No hay peor pecado que provocar lágrimas en una cara, que te ha dado las mejores sonrisas
Me adentre entre aquellas dos rocas y observe mi alrededor. Todo había cambiado tan repentinamente, como si nos hubieran teletransportado.
Camine embobada con todo el paisaje, hasta chocar con la mano de alguien —Ten cuidado, no querrás caerte— Sobe mi frente mientras miraba a King, quien me había detenido golpeandome.
—No era necesario el golpe, gracias— Tres presencias estaban frente a Meliodas y Elizabeth, quienes eran los que nos encabezaban —¿Esas son las lideres de los druidas?— Pregunté observando a las dos mujeres, y al grandulon en medio de ellas.
—Sí— Asenti y observe como el pobre Hawk estaba siendo plastilina para la castaña, quien parecía entretenerse con la nariz del puerco.
—Los capites son, mi hermana Zaneli, y yo, ¡Lady Jenna!— Alce mi ceja y gire sobre mis talones para asegurarme de que todos estuviéramos juntos. Y para mi sorpresa, Gowther y Arthur seguían en la entrada, parados como si estuvieran esperando algo.
—¿Estas enanas son los líderes de los druidas? ¿Entonces quién es ese viejo?— Gire de nuevo hacia enfrente y mire con curiosidad al grandulon.
—Soy el sacerdote Theo ¡Protejo a los capitanes, señor!— Cubrí mi boca para evitar soltar una risa, y baje la mirada para que no se viera tan obvio.
King me volvió a golpear y solo así reacciones, mirándolo de mala manera.
—¿Qué? ¿Cuántos años tienes?— King rodó los ojos, mientras volaba un poco lejos de mí. Pero lo seguí de cercas, tomándolo del pie, haciendo que girará a verme, y sólo así le saqué la lengua.
—Sip, tengo quince años después de todo señor meliodas— King y yo dejamos de pelear, solo porque toda mi atención ahora se dirigió al sacerdote ese.
—¿Ese tipo tiene la misma edad que yo? Imposible.
—No, después de todo la que no esta desarrollanda eres tu— Volví a mirar a King y esta vez jale de su pie para tirarlo de su almohada. Lo cual logre —¡Oye!
—Conmigo nadie se mete ¿me escuchaste mocoso?— Se puso de pie y sacudió su vestimenta.
—¿A quien le llamas mocoso?— Me amenazó con su puño, el cual tome y baje para sonreírle con burla.
—Ah ¿No eres un niño?— Se puso rojo y camino los pocos pasos que nos separaban. Estábamos conscientes de que estábamos ignorando a los demás, así como los demás nos ignoraban a nosotros.
—¡Claro que no!— Giro su cabeza sin verme —No quiero lidiar contigo ahora, eres con la que menos quiero pelear— Mi corazón se estrujo y mire hacia la dirección de Gowther y Arthur. Suspire y tome el hombro de King, haciendo que me mirara.
—Solo porque me caes bien— Y sin decirle más camine a lado de Merlín, quien me miraba con burla.
—... Bueno, nos vemos más tarde— Se despidió Meliodas, junto con Elizabeth. Mire a Merlín y Alce una ceja.
—¿De qué me perdí?— Esta siguió con sus brazos cruzados.
—Le devolverán su poder al capitán— Me aclaró, con una media sonrisa. Observando como la señorita Jenna, jugaba con Hawk.
—¿Hablas del poder que le robaste?— Su atención cayó en mi —¿Qué? No te sorprendas ¿Al caso creíste que no sabía por qué habíamos venido aquí hace diez años atrás? ¿Y qué era lo que mantenias tan oculto bajo esas fachas de tela?
—No me sorprende que lo sepas— Le sonrei.
—Entonces...— Canturrie mientras entrelazaba mis manos en mi espalda y comenzaba a balancearme sobre mis pies —¿Cuando empezaremos a entrenar? Digo, voy a entrenar yo también ¿cierto?
Merlín soltó una risita —Puede.
—¿Cómo qué puede? ¡Yo quiero entrenar!— Le grite mientras señalaba a la dirección donde se habían ido Meliodas y Elizabeth.
—Que bueno que lo comentas, Andromeda. Siganme— Hablo Jenna.
Todos la seguíamos de cercas, estaba justo a lado de Arthur, y ambos caminábamos en silencio. Parecía estar desanimado —Oye... ¿No te parece interesante?
—¿El qué?— Me miró con algo de curiosidad.
—Que aquí entrenaban los antiguos guerreros Druidas, quiero decir, estamos en territorio sagrado y nosotros estamos a nada de ser parte de un lugar en el cual se entrenaban los mejores guerreros. Podríamos incluso ser más fuertes de lo que ya somos— Sus ojos púrpuras me analizaron y sonrió de lado.
—Tienes razón, podemos ser más fuertes.
—... Para luchar contra los diez mandamientos legendarios de la tribu demonio... Como están ahora— Nos detuvimos abruptamente mientras Jenna se veía algo desesperada por algo que le habían dicho, y fuera lo que fuera, y sea quien le hubiera dicho algo... Creo que esta idiota por haberlo hecho —Simplemente digamos que "frágil" y "vulnerables" serían un cumplido...
—¿Yo frágil?
—Callate cerdo— King y yo hablamos al mismo tiempo, haciendo que ambos nos miraramos.
—Por favor, usen esta cueva de la disciplina para forjarse a ustedes mismos... Después de todo, los necesito para proteger a este mundo— Termino Jenna, con algo de molestia en su voz —Por cierto... Otros han entrado antes que ustedes en esta cueva, parece como si los conocieran— Alce una ceja, y mire a Merlín.
—Oh ¿Será Ban?— Preguntó Hawk, haciendo que algo dentro de mí hiciera clic.
—No, ella ha dicho "ellos" ¿No? Tal vez es Guila y Jericko— Hablo ahora King, yo me encogi de hombros y me cruce de brazos.
—Siento decepcionarlos— Un hombre salió de la cueva y pude reconocerlo por su cabello blanco.
¿Era aquel hombre con el cual luchamos en Liones? ¡Claro que lo era! La reacción de todos me lo confirmó.
—Oh ¿Ya terminaste, Hendi?— Le preguntó con simpleza Jenna.
—¡Hendrickson! ¡Todavía estás vivo!— Enchine mis ojos y detuve a King, sólo segundos antes de que el hombre cayera al suelo con un golpe seco. Lo solté y mire confundida al hombre.
—Controlarte King, entiendo porque lo odias— Mire a Jenna y luego a King.
Los errores son para eso, aprender de ellos y no volver a cometerlos.
[Arthur]
¿Por qué lo está tocando? Okay, relajate... No seas así, sólo lo detuvo por el bien de ese hombre, pero... ¡Maldición! No me abraza o me toma de la mano ¿No ve que la necesito? ¿Por qué demonios habla con King, y no conmigo?
Okay, okay, no te pongas así, respira... Exhala, inhala, exhala, inhala. No seas un tóxico.
—¿Por qué de pronto tu tristeza cambió a odio?— Mire a Gowther y baje la mirada.
—Por nada.