-¿C-cómo has dicho?- preguntó Ally sin entender nada de lo que Luke le acababa de decir.
Pero no hubo contestación con palabras, sino simplemente una leve risa que pudo notar debido a que estaba apoyada en su pecho.
La lluvia, los rayos y los truenos no cesaban, ni tampoco había luz debido al rayo que cayó hacía unos minutos, por lo que todo estaba melancólico y oscuro.
- ¿Desde cuando les tienes tanto miedo a las tormentas, gafitas? - preguntó Luke rompiendo el silencio de ambos.
- Desde siempre... Cuando era pequeña y había tormentas me las pasaba en los brazos de mi madre hasta que paraban. Ahora que soy ya más mayor pongo la música tan alta que no pueda oír los truenos. Siempre he tenido miedo y por mucho que lo intente no puedo evitarlo.- dijo con la voz entre cortada.
- No deberías tener miedo a las tormentas, no van a matarte mientras estés bajo un techo.
Su voz no era extremadamente seria, más bien reconfortaba a Ally, la cual se encontraba con las manos en su pecho y su cabeza recostada en él, mientras que Luke se limitaba a acariciarle la cabeza. Se sentía bien, protegida, y mentiría si dijera que aún tenía tanto miedo como al principio, porque misteriosamente en sus brazos se sentía como si no existieran tormentas.
- Y Luke... ¿Tú a qué tienes miedo?- preguntó sin moverse.
Las caricias cesaron y pudo notar como todo su cuerpo se tensó por un momento.
- A que la gente que quiero se vaya de mi lado. - dijo casi en un susurro.
Eso no se lo esperaba, que alguien como Luke tuviera miedo a quedarse solo era algo que no entendía. Claramente nunca se quedaría solo con semejante reputación y fama, era algo imposible.
- Pero eh, también le tengo miedo a las serpientes.- volvió a hablar, pero esta vez riendo.
- No me lo puedo creer, tenemos algo en común.- dijo Ally riendo de la misma manera que él.
El sonido de otro trueno volvió a inundar el comedor junto a un fuerte flash de un rayo. Ally sin quererlo se encogió y se pegó más a Luke, al cual pilló desprevenido y posó un brazo sobre ella.
- Ya está, se está alejando la tormenta, dudo que dure mucho más.
De repente las puertas del comedor se abrieron y entre la penumbra Luke pudo distinguir a Niall aproximarse a zancadas hasta ellos.
-¿Qué hacéis aq...? - observó a Ally la cual estaba abrazada a Luke.- ¿Señorita Payne, está bien?
Ally asintió sin despegarse de Luke.
- Tiene pánico a las tormentas y la calidad del contador de luz del instituto no ha ayudado mucho que se diga.- dijo irónico Luke enarcando una ceja.
- El rayo cayó en una torre de luz, por lo que se ha ido la luz en toda la manzana. Deberíais iros ya a casa, si sigue oscureciendo será peor.
- Sí, eso creo.- miró a Ally- Qué, ¿Nos vamos?
Sin decir palabra Ally asintió de nuevo y se levantó con la ayuda de Niall del suelo seguida de Luke.
Por el camino no dejaba de mirar al suelo, la lluvia no había cesado su intensidad, pero por suerte los truenos cada vez se escuchaban más lejos y débiles, cosa que agradeció enormemente. Al llegar a la salida los dos se quedaron quietos en la puerta observando la lluvia, pero Ally cogió su teléfono y lo miró con una mueca.
- Mierda... No me lo puedo creer.- dijo casi en un susurro.
- ¿Qué ocurre?
- No tengo batería en el móvil y no puedo llamar para que vengan a por mí... Tengo la moto en el taller y no he podido traerla.
- ¿Quieres llamar desde el mío?
- No me lo sé de memoria...- se mordió el labio molesta.
Luke la miró con el ceño fruncido sin saber muy bien qué hacer, podría dejarla ahí tirada, sería muy gracioso, pero por otro lado algo le decía que pensara con claridad el asunto que tenía entre manos. Y así fue, de repente una bombilla se encendió en su cabeza y una media sonrisa apareció en su cara.
- Yo te llevo. Tengo el coche fuera aparcado.
- ¿Qué?- preguntó pestañeando varias veces seguidas sin creérselo.
- Como no aceptes ya juro que este arrebato amable se esfumará en menos de lo que puedas imaginarte.- la miró enarcando una ceja con los brazos cruzados.- Además, no tengo paraguas y tú sí.
Sin duda para Ally esto estaba siendo cada vez más raro. Primero la protegía de los rayos y ahora la llevaba a casa, se sentía como si estuviera soñando y al despertarse el Luke capullo e imbécil volvería, pero por suerte o por desgracia eso no era así, no era un sueño y lo que estaba escuchando era real.
- Vale, venga vámonos ya, quiero llegar a casa cuanto antes y encerrarme en mi cuarto con la música a todo volumen.
Dicho eso sacó su paraguas y lo abrió al salir. Al ser más bajita, Luke cogió el paraguas y la dirigió hasta su coche sin decir palabra.
- Como sigas apretándome tanto el brazo vas a acabar arrancándomelo.- dijo Luke entre risas.
- Per-perdón.- se disculpó Ally notando como sus mejillas se volvían rojas debido a la vergüenza.
Llegaron al coche a paso rápido y Luke esperó a que Ally entrara en el asiento copiloto para dirigirse él al del conductor. Cuando entró en él cogió todo el aire que pudo y lo expulsó con un gran suspiro. Tras eso miró a Ally, la cual estaba algo encogida mirando todo el interior del coche, se la notaba tensa y nerviosa.
- Tranquila, no voy a secuestrarte ni nada si es lo que piensas, gafitas.- dijo entre risas mientras arrancaba el motor.
- Imbécil.- frunció el ceño.- Solo estaba mirando el coche. Es muy nuevo y parece bastante caro...
- Regalo de cumpleaños.- se encogió de hombros como si fuera la cosa más normal del mundo.- Al cumplir 18 me lo regalaron.
- Lo dices como si fuera un regalo cualquiera.- abrió los ojos como platos.- ¡Es un Mercedes deportivo!
- Ya lo sé, no hace falta que me lo recuerdes, sé bien de que marca es mi coche, dulzura.
- Eres estúpido... Y a mí no me llames así, Luke.- le señaló con el dedo molesta.
Al notarlo Luke giró el coche y paró a un lado de la calle por la que circulaban para mirar a Ally fijamente. Ella por el contrario no se esperaba que este parara el coche y sintió un escalofrío por todo su cuerpo. Le apetecía divertirse.
-¿Cómo quieres que no te llame, dulzura? - dijo burlón acercándose a ella poco a poco sin borrar su sonrisa.
- Así, no me llames así.- contestó Ally sin moverse y seria.
- ¿Así... Cómo?- repitió sin moverse con la voz ronca.
Se había inclinado hacia Ally acortando distancia para así intimidarla, le encantaba ver lo vulnerable que era cuando todas sus defensas habían bajado debido al pánico que tenía a las tormentas. Muchos puntos a su favor para divertirse a su costa.
- ¡Quítate de encima!- gritó empujándolo con ambas manos.
- Vaya, de nuevo la gatita saca las garras grrrrr.- enarcó una ceja muy divertido.
Odiaba sentirse así, débil bajo los efectos que Luke causaba sobre ella. Le causaba respeto y temor, temor de que pudiera hacer cualquier cosa de las que se proponía y eso le causaba escalofríos.
- Llévame a casa ya, por favor.- sentenció seria dándose la vuelta y mirando por el cristal la lluvia.
- Si quieres te dejo aquí y vas tú sola.- miró a Ally y esta le devolvió la peor mirada que hubiera podido imaginarse.- Vale vale... Era solo broma. - rió.- Si quieres conocerme tendrás que acostumbrarte a mis bromas, dulzura.
-¡Luke!
- ¡Vale, vale!
A partir de ahí el camino fue silencioso, la casa de Ally no estaba muy lejos del instituto, pero en aquel trayecto pareció que estaba a cientos de kilómetros. Luke no quitaba la vista de la carretera, mientras que Ally de vez en cuando apartaba la vista del cristal para fijarse en él y darse cuenta de lo que lo odiaba. Quizá habría sido bueno con ella hacía unos minutos, pero no podía evitar sentirse repelida por su tan contraria manera de ser. Era todo lo que ella odiaba: creído, mimado, arrogante, rebelde... Lo tenía todo y no podía creerse cómo podía estar compartiendo coche con él. Pero su apuesta aún seguía en pie, se había propuesto conocerle y lo conseguiría.
Cuando llegaron a su destino tras muchas indicaciones, Luke aparcó el coche en la entrada del amplio chalet a las afueras de la ciudad. La casa era grande, pero no podía compararse con el tamaño de la suya, un simple chalet no puede compararse con una humilde mansión.
- Que, ¿Hay que decirte que salgas o puedes tú sola?- dijo Luke observando a la chica.
- Esto... Bueno... La tormenta no ha parado...
- Adivino, quieres que te acompañe.- rodó los ojos.
- Si no es molestia, sí.- dijo Ally deseando que se la tragara la tierra.
- De acuerdo.- la sonrisa de la chica apareció de repente.- Pero con una condición. Que me lo pidas por favor.
- Estarás de coña...
- No, no lo estoy, así que si quieres llegar a tu casa sana y salva, ya sabes lo que tienes que hacer, gafitas.
Esto era el colmo, tenía que pedirle algo por favor a Luke. Sus ganas de estamparle su puño en su mejilla aumentaban considerablemente y no podía hacer otra cosa que aguantarse si no quería salir mal parada de esta.
- Por favor... ¿Puedes acompañarme?- dijo en un susurro.
- No te oigo.- alargó las vocales burlón.
- ¡¿Podrías acompañarme, por favor!?- dijo al fin Ally a punto de un ataque de nervios.
- Así me gusta, que seas obediente.
Dicho eso salió del coche y abrió el paraguas, no sin antes observar como Ally aguantaba todo su enfado y rabia y su cara se tornaba roja. Esta situación le estaba empezando a gustar, le encantaba molestar a esta chica y más aún ver su cara después.
Abrió la puerta del copiloto y rápidamente Ally salió de su interior hecha una furia. Ante eso, Luke echó a reír y siguió su camino a paso despacio para poner aún más de los nervios a la chica. Al llegar a la puerta principal, ya cubierta con un techo, Luke se apoyó en la valla del porche de brazos cruzados.
- Puedes irte ya, no sé a qué esperas.
-¿No me vas a presentar a tus padres? - dijo como de costumbre, sin borrar su amplia sonrisa.
En ese momento los recuerdos golpearon a Ally como un puñetazo. Su padre no podía verle o la mataría, la prohibió juntarse con él y como una estúpida le había traído a casa.
- ¡No!- dijo seria y con el ceño fruncido.- Vete de una vez Luke, no te lo voy a repetir.
- No sabes cuanto me pone que quieras hacerte la chica mala, gafitas.
- ¿Qué? - pestañeó un par de veces.
- Eres tan inocente...- alargó las vocales y se acercó a ella.- Veremos cuanto te dura esto.
Quedaron uno en frente del otro, mirándose fijamente por unos segundos. Se podía notar el odio que ambos desprendían con solo una mirada, pero Luke fue más astuto y notó como un coche se adentraba en la casa y aparcaba en frente del garaje. Girando levemente la cabeza pudo observar al padre de Ally salir del coche con cara de pocos amigos. Ahí estaba él, Liam, la presa del lobo.
Como si de un rayo se tratase, Luke volvió a girar la cabeza y vio como Ally observaba a su padre aproximarse hasta ellos, pero no le duró mucho esa vista, ya que Luke posó su mano en su barbilla, la giró para que le mirase y rápidamente presionó sus labios contra los suyos en un rápido y corto movimiento.
Todo se quedó en silencio, aquel "beso" no duró más de dos segundos, ni siquiera se podría llamar beso a aquello, pero Ally se quedó bloqueada observando como Luke le regalaba una sonrisa rebelde y triunfante, sabiendo que acababa de conseguir que le cayera la peor bronca de su vida.
- Adiós, gafitas.- dijo al fin guiñándole un ojo y saliendo de allí a paso rápido y elegante.
De repente Ally notó como alguien agarraba su brazo y la arrastraba al interior de la casa. La puerta se cerró de un portazo y pudo ver entonces la cara de su padre, la cual estaba con el ceño muy fruncido y con cara de pocos amigos.
-¡¿Qué es lo que acabo de ver, Allison!?- gritó mirándola fijamente.
- Eso... Eso no ha sido lo que crees papá, yo no...
-¡No me vengas con excusas, sé bien lo que he visto! Te dije que no te acercaras a él y os besáis delante de mis narices en mi propia casa.
- Pero papá, yo no quería, ni siquiera fue un beso, verás es...
- ¡He dicho que no quiero excusas!- volvió a cortarla elevando el tono.
En la vida había visto a su padre tan enfadado con ella, había tenido novios y los había llevado a casa alguna que otra vez, pero nunca se había comportado así con alguno de ellos, ni siquiera cuando Calum venía a casa.
-¿Pero qué te ocurre? ¿Qué tienes en contra de él? ¡Ni siquiera le conoces!
- He dicho que no tengo porqué darte explicaciones, así que esta conversación ha terminado.
- ¿Que ocurre aquí? ¿A qué vienen tantos gritos? - interrumpió su madre en el pasillo donde estaban discutiendo.
- Tu hija, que no entiende las cosas cuando se le mandan.- la fulminó con la mirada.- Que sepas que estás castigada, no vas a pisar la calle en todo el fin de semana.
-¿¡Qué!? - gritó con los ojos como platos.- ¡Pero si no he hecho nada! Mamá, por favor dile algo.
- No te respaldes en tu madre. Lo dicho, dicho está, y como te vuelva a ver con él el castigo aumentará hasta que te entre en la cabeza que no quiero que le veas.
Sin decir nada más, Ally se dio la vuelta y subió corriendo las escaleras a punto de darle un ataque de nervios, llevaba mucho tiempo controlando su ira y como siguiera así estallaría en cualquier momento.
Al llegar a su habitación se tumbó en la cama boca abajo y gritó ahogando su grito en la almohada. Estaba furiosa y no podía soportarlo más. No entendía nada y para colmo sus ganas de matar a Luke habían aumentado en un mil por ciento.
Aún tumbada, su móvil empezó a vibrar en su bolsillo, lo sacó y pudo observar que tenía un Whatsapp de un número desconocido.
"Espero que no te haya gustado nuestro pequeño beso, gafitas."
---------------------------------------------------------
¡Espero que os haya gustado!
Chan chan chaaaaaan... Intentaré subir más de seguido, con capítulos un poco más cortos, así no perderéis el hilo de la historia con mi demora al subirlos...
Bueno, pues en la foto de este capítulo os presento a.... ¡¡HUGO!! Que sé que muchas os imagináis un Harry Styles, y no también para que mentirme, pero he intentado encontrar al Hugo perfecto y LO ENCONTRÉ.
Espero que os haya gustado y.... VOTAD Y COMENTAD.
PD: Me gustaría dar las GRACIAS a @sammy23090, ¿Por qué? Pues porque es un amor de chica y SIEMPRE me comenta y vota todos los capítulos :) Gracias corazón ♥ Te dedico este capítulo.