recoger a Tae-soo. Es una pena que no pueda, pero por ahora, Se-hun giró el volante. Con la idea de que si va, podrá verlo.

Mientras tanto, Tae-soo colgó el teléfono y volvió a tomar el tenedor. Tomó una foto de la fruta cortada en forma hexagonal.

—¿Por qué esconderlo cuando puedes decirle que es una sandía?

Ante la pregunta del presidente Kang Hak-joong, que estaba a su lado y escuchó la conversación casualmente, Tae-soo inclinó la cabeza con el tenedor en la boca.

—¿Por qué no se lo dijiste?

¿Porque quería bromear? Por supuesto, mentiría si dijera que no le era divertido cuando Se-hun tenía curiosidad. Pero entonces…

—Pensé que lo compraría si se lo dijera. Todavía tengo muchas, pero ¿cómo voy a comerlas cuando se acumulen más?

Si fueran fresas lo que estuviera comiendo, se lo habría dicho de inmediato.

—Te preocupas por todo.

El presidente Kang Hak-joong resopló. Pero Tae-soo se mantuvo firme.

—Aún no es temporada de sandías, pero ya tenemos cinco aquí.

—La sandía está dulce estos días.

—Aun así. Tengo cinco aquí, y si hyung compra más....

Sé que la sandía funciona bien porque es bastante fresca y su sabor no es fuerte, pero pensé que me cansaría de solo mirarla si compraba demasiado.

—¿Eres el único con boca? Si te cansas, se lo puede comer otra persona. Yo puedo comérmelo ahora, o el niño sentado a tu lado puede comer mucho.

El presidente Kang Hak-joong dijo que no era para tanto y señaló a Yun-soo, que estaba comiendo sandía junto a Tae-soo. Las mejillas de Yun-soo estaban hinchadas mientras abría su pequeña boca mientras comía la sandía. Tae-soo palmeó el trasero de Yun-soo ante tan tierna visión.

—¿Está delicioso?

—Mm.

Mientras Yun-soo volvía a tomar la sandía con el tenedor y se la comía, se preguntó si realmente no tenía motivos para preocuparse. ¿Debería habérselo dicho cuando hablábamos por teléfono?

Bueno, ya está hecho, así que no importa, pensó Tae-soo, y volvió a mover el tenedor.

—¿Era la sandía una fruta tan deliciosa?

—A Ddobok le debe gustar la sandía.

—¿Es así?

Dios mío, la sandía nunca ha sido tan genial. Además, el aroma dulce de la sandía era agradable y el regusto refrescante era bueno.