Escape: Zack ©

By MariaLuna16

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Una novela sobre un amor rodeado de peligro, adicciones y persecución mafiosa. Zack es un chico que vive una... More

ADVERTENCIA
Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70- Final.
Epílogo
Especial Extra
Agradecimientos
Secuela- Escape: Brooke.

Capítulo 11

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By MariaLuna16

Zack

Alguien dijo uno vez que el beso es un dulce movimiento que la naturaleza ha inventado para cerrar las conversaciones cuando las palabras se vuelven inútiles.

Así fue, sin pedir permiso y con atrevimiento. Me pareció la gloria, he besado personas por las que no he sentido nada, he sentido cosas por personas que no he besado, justo ahora toco sus labios por tercera vez y siento cosas que en lo cierto tengo miedo de sentir, pero aun así me atrevo.

Brenna no se separa de mi hasta que yo lo hago, tiene una mirada que me deja dicho que está confundida, pero debe haber algo más porque ella me ha seguido el beso con las mismas ganas que yo. Baja la mirada al piso, cómo quisiera saber que está pensando.

—¿Qué tanto piensas? —seco sus manos mojadas y espero una respuesta de su parte.

—Creo que tengo miedo, tú y yo, creo que esto no va por buen camino —admite. Por la manera en la que me ha besado me deja dicho que mientras lo hacía pensaba otra cosa.

—Nada malo va a pasar, si no quieres esto, puedes decirme y no hay ningún problema —Hago mi camino hasta mi recámara, cuando subo las escaleras que dan a las habitaciones, pierdo a Brenna de vista.

Realmente estoy tratando de sonar convincente, porque yo estoy consciente de las cosas que podrían ir mal si me involucro con ella de esta manera, tengo que creer que nada malo va a pasar.

—No te quedes ahí, sube, estamos hablando —ella está pensando si es correcto subir a mi habitación conmigo, no puede pensar que me voy a desnudar frente a ella, aunque quizás lo haga.

—Entonces, ¿quieres esto? —le pregunto al mismo tiempo que entro a mi recámara.

—Primero tengo que saber que es "esto"—ella se queda en la puerta mirando a su alrededor, abro le ventana para que entre aire y busco entre mi armario la ropa que usaré.

—Bueno, nos hemos besado en varias ocasiones, eso no quiere decir que nos casaremos o algo, ¿tú qué crees que es esto?

No quiero que ella piense cosas que no están en mi mente en este momento, claramente Brenna no es el tipo de chica que es para un momento, pero, no quiero que se haga una idea de lo que no es.

—Pues no sé Zack, pero si quisiera aclarar que no me gusta estar jugando a que nos besamos hoy y mañana no nos conocemos —Acabo de confirmar que es el tipo de chica que yo pensaba. A ella le gusta tener una etiqueta, a mí eso no me interesa, creo que ya es un problema.

—Yo no estoy jugando ese juego, pero ya veremos qué pasa, porque esos besos tienen que significar algo ¿no? —Me detengo frente a ella con la ropa que usaré.

—Llévame a casa por favor —Creo que está algo decepcionada de mis respuestas. Lo siento por ella si esperaba que le dijera cosas lindas y románticas.

—Me ducho y te llevo —Salgo de la recámara para bajar al baño en el pasillo y cambiarme
de ropa, tengo cosas que hacer hoy.

Bright lights, but she's fading —canto mientras el agua cae sobre mi cabeza. Me cambio rápidamente y continúo tarareando la canción. Encuentro a Brenna sentada al final de las escaleras, mirando la foto que cuelga en el pasillo que da a las habitaciones.

—Son mis hermanas —le digo desde la puerta del baño. Estoy seguro que ella me ha escuchado cantar, casi nadie sabe que me gusta hacerlo. Por regular la gente solo conoce mi lado "malvado". Cuando tengo mi móvil y las llaves de mi moto, salimos de mi casa. Ella lleva su blusa sucia en una bolsa que le he conseguido, se estaba saliendo de control anoche.

—Supongo que te pareces a tu padre —dice mientras se sube a la moto. Aquí vienen las preguntas familiares, no me gusta tocar esos temas, es algo delicado para mí, siquiera me gusta hablar de mis hermanas, trato de mantener mi vida familiar lo más privada posible, siquiera con mis amigos hablo de asuntos familiares.

No respondo su deducción sobre mi padre, él y yo no tenemos una buena relación y no quiero que ella sepa cosas de mi familia, no todavía. Las personas siempre querrán saber cosas de ti, conocer tu vulnerabilidad para atacarte por la espalda, dudo que Brenna sea así, pero por más que ame a mis hermanas y a mi madre, no quiero compartir ciertos detalles con nadie.

Hace un poco de frío en Camden, se supone que debe hacer un poco más de calor, pero aparentemente está por llover; mi móvil no dejaba de vibrar en mi bolsillo y eso me tenía algo irritado, la chica se aferra más a mí, está buscando calor, me detengo para pasarle mi chaqueta, pero es tan terca que aun temblando del frío la rechaza.

Le grito para que acepte la chaqueta y se la ponga, y luego me arrepiento de haberlo hecho, ella solo se encogió mientras pasaba la americana por encima de sus hombros. Durante el corto camino solo pensaba en que le diré a Brenna para disculparme por gritarle, siquiera sé por qué estoy pensando en ello, no debería importarme tanto.

Ella se baja de la moto con una expresión que dice está enojada, he sido grosero por nada, antes de que pueda alejarse la toma de la mano y la acerco a mi cuerpo.

—Lo siento —son las únicas palabras que puedo pronunciar, no está en mi diccionario desde hace tiempo.

—¿Me extrañaras en estos días? —que inútil me veo.

—Ni un poquito —masculla. Ahora mismo yo solo quiero besarla. Ella no se ha alejado de mí, la observo con detenimiento y sin previo aviso, la tomo por la cintura atrapando sus labios con los míos, Brenna hace un sonido con su boca en el momento justo que nuestros labios se cruzan.

Ella deja de resistirse y me sigue el beso, siempre termina haciéndolo, sé que le gusta tanto como a mí.

—¡Cof cof!, Brenna —Brenna se aparta de inmediato de mí y se coloca a mi lado, sin nada de vergüenza veo a la chica que está parada en el umbral de la puerta de su casa. Debe ser su hermana, se parecen un poco.

Brenna se despide torpemente y empieza a hacer su camino a la casa.

—¿No se te olvida algo? —vuelve hacia mí y deja la chaqueta en mis manos, sujeto si brazo para darle un beso rápido en los labios antes de dejarla ir. Su hermana no está con la boca abierta de casualidad, pero está bastante sorprendida.

—Tú si me harás falta en estos días —le susurro al oído, noto una sonrisa en el rostro de Brenna, y eso me deja tranquilo. Cuando está dentro de su casa me largo a la mía.

Contesto las incontables llamadas de Fernández, y cómo debí esperarlo quiere que le haga un trabajo fuera de mi disposición, él sabe que los fines de semana son para mis estudios y para descansar. Hago el trabajo que se supone es de alguien más, lo hago tan rápido como puedo y vuelvo a casa para cuando son las dos de la tarde.

Me concentro en hacer las investigaciones y terminar el proyecto que inicié, hasta ahora he sido el mejor de mi clase, mi único problema es el comportamiento, pero los inteligentes no podemos ser perfectos, ya veremos si Brenna logra superar la propuesta que estoy preparando para la clase del lunes. Termino con la promoción creativa que usare para mi negocio, el logo, lema y todo ese tipo de cosas, en una diapositiva desarrollo los aspectos del derecho penal que impactan en los negocios.

¡Crac!, ¡Crash!

—¿Qué demonios? —susurro para mí, cuando escucho el ruido proveniente del primer piso, tomo mi pistola y bajo sigilosamente las escaleras. No hay nadie dentro de la casa, me acerco a la ventana de la sala de estar escucho a alguien correr en la propiedad, bajo las escaleras hasta la cocina, hay un forcejeo en la pequeña puerta que da a la terraza.

Todos mis sentidos están en alerta cuando escucho algo romperse, cargo la pistola y subo rápidamente las escaleras en caso de que haya entrado alguien, y efectivamente lo hizo, la ventada del frente de la casa estaba rota, las pisadas marcadas en el piso es lo que me dice que alguien está dentro.

Me mantengo pegado a la pared, con el arma lista para disparar a quien sea que esté intentando robarme, entro a la sala y disparo al instante que veo una silueta.

—¡Joder Majid! —se queja el rubio en medio de mi sala, no tiene una herida de bala porque reaccionó a tiempo.

—Jack, ¿qué demonios crees qué haces?, ¿acaso no sabes tocar? —Alzo los brazos y señalo la ventana que el acaba de romper.

—Pensé que estabas entregando algo, estoy en problemas, tienes que ayudarme —Se acerca a la ventana y mira con preocupación hasta la calle. Lleva su pistola en manos, o sea que viene de algún lugar peligroso, la sangre en su ropa, y sus nudillos rojos me dice que se metió en algo malo.

—¿Ahora qué hiciste? —cierro las cortinas para que quien sea que esté detrás de Jack, siquiera se atreva a mirar para mi casa. Guardo mi arma entre mis pantalones y le hago ademán al chico para que hable.

—No sé cómo saldré de esto —camina de un lado a otro y tira de su cabello rubio oscuro, debió haber hecho algo muy mal, Jack puede ser muy loco, pero sabe cómo resolver problemas cuando se mete en líos. Es el delivery de Fernández y casi siempre lleva droga encima para venderla en fiestas y a dónde sea que vaya.

—Si le robaste a Fernández, o algo que tenga que ver con él, no me metas en tu lío —lo señalo con el dedo para que esté claro de que no pienso cubrirlo si tiene que ver con el jefe.

—Me metí con la mujer de un jefe de pandilla, le robé esta pistola, y para rematar, dejé inconscientes algunos de sus hombres, están detrás de mí —aunque está en problemas, seguro que ahora mismo, él está bajo arden de muerte.

—Te van a matar —camino hasta la puerta y cierro con toda la seguridad posible, cierro todas las ventanas, y pienso en que haré con él.

—¿Tienes tu móvil? —Jack deja su teléfono en mi mano y vuelve a caminar sin rumbo dentro de la casa. Le quito la ubicación y lo destruyo con un martillo.

—¡¿Qué demonios te pasa Zack?! —chilla como una niñita mientras se lleva las dos manos a la cabeza.

—Con esto te pueden rastrear idiota, no quiero pandilleros en mi casa —un último martillazo y está totalmente destruido. Él maldice para sus adentros y no se mantiene en un solo sitio. Se quita la camiseta y la cambia por una de las mías, se lava las manos y la cara.

—Siéntate Jack —me tiene nervioso con su de aquí para allá. Recibo un mensaje de Fernández poniéndome al tanto de lo que hizo Jack, debe saber que vendría a mí, así que le pido que envíe a mi casa a los delincuentes que lo andan buscando y hacemos la dichosa reunión que se realiza para estos casos.

Jack es un muerto de hambre, es estadounidense y experto en vender drogas de todo tipo y a todo el mundo, por suerte no va a la escuela, es mayor que yo, de algunos 23 años, pero eso no le impide que se meta en las fiestas de mis amigos para vender la sustancia prohibida, le he dicho que no la haga, pero no vale de nada, lo vi en lo suyo en la fiesta de Liam.

Alguien toca la puerta y Jack se levanta de su asiento, paranoico y frío del miedo, se esconde en la pared que divide el pasillo de la sala de estar. El me hace señas para que no abra la puerta, pero de todos modos lo hago y obviamente él se prepara para disparar.

—Zack Majid, nos informaron que Jack se encuentra aquí —el hombre trajeado y con anillos se peina el cabello hacia atrás, está con toda la pandilla fuera de la casa, lástima que sólo podrá entrar él.

—Tu solo o ninguno —demando. Me gusta ser bastante directo, no me importa que tanta gente tenga o que tan respetado sea, está es mi casa y son mis reglas, si no quiere cumplirlas que se vaya o habrá consecuencias.

Lo dejo pasar y Jack le apunta con el arma, le pido que baje la pistola, no es necesario, aparentemente el no conoce el derecho de La reunión.

—Tienes 5 minutos para explicar lo qué pasó y evitar que te maten aquí y ahora —le hago saber a Jack, quien me mira con los ojos como platos, ni siquiera sé por qué le tiene tanto miedo a este hombre, el mismo que ahora yace en uno de mis muebles, con una pierna encima de la otra.

—Él sabe lo que hace, deberías aprender de Zack —habla como si me conociera, hay muchas personas de este negocio que conocen mi nombre, han escuchado de mí, pero yo no sé de nadie, quizá por eso no les tengo miedo.

Jack se explica en cinco minutos que fue lo que en realidad sucedió con la mujer, una puta del montón, por eso ahora está bajo de orden de muerte, Jack le devolvió su pistola y quedaron en que Jack trabajaría dos semanas para él, se dieron la mano y problema resuelto.

—Gracias por recibirme, mis puertas están abiertas para lo que necesites, tu padre lo sabe —todo iba muy bien hasta que tuvo que meter a mi padre en esto.

Termino el proyecto de la escuela, estoy conforme con lo que he hecho; preparo un porro y espero la llegada del efecto sentando en el sillón de la sala, dejo caer mi cabeza hacia atrás cuando las cosas empiezan a dar vueltas, me siento muy relajado, entonces empiezo a reírme de lo que pasa a mí alrededor.

Me siento eufórico y con ganas de tener sexo, se termina el porro y sigo riendo de lo loco que se ha vuelto mi casa. Alguien llama a la puerta, pero el sonido del timbre lo que hace es que me ría más, camino lentamente y abro la puerta.

—¿Zack, de que te ríes? —son los chicos, los miro con los ojos abiertos y ellos entran sin que les dé permiso.

—Que olor tan fuerte —se queja Liam cuando se adentra a la sala, es el único del grupo que no fuma ¿o es Nigel?, ahora no recuerdo.

—Está drogado, mírale los ojos rojos —demanda Lawson. Me arrojo hacia tras en el sofá y miro el techo, parece que me caerá en la cara, se hace cada vez más grande, hay círculos dando vueltas y no puedo parar de reír.

Soy ajeno a lo que dicen los chicos estoy muy relajado y me gusta cómo me siento ahora. Pierdo la noción del tiempo y pregunto la hora siempre que pienso en ello, simplemente la olvido segundos después.

—Tienen que dejar ese asunto con la americana —susurro, tengo una sed y un hambre incontrolable.

—Creo que ya pasaron las cuatro horas de efecto —opina Lawson. Él sabe el tiempo exacto que me dura el efecto de la marihuana.

—Tú tienes que dejarlo, esa chica no es de tu tipo Zack, tienes que arreglar tu vida antes de arruinar la de ella —demanda Liam, él y su instinto de padre protector, sé a qué se refiere con lo de "arreglar mi vida" y me temo que no hay solución por el momento.

—Solo la quiero para algo de diversión, dejen de decir que hacemos linda pareja, ella cree qué hay posibilidad de tener algo más que sexo conmigo —y aquí estoy, siendo el idiota que soy, porque después de demostrarle todo lo contrario a Brenna, sigo tratando de convencerme a mí mismo de que solo es sexo, y que no hay otros sentimientos detrás.

—La actitud que tienes con ella no es de solo sexo —esta vez opina Harry, me levanto para ir a la cocina y comer algo, que hambre tan horrible, tengo la boca muy seca.

—Que conste, no quiero hacerle daño, pero si quiero sexo con ella —pongo a calentar comida de ayer—. ¿No la han visto?, tiene un cuerpo de Diosa. Dibujo con mis manos la silueta imaginaria de Brenna.

—No puede ser, te gusta Brenna —dice Nigel al mismo tiempo que deja caer sus manos en mis hombros.

—Ella no me puede gustar —aparto sus manos de mis hombros, y saco mi comida del horno. No quiero que ella me guste, y no gustar de "te quiero para follar", el gustar de "tener sentimientos cursis" hacía ella.

—Querer y poder son de cosas distintas —señala Liam con las cejas elevadas y encogiéndose de hombros.

—Me estoy comportando como si quisiera que fuera mi puta esposa, la última vez que algo como eso sucedió, no salió para nada bien —digo con la boca llena de salchicha y alubias rojas.

—Si vas a aceptar el hecho de que te gusta y harás algo respecto, tienes que dejarlo Zack, es peligroso y lo sabes. —Me sorprende que Lawson lo diga, casi siempre es Liam o Nigel quienes me presionan para que lo deje, y no hablan precisamente de la marihuana, el cigarrillo o el alcohol.

Lo otro, es mucho peor.

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