Los días contigo, son menos aburridos.
"Día uno navegando en busca de los pecados faltantes... Estoy empezando a creer que Hawk nos va a comer" —¿Qué haces?— Arrastre el papel por la barra y se lo mostré a Tadashi, quien después de leerlo estalló en una estruendosa carcajada, y no paró hasta caer de espalda al suelo.
—Bueno, bueno, bueno— Gire sobre el taburete y mire a Meliodas —Ya que pasaremos la mayor parte en la taberna y debemos comer de algo ¡Ahora ustedes serán mis nuevos empleados!— Frunci el ceño y luego mire a los demás. Gil miró sus manos; Howzer bostezo; Gowther extendió su mano he hizo la seña de amor y paz; Hendrickson bufo y Griamore se acurrucó más en sus brazos; Merlín se burló mientras Arthur escupia el agua; por último Tadashi dejó de reír y se puso de pie.
—Es una broma ¿Cierto?— Ni siquiera había notado la presencia de King, quien entraba con Oslow y Hawk.
—Nop— A cada uno nos comenzó a dar uniformes —La taberna debe abrir sus puertas a pesar de que estemos en una misión.
—¿Eso no retardaria la misión?— Pregunté tomando la ropa, la cual puse en mis piernas y comencé a revisar —¿Qué?— Tomé la mini falda y luego mire a Meliodas, quien le dio por último el uniforme a Merlín.
—Claro que no— Me respondió. Merlin rechazo la ropa y se puso de pie, caminando hacia mí y tomando el uniforme que Meliodas me había dado, y lo arrojó a la basura —¡Hey!
—Merlín— La llame asombrada por lo que hizo.
—No dejare que te pongas ese atuendo, antes muerta a verte vestida así— Meliodas se quejo, pero no dijo nada más.
—Capitán, no debemos desviarnos de lo que realmente venimos hacer— Meliodas se cruzo de brazos y luego suspiro —Nuestra prioridad ahora es encontrás a Diane...
—Y al señor Escanor— Puntualizó Elizabeth.
—Para poder derrotar a los diez mandamientos.... No podemos tomar de nuestro tiempo para abrir y atender la taberna— Los demás, sin siquiera quejarse se dirigieron a las habitaciones para cambiarse la ropa.
—Pues a ver de que comes, King— Yo me encogi de hombros y le señale a Tadashi que fuera a ponerse la ropa, él cual obedeció. Quedando así, King, Meliodas, Merlín y yo solos.
—Yo puedo cocinar, aquí nadie se queda sin comer— Hable —Entiendo su punto señor Meliodas, pero no debemos detenernos— Luego mire a King —A parte, no vendría mal ayudar a quien nos ayuda ¿Verdad? Si el señor Meliodas nos está dando hospitalidad, sería bueno poner al menos de nuestra parte para mantener la taberna— Los dos giraron sus cabezas sin verme —No se que haya ocurrido con ustedes dos, pero sea lo que haya pasado, deben dejarlo de lado. Nos necesitamos uno al otro en estos momentos— Me puse de pie y mire mi ropa.
—No puedo creer que una niña de diez años me esté poniendo en mi lugar— Mire incrédula a King, al cual le arroje una manzana —¡Hey!
—¡Tengo quince años, idiota!
—Cómo sea, Andromeda tiene razón— Merlín me veía con orgullo en sus ojos —Debemos mantenernos unidos.
—Bien, pero una cosa si te digo pequeña Andromeda— Mire al rubio —Tendrás que usar un uniforme, tienes que verte presentable.
—Cómo sea, voy con Arthur— Le avise a Merlín antes de correr por las escaleras hasta la habitación temporal del pelinaranja. Abrí la puerta y observe el lugar, hasta topar mi mirada con sus brillantes ojos púrpuras —Te queda muy bien el uniforme, eh.
—G-gracias— Tomó su chaleco y se lo puso. Hice una mueca por seguir viendo a ese gato encima de su cabeza —¿Qué? ¿Tengo algo?
—A un gato— Me acerque a él y tome al felino entre mis manos, el cual no se quejo ni nada. Arthur me miró sorprendido —¿Qué? ¿Ahora yo tengo algo?
—Al gato— Nos quedamos en silencio por unos cuantos segundos, antes de explotar en una risa sincronizada.
—¿Por qué te sorprende?— Arthur se acercó más a mí y posó sus manos encima de las mías, cargando ahora ambos con el gato.
—No podía quitármelo de encima, ni siquiera Gowther, Gil y Howzer lograron hacer que el gato se fuera con ellos— Alce mi mentón y luego suspire.
—Curioso— Lo volví a mirar y le sonreí, mientras él me sonría. Nos quedamos por un buen rato solo mirandonos, apreciandonos uno al otro. Baje la mirada y observe al gato, retiré mis manos de las de Arthur y di un paso hacia atrás —Seré la chef temporal, creo— Comencé a balancearme con mis talones —Necesito un uniforme que no sea provocador o revelador, en pocas palabras, que no me lo ponga Meliodas— Él se rio y dejó al gato en la cama, el cual brinco a su hombro, haciendo que Arthur suspirara.
—Bueno, creo que... La princesa Elizabeth podría prestarte uno de sus vestidos— Hice una mueca y asenti —Sea lo que sea que te vayas a poner, estoy seguro que te verás bien, tu siempre te ves bonita con todo— Le sonreí y me acerque a él.
—Gracias— Sus mejillas se tornaron rojas —Dejando de lado la vestimenta, creo que no estaría para nada mal dejar de ser reyes por unos días ¿Cierto?
—¡Por supuesto! Aunque... Me preocupa aún Camelot— Se sentó en la cama y miro sus manos, con las cuales comenzó a juguetear.
—A mi también, pero hey... Estarán bien, están en buenas manos— Tomé su mano y la entrelace con la mía.
—Andromeda yo...— Nuestras miradas volvieron a chocar y ambos sonreímos, solo para después dejar salir una risita —No entiendo como haces que todo sentimiento negativo en mi se vaya.
—Tampoco yo lo entiendo— Se acercó más a mi y tomó, con su mano libre, mi mejilla.
—Pero entiendo que... El sentimiento que provocas en mi es tan verdadero— Sonreí con ternura cerrando los ojos para poder sentir su tacto en mi piel.
—Lamento interrumpirlos, pero alguien viene— Abrí mis ojos confundida y mire a Arthur, quien también estaba confundido y ambos miramos al gato.
—¿Acaba de hablar?— Pregunté asombrada pero aterrada.
—Acaba de hacerlo— La puerta de la habitación se abrió y detrás de ella se mostró a King malhumorado.
—Merlín me ha obligado a diseñarte un atuendo, así que... No tengo tiempo, muevete— Alce una ceja mientras el hada nos miraba a ambos, sonrió de lado y luego se cruzo de brazos —Perdón por interrumpirlos, veo que estaban en algo importante— Mire esta vez a Arthur y luego nuestras manos unidas. Sonreí y me puse de pie.
—No hay problema, vamos— Camine hacia King, no sin antes girar sobre mis talones y ver a Arthur, quien se puso de pie y camino hacia su espada.
Corrí hacia él y tome su mejilla, plantando un beso en esta —Al rato nos vemos— Le susurre, saliendo esta vez corriendo detrás de King.
El anhelo de un beso, es más fuerte que el propio sentimiento.
[Arthur]
Suspire y sonreí, tocando mi mejilla, como si aun sintiera sus labios sobre mi piel. Son por esas cosas que no puedo dejar de pensar en ella, mi mente siempre está ocupada pensando en ella, imaginando como sería un futuro a su lado.
Como sería sentir sus labios con los míos, si en verdad sería como me lo imagino.
Apreté mi boca y luego mire a Cath —¿Tenias que hablar justo cuando estaba a nada de besarla?
—No me culpes a mi. Si aun no la has besado es tu culpa, has tenido mejores oportunidades ¿O me equivoco?— Suspire.
—Tienes razón.