—No, no quiero el divorcio, quiero que vuelvas a ser el hombre que eras cuando fuimos de luna de miel porque de ese hombre yo me enamore.
—Entonces, ¿me das otra oportunidad? —le pregunté esperanzado.
—Por supuesto que sí, eres mi esposo, te amo, no somos dos pendejos de 15 años llevando una relación, tenemos que pensar que estamos casados y tenemos dos preciosas hijas y también a... no importa, nos amamos, cometiste un error, me hiciste daño, sí, pero sé que estás arrepentido y evidentemente no eras tú esa noche. Tal vez no te pueda perdonar del todo pero quiero intentarlo. Me provocaba rechazo tenerte cerca pero ahora lo pienso y solo necesito de tu amor.
—Mi amor lo tendrás siempre, te prometo, no, te juro que te seguire haciendo la mujer más feliz del mundo y si llego a hacerte daño, te dejaré ir pero creeme... no volverá a pasar —la volví a besar como nunca. Me prometo a mí mismo no volver a ser un imbécil, al menos no de una manera que le provoque algún daño— he alquilado unas películas, ¿quieres pasar esta noche conmigo?
—¿Solo películas?
—Bueno si quieres más acción podemos dejar las películas para después...
—¡Cochino!, me refería a... ¿no hay comida? —dijo haciendo un tierno puchero.
—Golosa mi amor, obviamente compre palomitas. Iba a hacerte una cena especial pero no quería incendiar la casa —le copie su puchero.
—Lindo cachorrito —se rió y me abrazo fuertemente. No me lo esperaba pero le correspondí el abrazo besando su frente— ¿qué películas alquilaste?, eres demasiado anticuado porque existe algo llamado Netflix pero entiendo, en tus tiempos se alquilaban —mencionó riendo y me sentí ofendido.
—¿Perdona?, no soy ningún anticuado —fruncí el ceño— ¿qué es netflix?
Se rió.— es una red o aplicación, como sea, donde se pueden ver algunas películas y series pero tienes que tener una cuenta. Y adivina quien tiene una... sip, esta nena, así que olvida tus películas alquiladas y trae tu portátil, ¿o íbamos a verlas en la tv? —volvió a soltar una carcajada.
—Deja de reírte pesada, y obvio que traje mi portatil, tampoco soy tan viejo como para decirte que íbamos a ver las pelis en dvd. Puff
—Entonces, ¿qué hace ese dvd ahí? —mencionó divertida apuntando el dvd que se encontraba sobre el mueble al lado de la tv.
—¿Ese? puff... ams, es... es de Nate.
—Wow, asombroso.
—Iré por el portatil, lo olvide en el auto. No te muevas de aquí.
—¿A dónde más podría ir?, haré las palomitas, mejor apura o me las comeré todas —fui corriendo en busca del portátil. Me sentía tan feliz de haberla recuperado.
⚪⚫⚪
Estábamos viendo cuando un extraño llama cuando de repente Madison se sobresaltó y se montó sobre mí escondiendo su cabeza en mi cuello. Mentiría si dijera que no me calente, joder, ¡soy hombre!, se montó en mi amiguito, ¡eso calienta!.
Acomode su cabello y posé mi boca sobre su cuello besándolo con delicadeza. Baje lentamente los tirantes de su vestido dejando suaves besos sobre sus hombros, me deshice por completo de su vestido dejándola en ropa interior pero esta no duró mucho, la quite con sumo cuidado. Acaricie con mis manos todo su cuerpo disfrutando de los dulces gemidos que escapaban de su boca, la bese nuevamente con mucha pasión, después quite mi ropa sin dejar de besarla, con un movimiento la tome por la cintura y ella se quejo. Nunca pensé haberla lastimado de tal modo. Con mi boca recorrí cada parte de su cuerpo deleitándome con su aroma. Me tome el tiempo para disfrutar de ella hasta que no soporte y la penetre lentamente, tenía miedo de lastimarla. El momento en que esto paso Madison apretó los ojos y se mordió los labios a causa del dolor. Comencé con movimientos pausados y rítmicos— te amo cheri —sentía como ella se estremecía entre mis brazos, sus manos me apretaban hacia ella con gran desesperación, no dejaba de besarla, no podía hacerlo, no quería. Aumente de velocidad provocando que ambos gimiéramos sin control, la lleve hasta el borde de la locura, al escuchar un fuerte gemido de alivio de su parte, me hundí en ella perdiéndome en nuestras emociones.
Estaba al lado mío, era tan hermosa y perfecta, como pude hacerle lo que le hice, ella no se lo merecía. Se encontraba recargada sobre mi pecho, su respiración se estaba normalizando, aún estábamos agitados. El cuarto estaba iluminado solo con algunas velas, la luz de estas se reflejaron sobre su cuerpo desnudo y me percate de las marcas que le había dejado. Quería desaparecer en ese momento, me sentía la peor basura del mundo por haberla lastimado. Ambos estábamos en silencio, ninguno decía nada, temía hacerlo, no sabía que decir, no sabía de qué forma disculparme por lo que le hice pero entonces ella habló.
—Creo que estoy embarazada Jack.
N/a:
Aquí les deje el salseo que había omitido en el capítulo anterior para que no mueran. 💁🌚