Seguir cuando ya no puedes más, es lo que te hace diferente a los demás.
—¿Por qué estas llorando?— Me puse en frente de los dos y les sonreí.
—He tratado de todo con Merlín, pero ella no regresa a la normalidad. Y me siento completamente mal porque Arthur se está culpando de todo y...
—Okay, tranquila, tranquila— Me Interrumpió, Elizabeth me miró y me sonrió. Suspire y baje la mirada —¿Por qué no vamos a ver a los demás?— Asenti y los tres caminamos a la habitación.
—... Merlín estaría disgustada conmigo— Escuchamos decir a Arthur en cuanto entramos.
—Arthur...— Susurre su nombre, pero por segunda vez. Meliodas me Interrumpió.
—¡En ese caso por qué no oimos lo que Merlín tiene que decir con sus propias palabras!— Todos giraron hacia él, sonreí y camine hacia Arthur.
—¡Señor Meliodas! ¿¡Se han curado ya sus heridas!?— Arthur me extendió su brazo y yo fui a refugiarme en él. Enrede mis brazos alrededor de su cintura y recargue mi mejilla en su pecho.
—La mayor parte, Auch, Auch— El señor Meliodas comenzó a reír, al mismo tiempo que comenzó a manosear a Elizabeth. Rodé los ojos y mire a Arthur, quien se vio sonrojado por ese toqueteo indebido —En fin ¿Que fue lo que pasó exactamente entonces?— Mire a Gowther detrás de nosotros, por encima del hombro de Arthur —No es como si Galand repentinamente se hubiera ido sin matarnos a todos— El semblante del señor Meliodas cambió repentinamente a uno serío.
—Puede que haya modificado su memoria un poco— Me pegue más al cuerpo de Arthur mientras Gowther hacia su entrada triunfal —Y le hice creer "Acabe con el capitán y sus hombres".
—¡Gowther! ¿Cuando volviste a tu forma normal? ¿Y por qué vas con esas pintas?— El muñeco se acercó a ellos.
Arthur bajo su mano que me sostenía de los hombros a mi cintura, y me pego más a su cuerpo recargando su mejilla en mi cabeza, y suspiró.
—Sí tu preocupación es otro lapso maniático o mental... Ya ha sido tratado— Mostró como todo niño mostrando su nuevo juguete, el brazalete —Acabo de obtener este brazalete de restricción de furia— Mire a Merlín hecha estatua y baje la mirada, haciendo que Arthur apretara su mano en mi cintura —Artefacto No. 174 de Merlín "Amuleto de la multihabilidad"
—¿Merlín hizo eso y tu te lo has puesto?— Frunci el ceño.
—Cómo plan de contingencia le he pedido a Andromeda usar su amuleto en Gowther en caso de que decidiera irse y escapar del capitán y los demás mientras luchaban contra Galand, ella dejó su protección para otorgarle la tranquilidad a Gowther— El muñeco se golpeó la cabeza. Mientras yo me separaba de Arthur al escuchar aquella voz irreconocible. Sin embargo mi duda era ¿En qué momento me dijo que hiciera eso?
—Esa voz...— Dije mientras giraba hacia Merlín.
—¿¡Merlín!?— Grito Arthur al tiempo que giraba también a ver a la mujer estatua.
—Que sus ojos no los engañen— Frunci el ceño al ver como seguía en su estado de piedra —Estoy aquí— Cada rincón de mi cuerpo se estremeció al escucharla tan cercas, pero no sentirla. Arthur giro hacia mí esperanzado en verla, pero su rostro solo reflejo confusión.
—¡Esa esfera flotante acaba de hablar!— Hablo el puerco llamado Hawk.
—Ese es el tesoro sagrado de Merlín— Aclaro Meliodas.
—Es cierto ¿Donde se suponía que estaba?— Pregunté alejándome de la esfera y regresando a lado de Arthur.
—Justo antes de que mi cuerpo se convirtiera en piedra... Transferí mi alma a la "Estrella del amanecer ardan"— Mire a Arthur sorprendida por eso. Y él parecía estar muy feliz de saber que no había muerto —Fue por eso que aún me sentías, Andromeda— Yo me señale y la escuché reír —Sabias que teniendo mi alma podrías hacer el cambio de piedra... Y como dices, no es imposible, pero no será para nada fácil— Suspire.
—Al menos ya sé que puedo tratar— Suspire.
—¡Estoy tan aliviado!— No trato de ocultar su emoción, Arthur me tomo de la mano y la apretó regalandome una sonrisa —Eh bueno ¿Debería estarlo?— Asenti.
—El no tener su cuerpo complicaría las cosas— Me encogi de hombros —Pero esta viva y es lo que cuenta.
—Incluso mi magia no pudo neutralizar el poder de los diez mandamientos— Hablo Merlín —De acuerdo con Galand, estos decretos son poderes directamente recibidos por el rey demonio... Y para poder combatir un poder con esta magnitud necesitamos el poder de las diosas— Instantáneamente las miradas recayeron en Elizabeth, la cual con curiosidad mire y examine.
—Pero ese asunto será mío— Ahora todos me miraron —Nuestro, después... Por el momento lo más importante de lo cual deberíamos preocuparnos ahora mismo es de la fuerza física actual de Galand— Todos parecieron caer de nuevo a la realidad —Sí volviera con su energía mágica intacta, seríamos degollados como corderos.
—Andromeda tiene razón— Me dio la pauta Merlín —Sería inútil tener que enfrentarlo una segunda vez, no todos nos encontramos en perfectas condiciones para hacerlo.
—Entonces, es inútil— Terminó Meliodas. Suspire y mire a Arthur, quien estaba tan serio como los demás.
—Esos monstruos... Y él es solo uno de los diez— Mire a Slader y baje la mirada, sintiendo la tensión y preocupación de todos a mi alrededor.
—¡No sirve de nada quedarnos parados...!— Se alzó Meliodas con entusiasmo, supongo para llenarnos de esperanza —¡Simplemente necesitamos crear un plan!
—¿Y como propones que lo hagamos?— En seguida mi cabeza comenzó a trabajar en sintonia para planificar algo y al mismo tiempo estar al pendiente de lo que decían.
Suspire y ahueque mis mejillas con mis manos, tratando de concentrarme más. Mire a Arthur, quien estaba sumido en la platica de los demás y sonreí —¡Es fácil!... ¡Sólo necesitamos idear un plan para derrotar a los diez mandamientos!
—Es fácil decirlo que hacerlo— En segundos miles de ideas pasaban por mi mente y cada una de ellas detalladamente, descartaba y aceptaba una que otra, pensando en las diferentes estrategias y posibilidades de cada una... Entre ellas estaba la que principalmente había caído desde mucho antes.
Yo no me doy por vencido, quiero un mundo contigo.