La realidad llama tanto a la esperanza como al desespero.
Actualidad.
Reino de Camelot.
—¿Y dices que así lograras derrotarme?— Aquel joven con espada de madera amenazó a su oponente con algo de burla y mucho entusiasmo.
—Eso es injusto Arthur, sabes que no tengo la condición física que tu tienes, me ganas por mucho— La chica jadeo por aire recargandose sobre sus propias rodillas.
—Oh vamos Andromeda, tu eres más ágil que yo, sólo que no sabes aprovechar tu rendimiento— Sus ojos púrpuras se encontraron con aquel mar de ojos azules y destellos verdes —Ven, yo te ayudaré— Se acercó a ella y le tendió la mano; como siempre solía suceder cuando uno de los dos estaban con los ánimos por el suelo.
—Mejor regresemos al castillo, apuesto a que Merlín nos ha de estar esperando— Arthur asintió y le sonrió.
Aquella chica simplemente le sonrió y antes de dejarlo reaccionar salió corriendo —¡El último en llegar se presenta con Jim!
—¡Eso no se vale!— Salió corriendo detrás de ella, particularmente ella era más veloz que él —¡Ni siquiera contaste!
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—¡Gane!— Arthur, quien después de tanto correr llegó detrás de ella, estando en mejores condiciones que la chica —Así que...— Arthur alzó una ceja al observar como de a poco el aire se le iba a su amiga —Te toca reunión...— Quería reír por su estado, pero si lo hacía se metería en problemas y aunque estaba tentado no le gustaba verla enojada cuando su hermosa sonrisa brillaba —Con Jim. Que lastima.
—De todos modos iba a ir yo— Paso a su lado y juntos caminaron hacia el refugio de Merlín —¿Qué harás esta noche?
—¿Esta noche?— Arthur asintió con una sonrisa —No lo sé ¿Tal vez dormir?
—¿Me estás preguntando?— Andromeda se encogió de hombros —Estaba pensando en que podrías enseñarme un poco de magia.
—No lo sé Arthur, sabes que Merlín no me deja usarlo sin su supervision— Arthur ancho su sonrisa sólo para comenzar a caminar de espaldas para poder verla.
—¿Eso no lo hace interesante? Vamos, eres buena controlandolo— Era un necio por nacimiento y sabia que aunque se negara seguiría insistiendole, así que evitándose todo el fastidio y su rogar simplemente asintió y suspiro rezando para que Merlín no se diera cuenta de lo que harían esa noche.
—De acuerdo— Arthur chillo de emoción antes de lanzarce a ella y abrazarla con fuerzas, dándole un giro por el aire —Pero que Merlín no lo sepa.
—¿De qué no debo enterarme?— Ambos se congelaron en su lugar y miraron a la maga frente a ellos, aun seguían abrazados y por tan repentino susto se abrazaron más —Arthur, recuerda que tienes que estar preparado para...
—Sí, ya sé, ya sé— Se separó lentamente de los brazos de su amiga y suspiro con algo de molestia. Siendo un chico de diez y seis años debía hacerse cargo del reino. No por algo era rey.
La mujer miró ahora a su niña y le sonrió —Debo mostrarte algo vamos— Andromeda suspiro y miro con pena a Arthur. Le dio un beso y salió corriendo detrás de Merlín, quien como siempre flotaba en vez de caminar.
—Oye Merlín, me preguntaba si podríamos... Si podría ir Liones, ya sabes, para averiguar como están las cosas allá— No desaprovecharia la oportunidad de poder ver a su madre despues de diez largos años.
Su madrina y maestra simplemente soltó una risa de ingenuidad —Ya lo veremos— Eso le dio esperanza y rápidamente sintió como su corazón saltaba de la emoción —Porque es exactamente lo que quería mostrarte— Al entrar a su lugar sagrado pudo notar, a parte de todas sus cosas ya antes vistas, un gran mapa en el centro de la mesa redonda.
En el se mostraba Liones, y las cosas no se veían bien —¿Qué a sucedido?
—Sólo la verdad— La chica la miró con desconcierto —Es hora...
El miedo de todo ser humano es ser feliz, porque solo te permiten serlo cuando están preparándose para llevarse algo de ti.