LUKE
Sentía la sangre hervir por mis venas a una velocidad fuera de lo normal. Las preguntas y el desconcierto me golpeaban como piedras en la cabeza tiradas a mala leche y sin saber exactamente cómo a cientos de kilómetros de distancia alguien podía controlar mis pasos sin siquiera darme cuenta.
Aún por el buen tiempo que hacía por las mañanas, esa noche refrescaba y yo simplemente iba con una camiseta negra cualquiera y sin casco sobre la moto. No me importaba que los coches me pitaran, no me importaba el hecho de que si me caía podría matarme, lo único que tenía en mente ahora mismo eran dos cosas, uno, estrangular a Diego hasta dejarle el cuello más largo que una jirafa y dos, abrazar a Ally con todas mis fuerzas cuando la viera.
Cuando me dijo aquello por teléfono no pude hacer sino otra cosa que decirle que iba hacia allí antes de colgarla sin recibir una respuesta más larga que un "por favor" de su parte.
Pronto divisé su mediana casa, no se podía comparar con la mía, pero algo era algo. Aparqué la moto un par de casas más alejadas de la suya por seguridad, y cuando estuve en la entrada del jardín me percaté de que el coche de su padre no estaba.
"Vía libre." Pensé.
Corrí a la parte de atrás de la casa y recordando la última vez que entré a su casa por la terraza así lo hice. La verdad es que no me costó mucho subir aquel piso, el árbol de enfrente era una gran ayuda, lo que me hizo recordar aquella estúpida película de High School Musical que tanto le gustaba a mi hermana y me hicieron ver con ella cuando era pequeña como mil veces. ¿Cómo un tío tan mariquita como Troy Bolton consiguió escalar en menos de un minuto el árbol y entrar en la habitación de su novia sin que ella se diera cuenta? Vamos, si hasta a mí me había costado.
Ya en la terraza agité mi cabeza para despejarme de aquellos estúpidos pensamientos relacionados con Disney y entré por la puerta de cristal que para mi suerte estaba abierta. No se oía ni un ruido, ni siquiera había más luz que la que salía del cuarto de Ally en el otro extremo del pasillo, así que sin pensármelo casi corrí hasta allí impaciente.
-¿Se puede...?- pregunté cuando me asomé por el marco de la puerta y la vi en el suelo sentada con su espalda apoyada en la cama y abrazando sus piernas con la cara escondida.
- Luke...- susurró elevando un poco la cabeza para verme. Pude notar enseguida la sorpresa por mi presencia en su cara.
- Eh, nena.- cerré la puerta tras de mí y me acerqué a ella hasta que me puse de rodillas enfrente suya, sin importarme nada puse mis manos en su cara para hacer que me mirara directamente a los ojos.- Tranquila, ¿Vale? Estoy aquí, no te preocupes.
- ¿Cómo quieres que esté tranquila?- su voz era ronca de haber estado llorando, pero ahora hacía el esfuerzo de no llorar delante mía. Típico de Ally.- No puedo estar tranquila, yo, yo...- y volvió a enterrar su cara entre sus rodillas.
Simplemente no dije nada, no era el momento de decir nada. Me senté a su lado y pasé mi brazo por sus hombros atrayéndola hacia mí y que así pudiera apoyar su cabeza en mi hombro. Con mi otra mano trazaba círculos sin sentido por su brazo para reconfortarla. Esto sin duda era peor que horrible, sentía una impotencia descomunal y no podía hacer nada por ella, simplemente esperar a que se tranquilizara y así poder hablar. El frío que desprendía el pirsing de mi labio por toda mi boca conseguía relajarme, siempre lo hacía, pero estaba vez sentía la necesidad de arrancármelo de la rabia.
- Gracias...- susurró en mi hombro.
Inconscientemente la miré y deposité un delicado beso en su cabeza, donde me quedé ahí unos segundos con los ojos cerrados admirando el olor de su pelo. Oh mierda, ¿Cuándo me había vuelto tan vainilla?
- Ni las des.- contesté cuando me separé.
- No lo entiendo. No entiendo como ha podido enterarse. ¿Controla las cámaras del instituto o qué?
- No lo sé, dulzura... Pero si no es mucha molestia, ¿Qué fue lo que te dijo?
Al decir aquello, Ally se incorporó un poco sobre sí misma y estiró sus piernas separándose un poco de mí, por lo que bajé mi brazo de sus hombros y sin poder resistirlo la recorrí con la mirada de arriba a abajo. Joder, como le quedaban esos shorts y esa sudadera una talla más grande que la suya. Parecía que me quería torturar.
- Me preguntó que qué tal mi día, lo que había hecho y cosas así...- soltó una bocanada de aire.- Después vino lo malo. Empezó a preguntarme sobre lo bien que me lo había pasado en el baño saltándome las clases, pero que sobretodo si con quien me las había saltado era con un capullo integral.
- ¿Me estás vacilando?- abrí los ojos de par en par.- Y... Eso último te lo has inventado.- enarqué una ceja.
Una pequeña sonrisa apareció en los labios de Ally mirando hacia sus piernas, lo que me hizo sonreír a mí también.
- Puede, pero he preferido suavizarlo.
- Me lo imaginaba... Diego no es tan fino.- apoyé mi cabeza en la cama observando el techo.- ¿Qué más te dijo?
- Esa es la mejor parte... Me dijo que como volviera a juntarme contigo me las vería con él cuando regresara.
- Pero en cambio decidiste llamarme a mí el primero. ¿Te gusta cavar tu propia tumba, nena?
Noté por el rabillo del ojo como sus ojos se clavaron sobre mí e inmediatamente me incorporé para quedar ambos cara a cara. Sus ojos estaban húmedos, pero de nuevo su ego le hizo aguantarse las ganas de llorar frente a mí.
- Al parecer soy una suicida.- se encogió de hombros y desvío su mirada de mí.- Simplemente cuando me di cuenta ya estaba llamándote.
- Oh, soy una pequeña coincidencia de tu conciencia.- sonreí de lado intentando quitar la tensión.
- Siento decepcionarte, chulito.- me picó recordando aquel estúpido mote por el que me llamaba tiempo atrás.
- No has dicho eso...- la miré retándola y ella me volvió a mirar.
- ¿El qué? ¿Chulito? Sí, creo que sí lo he dicho, a no ser que estés empezando a perder audición con la porquería de música que escuchas.- sonrió.
- Desearías no haberlo hecho, nena.
Y de un salto y sin darle la oportunidad de escapar, me encontraba casi encima suya haciéndole cosquillas por los costados mientras ella reía sin parar dando patadas contra el suelo.
- ¿Y bien?
-¡Luke! ¡Para por favor!- gritó entre risas.
- Suerte que tus padres no están, puedo pasarme así toda la noche.- sonreí ante aquel pensamiento. Casa vacía, de noche, los dos solos... Oh mierda, o me centraba o acabaría cavando yo mi propia tumba.
- No serías capáz...- e intensifiqué las cosquillas.- ¡No no, vale vale! ¡Lo siento!
- Así me gusta.- sonreí parando de hacerle cosquillas.
Nos encontrábamos en el suelo de su habitación, ella boca arriba y yo sentado con mis rodillas a cada lado de ella sobre su vientre. Todo el ambiente cambió notablemente cuando los dos nos quedamos mirando fijamente el uno al otro, todo se volvió distinto, no sabría explicar aquella sensación, pero sin duda esto no es lo que yo tenía en mente, así que no podía alargar más las cosas si quería que todo saliera bien.
Todo esto tenía un propósito, pero mi lado rosa me estaba cegando por completo.
- Bueno... Creo que debería irme ya.- me levanté de mi posición y me estiré los pantalones y la camiseta.
- Está bien.- susurró desde el suelo incorporándose y levantándose también.
Tuve que contener mis ganas de girarme y volver a recorrerla con la mirada, porque era un chico, y claramente Ally estaba muy buena como para solo fingir, así que me dirigí sin decir más a la puerta de su habitación. Aunque hubo algo que me detuvo, en el momento que sentí su mano helada agarrar mi brazo, mis piernas se detuvieron al instante y giré mi cabeza un poco para mirarla.
- ¿Y si te quedas?.- se mordió el labio mirando al suelo.- Mierda, nunca pediría que te quedaras, pero hoy lo necesito.
-¿Me estás pidiendo que me quede?- pregunté atónito sin moverme de mi posición.
- Sí.- me soltó y agitó su cabeza despejándose y mirándome de nuevo más seria.- Pero ni sueñes que dormirás en mi cama, el suelo te echa de menos.
- Ni de coña.- empecé a reír a carcajadas.- Ni pienses que voy a volver a ese suelo.
- Bueno, ya veremos. Voy al baño mientras tanto.- se encogió de hombros y entró en el baño que había dentro de su habitación.
Vale, esto sí que era raro, pero no me podía quejar.
Automáticamente una gran luz se encendió en mi cabeza, una tan fuerte que inconscientemente me sonreí a mí mismo y me di la vuelta para salir de aquella habitación y volver a lo que tiempo atrás había planeado.
Curioso, decidí entrar en una de las habitaciones que había en el pasillo, con la gran suerte de entrar justo en la habitación que quería entrar desde hacía mucho tiempo... El despacho del padre de Ally. Todo estaba la mar de recogido, un gran escritorio presidía la habitación rodeado de estanterías repletas de libros y fotografías. En todas ellas había imágenes de su familia con Ally en la mayoría de ellas, pero hubo una que realmente me llamó la atención... Al coger el marco automáticamente reconocí a cada uno de los presentes, estaba mi madre y todos sus amigos incluido mi padre, en ella estaba toda mi familia con él. Sin pensarlo la saqué del marco con curiosidad en busca de alguna inscripción, pero al quitar la tapa de atrás algo cayó a mis pies.
"Los para siempre existen. Día en el lago." Leí en la fotografía. Era la misma que había en mi casa.
- Claro... Los para siempre existen...- gruñí ante la inscripción.
Cuando leí aquello recordé lo que segundos antes había caído de la foto, así que me agaché y recogí aquel papel que había a mis pies, pero lo que no me esperaba fue leer aquello: "Because you make me believe in my self when nobody as can help. Te quiero." No esperé más y di la vuelta a aquel papel, sintiendo como mi mano se tensó y todo mi cuerpo recibió una corriente que me dejó helado sin saber como reaccionar... Era una foto, una foto de mi madre y él abrazados con un gran árbol de navidad detrás suya en la calle sonriendo.
-¿Luke?- oí desde la lejanía.
No tardé ni un segundo en colocar la foto en su sitio y dirigirme hacia la puerta no sin antes coger una foto de Ally de pequeña que había en una estantería. Al momento por la puerta apareció ella con el pelo mojado, sus gafas puestas y aquel modelito de antes.
-Incluso de pequeña tenías cara de insoportable.- dije mostrándole la foto.
- Eres idiota.- suspiró rodando los ojos.- ¿Qué haces aquí?
- Me aburría en tu habitación y encontré esta sala. ¿Hay algo de malo?- me empecé a acercar a ella.
- Si mi padre estuviera aquí ya te habría matado, es su despacho.- se cruzó de brazos en el marco de la puerta.
- Rectifico, si tu padre estuviera aquí me habría matado nada más cruzar la puerta principal.
- Si hubieras entrado por ella, querrás decir.- enarcó una ceja y me puse a su lado.
- Admite que esto te pone mucho más.- susurré en su oído y noté como empezó a ponerse roja, recibiendo un golpe en el hombro de su parte que apenas me dolió.
- ¡Serás idiota!- empezó a andar por el pasillo a su habitación indignada.- Mañana hay clase, yo me voy a dormir.
- ¿Y tus padres?
- No vuelven hasta mañana por la tarde. Han ido a casa de mi abuela a no se qué, tampoco me importaba mucho.- se encogió de hombros y desapareció de mi vista.
Esto era la mar de surrealista. Miles de emociones se cruzaban en todo mi ser, pero tenía que esconderlo, tenía que fingir.
Me encaminé a la habitación de Ally a paso lento mientras poco a poco doblaba en mi espalda la fotografía que había encontrado de mi madre y la metí en el bolsillo de mi pantalón. Y de nuevo, volvía a tener las cosas a mi favor y un plan en mente. Sonreí para mi mismo y eché mi flequillo hacia atrás, ni Diego ni Liam podrían conmigo, eso lo tenía muy claro. Daría a ambos donde más les dolía.
- Ve preparando la cama nena, ya voy.
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Como véis, ganó por goleada el que siguiera la novela en 1ª persona, seguido de que hiciera lo que quisiera jajajaja así que he probado y aquí está el resultado, ¿Os gusta? Si no os gusta no me importa cambiarlo.
Y bueno, habréis notado que me he cambiado el nombre jajajaja espero que no os líe...
GRACIAS POR LEER Y VOTAR.
Un besito, Pilar. Xx